La Jornada 8 de noviembre de 1996

Lo prevé la iniciativa de reforma; el consenso, aún posible: Woldenberg

José Antonio Román En el inicio formal del proceso electoral de 1997, el presidente del Consejo General del IFE, José Woldenberg, aseguró que los comicios del año próximo habrán de ser ``transparentes, confiables y legítimos'', y también expresó su deseo de que sean ``equitativos''.

Pidió a los legisladores de los cuatro partidos representados en la Cámara de Diputados, que realizaran un ``esfuerzo adicional'' para concluir la reforma electoral que dé certeza y reglas bien definidas para las próximas elecciones federales. El Congreso de la Unión, dijo, ``puede todavía ser el escenario de la negociación que falta para obtener un acuerdo unánime''.

Por su parte, en una posición conjunta ante la ausencia de acuerdos sobre la reforma electoral, los ocho consejeros ciudadanos señalaron que la ``tardanza y las complicaciones'' en ese intento de construir acuerdos les ha impedido, hasta ahora, contribuir, tal como quisieran, a iniciar sus labores con un marco legal claro y definitivo que transmita total certeza al conjunto de la sociedad.

Se insistió en que este mismo hecho les ha obligado desde hace ocho días, cuando tomaron posesión de sus cargos de consejeros, a trabajar sobre la base de un código destinado a cambiar, aguardando los resultados de las negociaciones entre gobierno y partidos.

``No queremos agregar dificultades de ningún tipo. La negociación y sus resultados corresponde al gobierno y a los partidos políticos, y sólo a ellos. Pero es nuestro deber dejar asentada la importancia de contar con una ley electoral clara y definitiva para el proceso electoral de 1997, y hacer votos porque los legisladores del país logren muy pronto los mejores acuerdos posibles, para bien de la democracia que deseamos'', señaló el texto común, leído por Mauricio Merino Huerta.

Agregó que para los consejeros electorales no hay mejor punto de partida para la celebración de elecciones creíbles y sólidamente asentadas en los principios que ampara la Constitución, que el acuerdo firme entre los partidos políticos para establecer conjuntamente las reglas del juego de cuyo cumplimiento puntual serán responsables.

Dijo que el único compromiso para ellos es y será con la ley, sobre la base de los principios de equidad, certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad que deben amparar los procesos electorales en México.

La postura de los consejeros José Barragán, Jesús Cantú, Jaime Fernando Cárdenas, Alonso Lujambio, Mauricio Merino, Juan Molinar, Jacqueline Peschard y Emilio Zebadúa, subrayó que han mantenido una actitud distante y respetuosa de las negociaciones, pues les corresponde a los propios actores políticos que contenderán en los procesos electorales fijar las normas a las que deberán estar sujetos.

Dentro de este punto de la orden del día de la sesión del IFE, José Woldenberg estimó que para 1997 ``confirmaremos que México es un país plural''. La obra política que corresponde al Consejo Electoral y al Instituto es la de posibilitar que ese pluralismo efectivo se exprese sin cortapisas.

``No queremos ser un actor adicional; por el contrario, queremos ofrecer todas las garantías para que la competencia civilizada y tolerante, abierta y equitativa tenga carta de naturalidad en el México plural'', dijo el presidente IFE durante la primera sesión ordinaria del Instituto, con su nueva estructura.

Asimismo señaló que la gran tarea política del Estado, los partidos y la sociedad mexicana es la de consolidar las instituciones y el consenso en la vía electoral, como la forma legítima de disputar y transmitir el gobierno y las posiciones legislativas