La Jornada 10 de noviembre de 1996

La Iglesia no aceptará trabas a su libertad de expresión: CEM

El vocero de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Abelardo Alvarado, afirmó que la Iglesia católica mexicana no aceptará un reglamento que ponga ``trabas'' a la libertad de expresión de los ministros de culto religioso.

Para el obispo auxiliar de México, las recientes polémicas suscitadas en torno a la Iglesia católica fueron provocadas de forma artificial, por grupos que pretenden descalificar a la Iglesia mexicana como un interlocutor más en la sociedad, sin embargo, aseguró que estas acciones no conseguirán su objetivo.

``Sentimos que hay una reacción de algunos grupos que nos quieren acallar, pero no tienen derecho a hacerlo, y nos vamos a seguir sintiendo con la libertad de expresarnos'', apuntó el prelado.

En opinión del también presidente del Consejo Editorial del quincenario Nuevo Criterio, el debate en torno a si los ministros de culto religioso tienen o no derecho a opinar sobre la vida pública, debe planteare como parte de una discusión más amplia acerca de cómo construir un país democrático que respete los derechos fundamentales y por consiguiente la libertad de expresión.

En ese sentido, el obispo de 66 años expresó que ``mientras México no sea un país democrático, va a seguir habiendo grupos que se sienten dueños del país y con el derecho a decidir quién puede hablar y quién no puede hablar''.

Alvarado Alcántara aseguró que en los últimos meses ha habido agresiones muy directas en contra de la Iglesia católica, y que éstas provienen de personas que, según afirmó, nunca van a cambiar su postura.

El problema, añadió, es que ``estamos subordinados a que un grupo sea el que decida qué país debe ser México... y se les olvida que todos somos mexicanos, que todos tenemos derecho, como el mismo señor Presidente, a expresar qué es lo que queremos para nuestro país''.

Dijo que la decisión de si la Iglesia católica puede o no acceder a los medios de comunicación ya no debe ser producto de una discusión entre dos posiciones irreconciliables (anticlericales y religiosos), sino de un diálogo en el que participen diversos sectores de la sociedad.

Con planteamientos sobre si fue bueno haber aprobado el artículo 130 constitucional, si hay que dar marcha atrás o si se debe elaborar un reglamento que ponga trabas a la libertad de expresión de los obispos, nos estamos volviendo un siglo atrás, cuando el conflicto era entre liberales y jacobinos'', advirtió el prelado en una entrevista efectuada en la Tercera Vicaria de la Arquidiócesis de México.

Según Alvarado Alcántara, las polémicas desatadas a raíz de la homilía del arzobispo Norberto Rivera, y de las opiniones vertidas en un editorial del periódico católico Nuevo Criterio, dejaron lecciones tanto a los líderes religiosos como a la sociedad.

Para los jerarca católicos, admitió el prelado, la enseñanza fue que en su papel como pastores de la Iglesia tienen que ser muy cuidadosos de que su orientación no sea mal interpretada y no se preste a malos entendidos.

La sociedad, cada vez más madura

Respecto a la sociedad, consideró que ésta se muestra cada vez más madura y crítica, por lo que está aprendiendo a distinguir cuándo se cometen excesos en la valoración de los hechos y cuándo no se aplican de forma adecuada las leyes.

Acerca de los grupos que se han manifestado en favor de silenciar a los dirigentes de la Iglesia católica que opinen sobre la situación del país, Alvarado Alcántara afirmó tajante: ``Ellos no van a aprender nunca''.

Y describió los objetivos de sus adversarios: descalificar a la Iglesia, conseguir que los católicos queden relegados a un ámbito de orden espiritual y que de ninguna manera se permita a la Iglesia hacerse presente en la opinión pública.

El prelado atribuyó la postura de estos grupos a su cerrazón a entender que la Iglesia católica ha cambiado en los últimos años. ``La siguen concibiendo como una entidad dogmática, la cual quiere imponer su doctrina y tener el control sobre las personas'', explicó.

Argumentó que la Iglesia católica ha evolucionado. ``Desde el Concilio Vaticano II y de las conferencias de los obispos latinoamericanos, se advierte que tenemos otra disposición... La doctrina no ha cambiado, pero sí lo han hecho las formas como se expresan las verdades de la fe'', concluyó (Claudia Herrera Beltrán).