La Jornada 12 de noviembre de 1996

Otra vez

Arden 3 tanques de combustible; el primero estalló a las 15:10 horas

A medianoche, la tercera explosión; otros dos depósitos, en peligro

Otra vez el infierno en San Juan Ixhuatepec. Otra vez en noviembre.

Explosiones, fuego, desalojos, desorganización, pánico y un mutis oficial por largas horas que atizó la incertidumbre. Guerra de cifras oficiales y extraoficiales. Para la autoridad no había muertos, sólo 14 lesionados; para los socorristas que ingresaban intermitentemente a la planta de Pemex el saldo era de cuatro muertos y casi un millar de heridos, entre intoxicados y quemados.

De nuevo el ulular de sirenas, ambulancias, bomberos que recorrían las calles de San Juanico y el Ejército volvía con su Plan de Emergencia DN III. Es una reedición de los sucesos de hace doce años, cuando entonces dijeron que no volvería a ocurrir.


San Juanico. Foto: María Meléndrez

San Juanico volvió a estallar. Treinta y cuatro millones de litros de gasolina almacenados en la planta Satélite Norte de Petróleos Mexicanos (Pemex) ardían hasta esta madrugada.

La explosión inicial se escuchó en por lo menos ocho colonias cercanas a San Juan Ixhuatepec y una densa y enorme columna de humo negro se elevó sobre el cerro, a más de dos kilómetros de altura, como testimonio de un nuevo desastre que se anunciaba a lo lejos.

Eran casi las 15:10 horas cuando explotó el tanque de gasolina con tal fuerza que estremeció a la población de esta zona oriente del estado de México, la cual salió de inmediato y apreció cómo las lenguas de fuego se elevaban por lo menos a cien metros.

El riesgo y el temor se esparcían en San Juanico. Los tres depósitos de combustible contiguos que se encontraban en la estación, como las dos gaseras particulares ahí enfrente eran amenazadas por las llamas. Diez horas después se cumplía el presagio y estallaba otro contenedor de la planta almacenadora de la paraestatal.

A contracorriente, ambulancias, unidades de rescate, vehículos militares y policiacos serpentean vertiginosamente por las calles aledañas a la planta mientras un éxodo humano de quienes ya padecieron el infierno y la desgracia en San Juanico, quienes durante años vivieron con la certidumbre de algo ``que ya sabíamos que iba a ocurrir''.

El olor a combustible y la espesa humareda poco a poco comenzó a cobrar víctimas. El saldo preliminar de los socorristas de Cruz Roja da cuenta de 950 lesionados, entre intoxicados y quemados, así como cuatro muertos, de ellos tres bomberos y un trabajador de la paraestatal.

Venidos prácticamente desde toda la metrópoli y más allá --Hidalgo, Tlaxcala, Morelos-- los bomberos irrumpieron en la planta a tratar de controlar el fuego.

En cuestión de minutos elementos de la Cruz Roja, policía y de Protección Civil evacuaron a los vecinos de San Juan, quienes salieron por la ladera de la Sierra de Guadalupe formando tres largas filas y dejaron todas sus pertenecinas, abandonaron sus hogares solamente con lo que llevaban puesto. Colonias como San José, La Presa, San Juan Ixhuatepec, Lázaro Cárdenas, Copal, Caracol, San Isidro y Lomas de San Juan volvieron a quedar desiertas, como aquel 19 de noviembre de 1984