NADIE SABE, NADIE SUPO
Disparos y una bala que fue a dar al noveno piso de un edificio cercano a la Central camionera del Norte llamaron la atención de los vecinos.
Sobre Eje Central, a la altura de Montevideo, se desplegó un confuso operativo policiaco del que no informaron ni la Secretaría de Seguridad Pública ni la Procuraduría capitalina.
Alrededor de las 16:30 horas un camión de redilas que transportaba un aparatoso cargamento cubierto por una lona, fue obligado a detener su marcha sobre Eje Central.
El camión azul, con matrícula 935 AV6, quedó entre una camioneta blanca perteneciente a alguna corporación policiaca del estado de México -que presumiblemente lo escoltaba-, y un Spirit blanco con placa 419 GSN.
De inmediato llegaron al lugar la patrulla 27123 de la Policía Bancaria e Industrial y la 01251 de la delegación Gustavo A. Madero, además de motopatrulleros, policías de tránsito y hombres vestidos de traje que bien podrían ser de la Policía Judicial o del Estado Mayor.
Los elementos de la SSP bajaron de la camioneta blanca a un presunto policía del estado de México, y a golpes lo subieron a una patrulla del DF. El vehículo, que no presentaba impactos de bala, dejaba ver en una de las puertas un escudo en forma de estrella gris con un circulo azul al centro y un emblema amarillo.
El medallón del Spirit blanco se fracturó totalmente y presentaba un orificio. En el asiento trasero se encontraba un hombre alto, robusto, moreno, con bigote, lesionado por una herida de bala en el lado izquierdo de la frente, y la camisa manchada de sangre.
Los preventivos intentaron detener al herido; sin embargo, un grupo de hombres bien vestidos que llegó a bordo de un Stratus con placas 965 JAP lo impidió y sólo permitieron que el lesionado abordara una ambulancia de la Cruz Roja.
Los ``civiles'' evitaron que los curiosos se acercaran y se enfrentaron verbalmente con los uniformados. Unos querían hacerse cargo de la situación y los otros estaban dispuestos a impedírselo.
En tanto, llegó al lugar otro ``civil'' que ordenó: ``desalójame esto de inmediato''. Entonces las patrullas se alejaron, el misterioso cargamento desapareció y la policía sólo dio cuenta de que por ese rumbo, a esa misma hora, se había registrado un asalto en el que hubo un lesionado y un detenido.
Y en el noveno piso de un edificio cercano nadie supo de dónde provino la bala que entró por un cristal, rompió el plafón y se quedó alojada en una chamarra