La Jornada 16 de noviembre de 1996

No deben ser gravables las limosnas y donativos a la Iglesia, dice el obispo de Coatzacoalcos

David Aponte La Iglesia católica no está en posibilidades de pagar impuestos sobre las donaciones y limosnas, sus principales fuentes de ingreso. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) tampoco tiene intenciones de gravar este tipo de ingresos, dijo ayer el obispo de Coatzacoalcos, Carlos Talavera.

Las parroquias declaran todo lo que reciben y lo que gastan; pero no debe haber impuestos por concepto de los donativos, porque es una ``actividad propia de la Iglesia y no se paga'', expuso a su vez el obispo de Torreón, Luis Morales Reyes.

Incluso, mencionó que las iglesias locales no están en posibilidades de extender recibos por las contribuciones de sus fieles.

-¿Estarían dispuestos a que la autoridad fiscal audite las limosnas? -preguntó un periodista.

Morales Reyes, también vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, respondió que los clérigos llevan una administración muy cuidadosa y recta de sus recursos y los bienes confiados por el pueblo católico. El derecho canónico establece sanciones para los sacerdotes que incumplan con esta misión.

``Entonces, ¿quién me va a auditar a mí como obispo? Sólo mi conciencia'', expresó.

No obstante, mencionó que la SHCP puede auditar a cualquier entidad de la Iglesia católica. ``Tenemos abiertos todos nuestros libros y todas las limosnas se registran'', agregó.

El jueves por la tarde, los obispos y religiosos sostuvieron una reunión privada con dos funcionarios de Hacienda, entre ellos el director de Asuntos Fiscales Internacionales, Eduardo Revilla Martínez, en el marco de la 61 Asamblea del Episcopado, para dialogar sobre el nuevo marco legal de las asociaciones religiosas y las medidas fiscales adoptadas por el gobierno federal.

Respeto a las personas

Los obispos y los religiosos plantearon a los representantes hacendarios que es indispensable el pago de impuestos, desde el punto de vista moral, sobre todo para destinarlos a obras de beneficio común. Sin embargo, las medidas fiscales deben ser respetuosas de las personas.

De tal manera que esa dependencia no debe tratar como evasores fiscales, como delincuentes, a las personas que no han podido pagar sus impuestos, porque se ``está creando un ambiente de temor y de miedo... Suponer que todos son evasores, está fuera de orden'', expuso el obispo Talavera.

Una política de esta naturaleza evidencia autoridades que se extralimitan en sus funciones. Entonces, es fundamental revisar el trato y las bases morales del cobro de impuestos, para una sana legislación en la materia, prosiguió.

Según la versión del prelado, los funcionarios de Hacienda mencionaron que el gobierno federal está en posibilidades de extender los plazos para que los deudores de impuestos se acojan al programa de pagos.

Además, indicaron que un millón 500 causantes están retrasados en sus pagos. De ellos, un millón 100 mil deben menos de 5 mil pesos cada uno. ``Por lo tanto, no se les puede calificar de evasores'', manifestó el obispo.

-¿La Iglesia católica está al corriente en sus pagos?

Morales Reyes sólo comentó que todas las parroquias pagan sus impuestos.