El PAN en el poder, similar al PRI, pero más intolerante: PRD
Rosa Icela Rodríguez, enviada y Manuel Carrillo, corresponsal, León, Gto., 15 de noviembre El PAN tiene prácticas del PRI como el ``influyentismo, la corrupción, la impunidad y el mayoriteo''. Es más intolerante aun que el partido oficial en ideas religiosas o culturales. Los gobiernos blanquiazules laboran con un ``carácter empresarial y no social'', y aunque no defienden la justicia social ni luchan contra el deterioro salarial, cuentan con la confianza de los votantes ``con la promesa de cambio sin riesgos''. Hasta ahora, han llegado al poder con votos legítimos y sin conflictos poselectorales.
Así lo consideró el Partido de la Revolución Democrática (PRD) al hacer un balance de la gestión de los gobiernos panistas, en un foro que reunió a la dirigencia nacional y a los dirigentes locales de las entidades y municipios en donde gobierna el blanquiazul, quienes analizaron las desventajas y los aciertos de los gobiernos y la doctrina de Acción Nacional.
Al hablar sobre el tema en una conferencia magistral, el director del Instituto de Estudios de la Reforma del Estado, Gilberto Rincón Gallardo, estimó que ``el avance avasallador de la derecha en el mundo ya pasó. La derecha entró a un periodo en que sus fórmulas democráticas no pueden abordar de ninguna manera los grandes abismos sociales y eso lo pagará con votos''.
Para él, lo más importante de la ideología del PAN ``son los planteamientos del liberalismo económico y de la derecha, y su afinidad con la organización económica norteamericana es muy clara''.
En este bastión eminentemente panista y donde la presencia del PRD es pálida, estuvo Andrés Manuel López Obrador. En un acto organizado por Alejandro Encinas y el dirigente local, Jesús Paz Orta, Rincón Gallardo señaló que la evolución panista ``no representa ni un avance avasallador ni un triunfo seguro'' porque, según él, en este momento ``ningún partido puede hablar de triunfo seguro al 97''; eso, dijo, ``sólo es propaganda o error de cálculo''.
Antes de admitir muchos aciertos del panismo, el dirigente perredista tuvo que hacer una declaración de fe: ``soy adversario acérrimo del PAN y perredista de corazón'', y después respondió a interrogantes de los propios dirigentes estatales de su partido:``¿por qué votan los jóvenes por el PAN? ¿por qué en el Michoacán cardenista hay voto panista?¿por qué, si son malos sus candidatos, convence el PAN?''
Habló objetiva y respetuosamente del PAN (considerando su militancia perredista) y señaló que ``el PAN abandonó la imagen clerical, fundamentalista y agresiva de la derecha católica para irse a la derecha económica''; reconoció que en un tiempo la izquierda abandonó banderas como la democracia para irse por la dictadura de la democracia, oportunidad que la derecha supo aprovechar.
Subrayó que todo aquello que la izquierda internacional no ha sabido abanderar se dejó a la derecha. Añadió que ahora el neoliberalismo de la derecha hace cada vez más difícil encontrar justicia social y democracia juntos. De ninguna manera, aseguró, se preocupa la derecha por la pobreza, o por movimientos sociales como los de maestros o ferrocarrileros.
Ante varios cientos de perredistas y algunos orejas panistas, aclaró que las tesis políticas y jurídicas del PAN son muy avanzadas, independientemente de que su aplicación en el ejercicio del poder no tenga que ver con sus propios proyectos. ``Hay que ver los huecos que dejamos, porque luego esos pecados nos pesan'', dijo.
Rincón Gallardo sostuvo que ``no se debe pensar que la derecha no puede tener bases democráticas en su pensamiento''. Además hizo hincapié en que la derecha sí tiene base social y convence la idea central del cambio con estabilidad, del cambio sin violencia que les ha ganado base y que es importante. Cuidado y no verlo sólo por eso, porque quiere cambio sin miedo. Tiene buenas banderas de imagen que son importantes''.
Luego destacó que los avances de 1988 fueron usufructuados por el panismo al hacer negociación con Salinas y al llegar a acuerdos para su beneficio. Ellos entraron a acuerdos ocultos que hubieran ayudado a la civilidad si los hacen claros a la opinión pública. ``Fueron relaciones circunstanciales por la forma en que se efectuaron; hubieran sido más fructíferas si hubieran sido transparentes'', dijo, y añadió: ``nunca quedó claro hasta dónde llegaron, como fue el acuerdo de tener un procurador y a la vez no reconocerlo''.
En la actualidad, aseguró, ya no tiene reversa la diversificación del voto y el pluripartidismo. El PAN tiene que olvidarse del bipartidismo porque ese ya no vuelve. El PAN es un partido histórico que tiene su electorado fijo, una corriente electoral nacional; pero es claro que el PAN no puede hablar de un triunfo seguro.
Lo más importante que pasó en estas elecciones fue para el país, dijo, no para ningún partido; es el fortalecimiento del pluralismo. El PRD se está ubicando como la fuerza política imprescindible en el sistema político. El PRD no debe aspirar a ser partido bisagra. El PRD tiene todas las posibilidades para entrar en la competencia abierta en las cámaras, en los gobiernos de los estados y en la Presidencia de la República.
Señaló que el avance de la derecha en el mundo ``no es un hecho, tiene idas y vueltas, zigszag, ires y venires; en muchas partes ha habido avances de la socialdemocracia; en muchas partes los partidos comunistas han resurgido con nuevas banderas democráticas y, en otras partes, la izquierda (como en Italia) por primera vez avanza. Dijo que los elementos artificiales de crecimiento del PAN van a reducirse cada vez más.
La fórmula que dice que la clase media vota por el PAN y el voto rural es del PRD ``es completamente deformada'', dijo. ``Hay muchos sectores marginales que votan por el PRI por su capacidad de gestión como un partido prebendario; son determinadas tendencias que son variables. Si el PRD sólo busca el voto de los pobres por ser mayoría, está equivocado; el PRD es un partido nacional; tiene que tener soluciones para todas las clases sociales; no querer convertirse en el partido de los pobres, porque en vez de lograrlo va a fracasar.
Más adelante, el diputado José Luis Barbosa Hernández, del Congreso de Guanajuato, se refirió al gobernador Vicente Fox como ``legitimado en las urnas y sin conflictos electorales''; pero dijo que ``es un hombre de mercado, que adquirió la franquicia del PAN y con ella triunfó, a la manera del negocio trasnacional''.
Añadió que, por su visión empresarial, en lugar de comprometerse con los pobres impulsa los grandes capitales en la creencia de que facilitando esa inversión la injusticia se acabará.
Asimismo señaló que en Guanajuato el PAN ganó electoralmente, pero no gobierna. El PAN fue colocado por Fox como la oficina de atención electoral de su gobierno; integró su gabinete pensando en la candidatura presidencial del año 2000.
El consejero perredista Alfredo Sáinz Araiza criticó al primer gobernador interino de la época salinista y lo acusó de ser producto de una imposición del centro y de la concertacesión, de ser cómplice de atrasar la elección extraordinadinaria de gobernador y de asumir actitudes de autoritarismo e intolerancia con discursos católicos.
También a Fox le llovieron críticas por parte de los perredistas: ineficacia en el programa emergente de generación de empleos; intromisión del Ejecutivo en el Poder Judicial; violación sistemática de los derechos humanos, y propuesta de privatización de Pemex