La Jornada 17 de noviembre de 1996

Castro: vergonzoso, planear reducir sólo 50% la cifra mundial de pobres

Afp, Ansa, Efe y Reuter, Roma, 16 de noviembre El presidente cubano, Fidel Castro, acusó al capitalismo y al neoliberalismo de ``matar a tantas personas en el mundo'', y calificó de ``vergonzosa'', por lo modesta, la meta de reducir de 800 a 400 millones el número de pobres en el mundo para el año 2015, al intervenir hoy ante el plenario de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de Naciones Unidas.

``El hambre, inseparable compañera de los pobres, es hija de la desigual distribución de las riquezas y de las injusticias de este mundo. Los ricos no conocen el hambre'', dijo esta mañana el líder cubano, tras llegar a la sede de la FAO en medio de un impresionante despliegue de seguridad.

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Nuevo encuentro. El jefe del gobierno español, José María Aznar,
durante su participación ante la asamblea; a la derecha, Fidel Castro,
quien fue considerado Òla estrella de la CumbreÓ por la prensa
italiana, enfrenta un mar de flashes. En la pasada reunión
iberamericana
Fotos: Ap

Vestido con traje azul oscuro y corbata roja con lunares blancos, el discurso de cinco minutos del líder cubano, uno de los más breves de la Cumbre, se ganó el más prolongado aplauso de los delegados de los 174 países del organismo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

``¿Qué curas cosméticas vamos a aplicar para que dentro de 20 años haya 400 millones en vez de 800 millones de hambrientos? Estas metas son, por su sola modestia, una vergüenza'', dijo el mandatario al referirse a la meta de la Cumbre.

Y acusó: ``Son el capitalismo, el neoliberalismo, las leyes de un mercado salvaje, la deuda externa, el subdesarrollo, el intercambio desigual, los que matan a tantas personas en el mundo''.

Con ritmo pausado y tono moderado, ante un auditorio en el que reinó un silencio total, Castro preguntó: ``Si 35 mil personas mueren de hambre cada día, la mitad niños ¿por qué en los países desarrollados se arrancan olivares, se sacrifican rebaños y se pagan cuantiosas sumas para que la tierra no produzca?''

``Si el mundo se conmueve con razón -inquirió- cuando ocurren accidentes, catástrofes naturales o sociales que matan a cientos de miles de personas, ¿por qué no se conmueve de la misma forma ante este genocidio que tiene lugar cada día delante de nuestros ojos?''

Castro, único jefe de Estado latinoamericano que participa de esta Cumbre, añadió: ``Se organizan fuerzas de intervención para prevenir la muerte de miles de personas en el este de Zaire, ¿qué es lo que haremos para evitar que mueran de hambre cada mes un millón de personas en el resto del mundo?''.

``¿Para qué la feroz competencia por vender armamentos a países subdesarrollados, armamentos que no los harán más poderosos para defender su independencia y donde lo que hay que matar es el hambre?'', se interrogó Castro, quien propuso que destinar a la lucha contra el hambre al menos una parte de los 700 mil millones de dólares que se invierten en el mundo en gastos militares.

Y volvió a preguntarse: ``¿Por qué sumar a todo esto políticas criminales, bloqueos absurdos, que incluyen alimentos y medicinas, para aniquilar por hambre y enfermedades a pueblos enteros? ¿Donde está la ética, la justificación, el respeto a los derechos humanos más elementales en el sentido de tales políticas?''

Cuba está sometida desde 1962 a un bloqueo económico, comercial y financiero por Estados Unidos, que en marzo de este año lo reforzó con la ley Helms-Burton.

``Reine la verdad y no la hipocresía y la mentira. Hagamos conciencia de que en este mundo debe cesar el hegemonismo, la arrogancia y el egoísmo'', exhortó.

Tras el discurso del mandatario cubano, el siguiente orador tuvo que hacer una pausa porque una larga cola de delegados, diplomáticos y personal de la FAO se formó para pedir un autógrafo a Castro, definido unánimemente por la prensa ita-liana como la ``estrella de la Cumbre''.

Otros protagonistas

La solidaridad como ``deber'' y el principio del destino universal de los bienes de la tierra fueron tema central de la intervención del cardenal secretario de Estado Vaticano, Angelo Sodano, quien citó datos de la misma FAO que demuestran que los recursos alimentarios del mundo son suficientes para nutrir a toda la población.

Otro protagonista de la jornada fue Zaire y el millón de refugiados que vagan por su territorio sin alimentos. Así, el presidente del gobierno español, José María Aznar, puso énfasis en que ``los alimentos no pueden ser arma política'', al referirse a conflictos como el de ese país africano.

A su vez, los delegados de Burundi e Irak denunciaron los bloqueos económicos decretados contra esos países por la comunidad internacional.

Entre las intervenciones del día también figuró la del vicepresidente de Guatemala, Luis Flores Asturias, quien llamó a concretar una política comercial que no impida al desarrollo de las economías más atrasadas; y la del vicepresidente de Colombia, Carlos Lemos Simmonds, quien denunció que su país ha llegado a la ``absurda situación'' de ser considerado ``ilícito'' en sí mismo por los cultivos de coca en su territorio, los que pese a los esfuerzos vienen desplazando la producción de alimentos en tierras aptas para la agricultura.

Las reservas de la Cumbre

Catorce países emitieron hoy sus observaciones sobre la Declaración de Roma y el Plan de Acción adoptados por la Cumbre de la FAO, que se clausurará este domingo, aunque estas ``declaraciones explicativas'' no ponen en duda la aprobación de ambos documentos, obtenida por unanimidad en la sesión del pasado miércoles.

Sólo Estados Unidos y el Vaticano hicieron público el contenido de sus observaciones. El primero consideró que los documentos no aportan cambio a nivel internacional relativo al derecho de los alimentos.

Para el Vaticano, el principal problema es que la Iglesia considera moralmente inaceptable los métodos de ``planificación familiar'' mencionados en dicho documento, reserva a la que se unió Argentina. ``La estabilización de la población mundial no debe lograrse con medidas nacionales o internacionales que nieguen el derecho de las esposas a procrear o regulen el intervalo entre nacimientos'', especificó una de las objeciones de la Santa Sede.

Cuba, por su parte, no emitió ninguna reserva pese a que Castro, que ofició como vicepresidente de la Cumbre, consideró una ``vergüenza'' las metas fijadas por la FAO