CONVENCION PANISTA
Ismael Romero y Mireya Cuéllar Sin pretenderlo, Ricardo Arias Calderón hizo que se abrieran los sentimientos futuristas del panismo mexicano.
``¡Diego! ¡Diego! ¡Diego!'', corearon los convencionistas, cuando el ex vicepresidente panameño habló de las próximas elecciones del Distrito Federal.
Amor a la causa. Militantes panistas en la convención de ese
partido celebrada en el gimnasio Juan de la Barrera.
Foto: Arturo Guerra
``¡Vicente¡ ¡Vicente! ¡Vicente!'', volvieron a corear cuando el invitado mencionó los comicios presidenciales del año 2000.
En el presidium de la XLII Convención Nacional del PAN, Carlos Castillo Peraza se veía imperturbable. La seriedad dominaba su rostro regordete. ``¿Enojo?'', preguntó un periodista. ``Nadie coreó su nombre, cuando el panameño lo mencionó'', observó otro.
Felipe Calderón veía sorprendido el espectáculo, y con él, en el presidium, Gonzalo Altamirano, Juan Antonio García Villa, Ricardo García Cervantes, Gabriel Jiménez Remus, Luis H. Alvarez.
Entre la numerosa delegación del Distrito Federal, en lo alto del Gimnasio Juan de la Barrera, Diego Fernández de Cevallos sonreía. Con humildad disimulada, agradecía el apoyo, el destape en favor de una candidatura que se niega a aceptar.
``Hay mejores candidatos'', argumentó a periodistas.
Y enfrente de él, entre la delegación guanajuatense, primero sorprendido por el apoyo en favor de Diego y después por el tributado a él, Vicente Fox pasó de la seriedad a una actitud similar a la del ex candidato a la Presidencia.
Diego y Vicente. Uno enfrente del otro. Los dos en el camino futurista. Y en el presidium, el regordete político yucateco, Castillo Peraza, observaba, miraba y escuchaba las adhesiones en favor de las dos figuras del panismo que, como imanes, atraían a los convencionistas.
El, quien no descarta, no desecha la oportunidad de ser el postulado, veía los sentimientos de sus compañeros convencionistas, abiertos por el panameño, primer presidente de la Internacional Demócrata Cristiana, invitado a hablar en una convención nacional panista.
``El PAN se ha constituido en un gran partido moderno, centrista y popular, no sólo el principal partido opositor de México, sino el portador de la principal esperanza realista de alternancia democrática en México'', dijo en su discurso.
Más tarde, cuando concluyó el protocolo de instalación de los trabajos partidistas, en los pasillos, Fox pretendió minimizar el acontecimiento.
--``Los únicos que gritaron fueron los de Guanajuato'', dijo.
--Ellos, los de Guanajuato, empezaron, pero otras voces se les sumaron.
--``Voy aceptar cualquier trinchera en la que me pongan, y puede ser esa candidatura, pero primero voy a terminar bien en Guanajuato'', agregó Fox, que, al igual que Diego, recibía saludos, abrazos y numerosas peticiones de autógrafos.
Diego quiso evadir el tema. Bromeó con varios periodistas: ``Podemos avanzar más, con otro que sea mejor que yo, y lo vamos a lograr''.
-- ¿Como quién?, preguntó una reportera.
--Yo creo que esta es una maniobra de Fox, que se quiere ir libre en el 2000, bromeó.
--¿Ya cambió de opinión, luego de las manifestaciones de apoyo?
--Sigo firme en que tenemos que buscar al mejor de los mejores.
--¿Podría ser usted el mejor?
--Absolutamente no, porque tenemos mejores propuestas, mejores opciones y las vamos a tener.
--Nombres.
--Son varios, son varios, dijo con malicia. No quiero empezar a proponer nombres, porque a lo mejor no acabo, pero lo cierto es que vamos a ganar.
Arias desató el torbellino futurista adentro del gimnasio, pero afuera, antes que él, un artesano exhibió figuras de trapo y vinil de Diego, de Fox, de Carlos Castillo, de Felipe Calderón y de Lozano Gracia.
Siguiendo el ejemplo del panameño, a los pies del muñequito de Ernesto Ruffo puso el letrero siguiente: ``Senador''.
Un grupo de jóvenes panistas dieron un toque distinto al evento. Presentaron un espectáculo musical y de lo alto del gimnasio dejaron caer globos blancos y azules con el logotipo del partido.
En una pantalla gigante se proyectaron dos videos: uno sobre la historia de Manuel Gómez Morín, fundador del partido, y otro sobre la plataforma legislativa.
Gonzalo Altamirano Dimas, líder panista en la capital, dio la bienvenida a los convencionistas. Se leyeron saludos del presidente del IFE, José Woldenberg, y de Miguel Angel Rodríguez, presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América.
Mireya Cuéllar e Ismael Romero Respuesta de Felipe Calderón al Presidente de la República: Ernesto Zedillo no puede decidir si una reforma electoral es definitiva o no. Esa facultad es del Poder Legislativo.
Al instalarse ayer la quincuagésimosegunda convención nacional del PAN, su dirigente, Felipe Calderón Hinojosa, dijo que la reforma electoral recién aprobada es transitoria, porque ``es en sus artículos transitorios donde está la sustancia'' y su insuficiencia hará necesaria otra reforma.
Ante unos cinco mil convencionistas reunidos en el gimnasio Juan de la Barrera, Calderón desglosó la situación política del país y dijo que más allá de las buenas intenciones que se proclaman desde el gobierno, el PRI se ha constituido en el principal factor de inestabilidad política.
Recordó las recurrentes crisis económicas, ligadas en los últimos años a eventos eminentemente políticos: ``una y otra vez, la política derrota a la economía, la política derrota a la sociedad... El PRI se ha constituido en el mayor obstáculo de la modernización política y económica del país''.
En síntesis: la marcha atrás en la última etapa de negociación de la reforma, los titubeos y las decisiones erráticas en materia de políticas públicas, muestran que más allá de un proyecto de reforma electoral gradual, ``el gobierno carece de una estrategía general de transición política y económica''.
Tres fueron los ejes del largo discurso pronunciado ayer por Calderón ante una muchedumbre eufórica por los triunfos del domingo anterior: la reforma electoral, la crisis del sistema político y los riesgos de que quienes lleguen al poder con las siglas del PAN no resistan el canto de las sirenas.
Explicó: Acción Nacional aceptó participar en las negociaciones de la reforma electoral definitiva con la expectativa de que ``en ella podía estar el punto final de la transición''. Según la tesis panista, reiterada por Calderón, el país no requiere iniciar una transición política, ``lo que urge es terminarla''. El verdadero cambio político, añadió, ya está operando a nivel regional, en los estados y municipios donde la oposición está ganando elecciones.
Agregó que la reforma aprobada el jueves, que no llegó a buen término por ``el pánico y la cerrazón priísta'', no puede ser definitiva porque no resuelve de fondo los puntos sobre los cuales se fincaron las principales discrepancias desde el último proceso electoral de 1994, es decir, las relativas al régimen financiero de los partidos políticos y a la equidad en las contiendas electorales.
Tampoco puede ser la reforma que el presidente Zedillo ofreció, apuntó, porque nada dice respecto a la ``necesaria prohibición'' del uso exclusivo de los colores nacionales por parte de un partido político.
Los artículos transitorios del Cofipe cancelan facultades que sólo corresponden al Instituto Federal Electoral, como fijar el costo mínimo de una campaña política; establecen requisitos para la constitución de coaliciones que virtualmente las hace imposibles y no establecen ``verdaderas sanciones'' para quien rebase los topes de campaña, advirtió.
También en los famosos transitorios quedó para después de las elecciones federales de 1997 la renovación de los vocales ejecutivos del IFE (en los consejos estatales y distritales) y el estudio sobre la factibilidad del voto de los mexicanos en el extranjero.
Las limitaciones que contenía la iniciativa del Ejecutivo y los cambios que le hizo el PRI de última hora hacen que dicha reforma electoral no sea de fondo ni definitiva para la vida del país, y que tampoco garantice un régimen democrático.
Sobre el tema del abultado financiamiento que el PRI aprobó para los partidos, Calderón dijo que el gobierno tendría primero que destinar recursos al campo para evitar que los campesinos se vean obligados a sembrar Mariguana y Amapola, porque la manera de impedir la infiltración de dinero ilícito en la política es la transparencia, no el dispendio.
Si el gobierno quiere evitar ``intereses criminales en la vida pública del país'', debería abrir la contabilidad nacional a un verdadero escrutinio y no dar carpetazo y meter la cabeza en la arena ante escándalos de corrupción y dispendio como los de Conasupo, Nacional Financiera, Infonavit y algunos procesos privatizadores.
¿Por qué no comienza a dar una explicación sobre el origen de los recursos de campañas como la de Roberto Madrazo en Tabasco, donde quedó demostrado un gasto de 124 millones de pesos, muy superior al límite legal?
Fue entonces cuando Calderón respondió al Presidente que él no podía decidir que la pasada fue la última reforma electoral de su sexenio, porque no contiene los ofrecimientos de democracia que hizo y porque reformar las leyes corresponde al Legislativo.
Dijo que los panistas van a modificar no sólo la ley electoral, sino todas aquellas leyes que anulan el México democrático y federalista y, para ello, ``vamos a ganar la mayoría de la Cámara de Diputados en 1997''.
Escisión en el bloque gobernante
Los mexicanos, según Calderón, asistimos a otra fase de descomposición del sistema político tradicional, que culmina con una nueva escisión en el bloque gobernante; luego de ir asimilando unos resultados electorales que le son estratégicamente adversos, el PRI se alzó en su segunda rebelión posterior a la XVII Asamblea.
Desconocemos aún las dimensiones del desenlace, agregó, ``lo que percibimos hoy es un partido gobernante que no sabe si culpar a la crisis, a sus gobiernos o a un periódico de su derrota; una fuerza política ciega, titubeante, balbuceante, que no acepta que ha sido derrotada; que ha perdido la primera capacidad política, articular un discurso racional ante las circunstancias. Ahí encontramos la elocuencia de su debacle''.
Todavía no nos frotemos las manos
Sin bajar el tono eufórico, Calderón volvió a todos a la tierra: ``no nos frotemos las manos repartiendo un poder que aún no hemos conquistado''. La temperatura del gimnasio Juan de la Barrera empezó a bajar. Felipe Calderón los exhortaba a subordinar la política a la ética, a cuidarse ya no tanto de la fuerza de sus adversarios, sino del tamaño ``de nuestra potencial debilidad'' (ética). Y a la mente de todos llegaron los casos de corrupción que ya se han presentado en algunas administraciones emanadas del PAN
Mireya Cuéllar e Ismael Romero El PAN propondrá la revisión de la deuda externa y del Tratado de Libre Comercio (TLC) como parte de su programa legislativo 1997-2000, periodo en el que espera tener la mayoría en la Cámara de Diputados, a partir de los resultados de las elecciones federales del 6 de julio del año próximo, se planteó en la instalación de la 42I Convención Nacional.
Ante más de 5 mil convencionistas de 30 entidades del país, el secretario de Estudios del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Franciso José Paoli Bolio, presentó el Proyecto de Plataforma Legislativa, el cual será aprobado en la sesión de hoy.
En el documento se propone que el PAN continúe con su esfuerzo de reformar el artículo 123 de la Constitución y la Ley Federal del Trabajo, para incorporar a más mexicanos al mercado laboral.
Se demanda promover el reconocimiento del derecho a la vida de la persona humana, desde el momento de su concepción hasta la muerte, además de fortalecer al Poder Legislativo.
El proyecto panista pevé la modificación de por lo menos 15 artículos de la Carta Magna y la reforma a diversas leyes secundarias en ocho temas de interés nacional: educación, cultura y medios de información; sistema federal mexicano; economía mexicana; cuestión laboral y seguridad social; seguridad pública y justicia; asistencia social, y campo mexicano.
Cada tema fue analizado en igual número de mesas de trabajo, instaladas en el gimnasio Juan de la Barrera. En la mesa donde se abordaron las propuestas económicas, los panistas acordaron que en la próxima Legislatura del Congreso --hipotéticamente dominada por el PAN-- se establecerán mecanismos para vigilar el costo y la estructura de la deuda externa, con el fin de abatir la enorme carga social que implica su servicio.
Acción Nacional promoverá, de este modo, revisar las condiciones de contratación de deuda anterior, con el fin de restructurarla a partir de criterios de mercado y posibilidad de pago.
En lo referente al TLC, promoverá la revisión de condiciones y calendarios, con el fin de adecuarlos a condiciones más favorables para México en función de los cambios que ha sufrido la economía.
Los legisladores panistas propondrán, por otro lado, reformas a la Constitución, a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal y a la Ley del Reglamento del Banco de México, para hacer efectiva la autonomía de esta institución respecto del Ejecutivo.
Paoli Bolio dijo en su intervención que la conquista de la Cámara de Diputados, en las elecciones del 6 de julio de 1997, constituye un escalafón fundamental en el ascenso de la alternancia.
También que el PAN, con esa mayoría camaral, podrá encauzar y promover, dentro de la ley, un gobierno más justo, bien dimensionado, con reparto de facultades y recursos en sus tres niveles (federal, estatal y municipal), más democrático y con el vigor y la confianza de la población para impulsar una economía sana, una industria limpia, un crecimiento estable y sustentable, y una mejor distribución de la riqueza, la cultura y el poder.
Los objetivos del PAN son, además, lograr una efectiva división de poderes, fortalecer los ámbitos de los gobiernos estatales y municipales con respecto de la federación, y establecer una justa, suficiente y equitativa distribución de los recursos tributarios nacionales.
Diputados y senadores panistas lucharán por crear un Sistema de Ahorro para el Activo; conseguir un equilibrio fiscal, mediante la desaparición de dependencias y secretarías, como las de la Reforma Agraria y de la Contraloría.
Pugnarán por la reducción gradual de la tasa del impuesto al valor agregado (IVA), hasta la meta de 7 por ciento, y reducir la tasa máxima del impuesto sobre la renta a personas físicas, de 34 a 30 por ciento, permitiendo así una importante reducción de impuestos a personas con ingresos bajos y medios.
Por conducto de sus legisladores, el PAN propondrá una política monetaria basada en un sistema cambiario-monetario que permita certeza y transparencia en su manejo, entre otros puntos