La Jornada 18 de noviembre de 1996

Afloran pugnas de líderes panistas en la convención

Mireya Cuéllar e Ismael Romero ``Fox y yo, ya nos traemos de encargo''. Bajo esa premisa, un poco en broma pero otro tanto en serio, Diego Fernández de Cevallos le echó la bronca al gobernador de Guanajuato: ``quiere tenernos a todos ocupados para irse libre en el 2000''.

Y es que al empezar los trabajos del segundo y último día de la convención panista, desde el presidium, Vicente Fox levantó el brazo --en señal de triunfo-- a Fernández de Cevallos cuando se habló de la presencia de la delegación del DF. La lectura fue la misma que se hizo antier cuando los convencionistas, a coro, se pronunciaron por el jefe.


Diego Fernández de Cevallos durante la clausura
de la 62 Convención Nacional del PAN
Foto: Arturo Guerra

Diego estaba ansioso por fijar, desde la tribuna, su posición al respecto; pero tuvo que esperar a que hablaran todos los gobernadores de extracción panista --Francisco Barrio, Héctor Terán, Vicente Fox y Alberto Cárdenas-- antes de poder responder. Desde un lugar entre los convencionistas pedía tiempo. Y cuando le dieron la palabra, engallado, fue hasta el atril.

He visto las manifestaciones de apoyo hacia mi persona, que mucho agradezco, pero no puedo ocultar que algo por ahí no me cuadra, y ha quedado de manifiesto y no es sólo una sospecha, es evidente, que algo tiene que ver Vicente Fox; quiere tenernos a todos ocupados para irse libre en el año 2000. Pero yo tengo muchas razones para decirles que reflexionen, que no les conviene, punto.

Pero no terminó ahí. Les aplicó una moción de orden a quienes le aclamaban: primero, aquí no se está para discutir hoy el Distrito Federal. Segundo, esto no le corresponde decidirlo más que a los hombres y mujeres del Distrito Federal. Tercero, no le conviene a la provincia, y ustedes lo saben, porque mis trincheras están a lo largo y a lo ancho de la República para seguir apoyando los triunfos del PAN.

Todavía en la tribuna, lamentó que Fox se hubiera ido del gimnasio Juan de la Barrera --¡que lástima!-- y le mandó decir con quienes ``lo vean por ahí'': qué bueno Vicente que andes de azul, pero que no se te olvide el blanco, que también es color de Acción Nacional.

El tono de Diego Fernández de Cevallos no era claro. Entre las gradas, algunas delegaciones estatales completas tenían, como dice el comercial, cara de what?, y otras sonreían con el gesto de quien asiste a un evento para iniciados.

El mensaje vino a cuento porque Fox, durante el tiempo que tuvo el micrófono en calidad de ``invitado especial'' --como todos los gobernadores--, retó a quienes cuestionan su lealtad al blanquiazul a que usen, como él, en sus `` 3 mil 640 días de militancia, una camisa azul como lealtad al PAN''.

``Todas las mañanas me pongo las botas, me fajo el cinturón y me fajo mi camisa azul de Acción Nacional... Mi lealtad es al PAN, mi tarea es hacer de Guanajuato una tierra de oportunidades, mi compromiso delante de mis cuatro hijos es sacar al PRI de Los Pinos'', había dicho el gobernador de Guanajuato a los cinco mil convencionistas, que son más o menos los mismos que asisten cuando de elegir candidatos se trata.

Otro que reafirmó su lealtad al PAN fue el Procurador General de la República, Antonio Lozano Gracia, quien envió un mensaje afectuoso a la convención asegurando que en la PGR ejerce sus funciones desde su convicción blanquiazul.

No me imagino como jefe del DF

Resultó que el jefe --como le dicen a Diego en el PAN-- calmó a sus eufóricos seguidores al afirmar que ni siquiera se imagina ``por algún momento'' ser jefe del gobierno del Distrito Federal, y señaló tener ``pánico'' a decir después: ``acepté un lugar que puede y va a ocupar otro muy superior a mí''. Ofreció que habrá ``excelente candidato'' para ese puesto.

Después, en una entrevista de pasillo, Fernández de Cevallos siguió en su postura de no ponerse para que le peguen: ``De aquí al año 2050 no estoy disponible''.

Apología de la impopularidad

Carlos Castillo Peraza fue otro de los oradores, programados como magistrales, que cerraron los trabajos de la convención. Y algo se traía el ex dirigente nacional del PAN, que dedicó buena parte de su intervención a criticar a quienes son populares entre la tropa (no especificó si azul).

Empezó por recordar que nuestra vida ``no está en nuestras manos, y te recuerdo Clouthier. De lo único que estoy seguro es que será un panista quien gane el año 2000''. Después pidió apostar al partido, a la institución, que es el que ``ha dado los frutos''.

Pero lo que más llamó la atención fue su defensa de la impopularidad: ``los dirigentes tenemos que ser capaces de afrontar hasta la impopularidad porque, en democracia, el criterio que norma y que decide quién es hombre de Estado es el que incluso es capaz de arriesgar su propia popularidad haciendo lo que debe hacer desde el poder y no el demagogo. Un dirigente político que goza siempre del favor de los suyos es indigno de merecer su confianza. Un dirigente político tiene que saber también ir solo, pero la impopularidad no puede ser un fin en sí misma ni es prueba infalible de valentía. A veces, para conseguirla, basta ser estúpido, reflexionó.