La Jornada 18 de noviembre de 1996

HIJOS DE BARRENDEROS TABASQUEÑOS: 33 DIAS LEJOS DEL HOGAR

Judith Calderón Gómez Ante la cerrazón de las autoridades para atender a los barrenderos de Tabasco que cumplieron ya 38 días en esta ciudad, los afectados discuten la posibilidad de que diez de más se sumen a los dos que ayer cumplieron 33 días sin probar alimento.

Las negociaciones ``están atoradas'' comentó el líder del Frente Amplio de Lucha Democrática (FALD), Aquiles Magaña García, quien refiere las carencias en que viven los l50 tabasqueños que participaron en una caminata a esta ciudad, llegaron el l0 de octubre y duermen en el piso de la Sección 9 del Sindicato Nacional de Trabajadores del Estado.


Plantón de trabajadores tabasqueños frente a la CNDH.
Foto: Arturo Guerra 1

Se bañan con agua fría, comen una vez al día. Las mujeres permanecen en el edificio cuidando a los pequeños y los hombres que están bien de salud salen a botear diariamente a las puertas del Partido Revolucionario Institucional y del Senado.

Otros, en el campamento que instalaron frente a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, noche y día cuidan a los dos huelguistas que durante 33 días han ayunado. El estado de salud de Venancio Jiménez y Jorge Luis Magaña es delicado. Están débiles, con dolores de cabeza, pero insisten en que ``continuarán hasta sus últimas consecuencias''.

Tres de los l0 niños del campamento están ``enfermitos''. El frío les impide recuperarse de los males respiratorios, pues además, al igual que sus padres, duermen en el piso entre cartones, periódicos y algunas cobijas.

De los adultos, ocho han sido operados de la vista. Seis siguen con un ojo parchado y deben guardar reposo por prescripción médica. Sus padecimientos se recrudecieron en esta ciudad pero estaban ya ``dañados por las infecciones que provoca la basura'', y varios de ellos tenían carnosidad pero el agotamiento que causa la caminata, la deficiente alimentación y los altos niveles de contaminación les em- peoró el padecimiento y tuvieron que ser operados en un hospital del Departamento del Distrito Federal.

De ocho intervenidos quirúrgicamente, dos seguían ayer con parches en los ojos, y los seis restantes usan gafas oscuras y se reincorporaron ya a las labores de boteo.