MIRADAS Carlos H. Avila Bello
Zongolica: Riqueza y pobreza

En estos días tuve la oportunidad de intercambiar algunas ideas sobre sistemas agroforestales con indios nahuas de la sierra de Zongolica. La sierra de Zongolica se localiza en la zona centro del estado de Veracruz, cerca de las ciudades de Orizaba y Córdoba. El recorrido por la montaña es muy interesante ya que pueden observarse bosques de pino, encino, ilite o aile, liquidambar, así como elementos de selva mediana, cafetales y maíz.

Por su naturaleza fisiográfica estas zonas son de ``vocación'' forestal, sin embargo, existe una tradición agrícola muy importante en la zona, otro reto que enfrenta la zona para poder orientarse hacia la producción forestal es que está sumamente fraccionada, cada productor tiene entre 1 a 3 hectáreas y la población sigue creciendo; otro problema es la falta de una cultura relacionada con la organización productiva y el otro, la ausencia casi total de investigación científica, salvo intentos aislados por parte de Chapingo, la Universidad Veracruzana y la UAM, pero básicamente para realizar tesis profesionales. El papel que puede jugar la investigación científica en estas áreas es fundamental para incorporarlas al desarrollo, pero se necesita la participación vigorosa de fondos del gobierno ¿por qué? porque a pesar de su riqueza natural, los productores son muy pobres como para aportar inicialmente dinero a los proyectos de investigación, en sus propias palabras ``las tierras y nosotros estamos marginados''.

Es urgente la participación de la investigación en estas regiones porque con ello contribuiríamos a: 1) preservar la gran variedad de recursos fitogenéticos de esta zona; 2) disminuir o evitar la alarmante pérdida de suelo; 3) conocer las características ecológicas de los bosques y selvas que se aprovechan para sentar las bases científicas de su aprovechamiento y proponer planes de manejo adecuados a estas características; 4) aumentar la producción y la productividad de los campesinos; 5) fomentar la organización productiva, especialmente en silvicultura, en aquellas áreas cuyas características no permitan el desarrollo de agricultura; 6) encontrar especies nuevas y útiles para la humanidad; 7) experimentar con especies nativas para conocer su potencial maderable, energético, para pulpa para papel, medicinales, etcétera.

Insisto en el aspecto forestal porque me preocupa que, como en el caso de Planfosur, las zonas de alta diversidad y riqueza queden en manos de extranjeros que no las aprecien y además se desplace a especies nativas adaptadas a condiciones ecológicas particulares y que pueden competir en productividad con las exóticas, por ejemplo: picho (Schizolobium parahyba) vs. eucalipto.

Ante estos nuevos fenómenos me pregunto ¿no podrá el Estado mexicano invertir en programas educativos que fomenten la organización productiva de los indígenas y campesinos pobres del país y en proyectos serios y bien fundamentados de investigación científica que impulsen el desarrollo de Zongolica y las zonas indígenas en general, conservando a la vez nuestros recursos naturales, en ves de subsidiar a transnacionales?