La Jornada 21 de noviembre de 1996

Convoca López Obrador a luchar por mejores empleos y salarios

Alejandra Gudiño, corresponsal, y Rosa Icela Rodríguez, Nezahualcóyotl, Méx., 20 de noviembre En el virtual arranque de la campaña electoral hacia 1997, el dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática, Andrés Manuel López Obrador, llamó a retomar las banderas de la Revolución Mexicana, como la lucha por la justicia social, el empleo y el mejoramiento de los salarios.

Al conmemorar 86 años del movimiento revolucionario y festejar las victorias electorales en los estados de México, Hidalgo, Coahuila y Guerrero, el líder del PRD asumió un compromiso: ``Si el pueblo nos otorga la mayoría en el Congreso de la Unión, modificaremos las leyes neoliberales y la Constitución, para cambiar la actual política económica, para crear, en tres años, cinco millones de empleos dignos, permanentes y bien remunerados en todo el país y en el Distrito Federal''.


Concentración por el triunfo perredista en Ciudad
Nezahualcóyotl, en el palacio municipal de esta zona.
Foto: María Luisa Severiano

Con la plaza de este populoso municipio a reventar, López Obrador hizo compromisos de gobierno a ocho meses de la elección federal del 6 de julio de 1997. Y llamó a su partido a prepararse con institucionalidad, unidad, disciplina democrática, organización y, en su caso, resistencia civil pacífica, con el apoyo del pueblo.

En caso de que el pueblo les entregue la mayoría en el Congreso, enfatizó que ``no vamos a destituir al Poder Ejecutivo ni alterar la vida institucional del país; pero sí vamos a obligar a que la justicia social y la creación de empleos bien pagados sean el objetivo fundamental de la política económica''.

Salinas será enjuiciado

Acompañado de la plana mayor, dirigentes, diputados, senadores y la dirigencia estatal del PRD, y más de 15 mil simpatizantes eufóricos que apoyaron al nuevo alcalde Valentín González Bautista, López Obrador fue ovacionado cuando se comprometió a que si su partido tiene la mayoría en el Congreso de la Unión, ``no habrá titubeos ni medias tintas: Carlos Salinas y socios serán enjuiciados, y habremos de recuperar las riquezas mal habidas que obtuvieron en detrimento del pueblo de México''.

Frente a la oferta política y social precisa y clara de justicia social que ofreció en este nuevo bastión perredista, dijo que, en contraparte, el PRI y el PAN buscan el progreso sin justicia que significa retroceso.

``Ambos partidos sostienen la misma actitud entreguista de las riquezas nacionales al extranjero, y el mismo desprecio por millones de mexicanos que se debaten en la miseria, en la desnutrición, en la insalubridad, en el analfabetismo y en el desempleo. La hermandad política e ideológica entre el PRI y el PAN ha llegado al extremo que el régimen priísta gobierna con los postulados económicos de Acción Nacional'', añadió.

PRI reaccionario, PAN conservador

A pleno sol -tan fuerte que hubo varios desmayados- y con el griterío de la multitud de personas de varios municipios, López Obrador aseguró que su partido sigue luchando por los ideales de la Revolución, porque México sigue viviendo el oprobio del retraso político y la injusticia social.

``El PRI, supuesto heredero de la Revolución Mexicana, es hoy el principal enemigo del ideario de Madero, de Zapata, de Villa y de Lázaro Cárdenas. El PRI se ha convertido en un partido reaccionario, antinacionalista, entregado a doctrinas infamantes como el neoliberalismo, el principal obstáculo para la democracia y la justicia social''.

Después, se referiría a Acción Nacional, como el partido que surgió en 1939 para combatir el ideario de la Revolución, y que hoy ``continúa con el mismo propósito de fueros y privilegios. Dice buscar la democracia, pero únicamente como señuelo para tomar el poder y entregar el país a unos cuantos y al extranjero. Quieren la democracia, no para que el pueblo participe, sino para legitimar su doctrina conservadora''.

Luego advirtió que quienes ``han venido votando por el PAN, por desconocimiento de sus antecedentes históricos y de su conservadurismo, o creyendo que ese partido representa una opción de avance y de cambio, habrán de sufrir las consecuencias de ser gobernados por hombres ajenos a toda mística patriótica y social''.

Hoy -resumió-, como a lo largo de la historia, México tiene que decidir su destino entre las dos opciones de siempre: la reacción, representada por el PRI y el PAN; o la democracia y la justicia, banderas del PRD. Lo que más nos distingue del PRI y del PAN es nuestro compromiso con la justicia social.

Al llamar a desterrar del poder a quienes tienen a México sumido en la corrupción, la miseria y la impunidad, el perredista estimó que si obtienen la victoria en la gubernatura del Distrito Federal, así como la Asamblea, tanto la acción administrativa como la legislativa tendrán como finalidad central crear dos millones de empleos en los primeros tres años de gobierno.

También prometió que dictarán leyes en el Congreso para reestructurar el sistema de salud, así como un sistema de nutrición para niños, ancianos, indígenas, discapacitados e indigentes, y un sistema nacional de universidades populares para rechazados en el ciclo de educación superior.

``Usaremos los nuevos recursos públicos para construir la democracia, no como el PRI, que se los autorizó para evitar y contener la democracia, tarea por cierto inútil'', y subrayó que el porcentaje considerable de financiamiento público asignado al PRD será destinado a programas sociales, a devolver directamente el excedente al pueblo.

``¿Dónde quedó la palabra de honor?''

Mientras abajo del templete se veía un cuadro polícromo de banderas amarillas, letreros de fiesta, payasos perredistas (de verdad), con nariz roja y zapatotes, arriba de una camioneta sobresalían el Padre Nacho y sus efigies de la Virgen de Guadalupe, así como enormes mantas de otros municipios que le exigen al PRD pelear los triunfos, como es el caso de Chicoloapan.

En la tribuna, Cuauhtémoc Cárdenas recibió las porras del gentío, más aun cuando dijo que para alcanzar la democracia se tiene que dar la lucha contra la corrupción, ``no más Raúles, no más Carlos, ni más botines del poder público'', y llamó a combatir la miseria, la marginación y apoyar el empleo y la recuperación del bienestar digno para todos los mexicanos.

El dirigente nacional del PRD, Porfirio Muñoz Ledo, habló de que las últimas victorias son el preludio de lo que puede ocurrir en 1997, cuando la democracia entierre al PRI en un montón de votos. En seguida, el responsable de la negociación de la reforma, en tono de reproche al gobierno, dijo: ``¿En dónde quedaron las promesas de consenso? ¿En dónde quedó la palabra de honor del presidente Zedillo? ¿se le perdió en el camino?''.

Escándalo hicieron los asistentes cuando escuchaban decir: ``Habla Zedillo de una razón de Estado. Yo le pregunto, ¿no se trata más bien de una razón de partido? ¿No se trata de que los resultados en el estado de México, Hidalgo y Coahuila han hecho cundir el pánico entre el oficialismo? Yo lo invito a un debate público sobre el carácter democrático de las disposiciones que han adoptado por un burdo mayoriteo''.

Luego replicó que el gobierno ha llamado a la concordia, a la conciliación y a la reunificación. ¿Sobre qué bases? ¿sobre la base de los pactos rotos? ¿de la palabra que ha sido violentada? ¿del consenso que ha sido olvidado?

Heberto Castillo felicitó desde el micrófono el trabajo de López Obrador y pidió a los perredistas: ``Si nos peleamos frente a la prensa, si balconeamos a los demás, digamos unidad, unidad''.

Al final cantaron el Himno Nacional y antes guardaron un minuto de silencio en memoria de Agustín Linares Castro, dirigente perredista en Tenango del Aire, asesinado por un priísta. Felices se veían los jerarcas perredistas firmando autógrafos con sus collares de claveles