La Jornada 21 de noviembre de 1996

Fondos públicos, vida para partidos

José Ureña La vida de los partidos políticos, al faro de sus cuentas de 1994 y 1995, no podría explicarse sin el financiamiento público: Acción Nacional depende de él en 67 por ciento, el Revolucionario Institucional en 47 y el de la Revolución Democrática en 96 por ciento.

Es decir, de cada peso gastado en 1995 y reportado al Instituto Federal Electoral (IFE), el PAN obtuvo 33 centavos de aportaciones privadas, mientras que el PRI se financió en 53 por ciento de particulares y el PRD, el más dependiente del presupuesto, apenas en 4 por ciento.

Pese a todo, hay orígenes no aclarados sobre ese dinero particular. Un dato: el Diario Oficial de la Federación del 13 de diciembre de 1995 asienta sobre el rubro Otros ingresos del PAN para 1994, año de campaña presidencial de Diego Fernández de Cevallos: ``Aportaciones de comités para campañas. Cantidad correspondiente al importe reportado en los informes de campaña como aportaciones del partido, no siendo posible su verificación debido a que cada comité estatal controló estos ingresos y el Comité Ejecutivo Nacional carece de documentación relativa a los mismos''.

No se refiere a cifras nimias: es más del 40 por ciento de los ingresos de los 105 millones 151 mil 349 pesos que el PAN manejó durante 1994 provenientes de seis fuentes: financiamiento público, cuotas de militantes, aportaciones de simpatizantes, autofinanciamiento, rendimientos financieros y otros ingresos.

En el ramo otros ingresos incluyó 42 millones 610 mil 501 pesos, equivalente a poco menos de la tercera parte del tope máximo fijado para una campaña presidencial. De esa cifra, el PAN justificó el origen de sólo un millón 670 mil 799 pesos, en aquel tiempo calificados de nuevos pesos.

El origen anónimo sigue en otros rubros. En el de simpatizantes, fuente de 21 por ciento del financiamiento de 1994, 84.7 por ciento no está identificado. Para 1995 aumentaron esas aportaciones anónimas y alcanzaron 99.96 por ciento de 2.8 millones. Como no fue año de elección federal, el presupuesto panista llegó apenas a 54.6 millones de pesos.

Para conocer estas estadísticas basta penetrarse en los informes publicados en el Diario Oficial, donde se hace un análisis de los reportes de los partidos y de cómo se realizaron auditorías parciales: revisión de apenas unas nóminas, unos cuantos recibos en el caso de honorarios y análisis de pequeñas facturas.

Lo que está más claro es cómo los partidos tienen en el financiamiento público una fuente importante. Por ejemplo, los gastos ordinarios y las campañas de 1994 se pagaron, en el caso del PAN en 28 por ciento con dinero público, 22 por ciento en el del PRI, 76 por ciento en lo que respecta al PRD, 92 en el caso del Ferrocarril y 84 por ciento en el del Partido Verde Ecologista de México.

Para 1995 la dependencia del financiamiento gubernamental fue mayor: 67 por ciento para el PAN, 47 para el PRI, 96 para el PRD, 89 para el Ferrocarril y el PT, y 91 para el Verde Ecologista. Según el Diario Oficial del 31 de octubre pasado, el financiamiento público para los cinco partidos con registro nacional fue de 171 millones 609 mil 858 pesos en 1995, contra 201 millones 462 mil 82 pesos en 1994.

Estos datos indican que todos los partidos, excepto el PRD, deberán depender cada vez más del erario, de las aportaciones que les entregue el IFE, pues no pueden tener más del diez por ciento de dinero proveniente de particulares, sean militantes o simpatizantes, y nunca de instituciones privadas.