La Jornada 21 de noviembre de 1996

Aceptó la OMC ser árbitro en la controversia sobre la Helms-Burton

Afp, Efe y Reuter, Ginebra, 20 de noviembre La Organización Mundial de Comercio aceptó hoy el pedido de arbitraje de la Unión Europea, que definirá si la ley estadunidense Helms-Burton viola las reglas de libre intercambio, pero Estados Unidos advirtió que esa decisión podría poner en peligro a la propia organización, fundada hace dos años.

``La continuación del procedimiento sobre este tema presenta riesgos graves e inestimables para la organización, que está sólo en el comienzo de su desarrollo'', advirtió el embajador estadunidense ante la OMC, Booth Gardner, mientras fuentes de la Comisión Europea manifestaron su temor de que Washington invoque la cláusula de seguridad nacional en defensa de la ley, ampliamente condenada en todo el mundo.

La UE presentó un primer recurso en octubre pasado, pidiendo a la OMC la constitución de una comisión de arbitraje para examinar la Helms-Burton, que refuerza el bloqueo estadunidense de más de tres décadas contra Cuba.

La creación del pánel de tres expertos de comercio neutrales se hizo automática una vez que la UE decidió este miércoles presentar la petición por segunda vez. Canadá y México ya invocaron el derecho de asociarse a la demanda.

Miembros de la OMC que participaron en una reunión a puerta cerrada explicaron que el representante comercial de la UE, Ian Wilkinson, dijo que el bloque de 15 países europeos mantuvo su solicitud porque no había visto cambios en la posición estadunidense en torno a la polémica ley.

``Los objetivos (políticos) fundamentales de la legislación no están en disputa. Pero tenemos un grave deterioro comercial, y también hay que considerar la extraterritorialidad'', declaró Wilkinson.

La Helms-Burton, firmada por el presidente Bill Clinton en marzo pasado después de que Cuba derribó dos aviones de un grupo anticastrista con sede en Miami, permite a los ciudadanos estadunidenses --incluso de origen cubano-- demandar a compañías extranjeras que operan con propiedades confiscadas tras el triunfo de la revolución cubana, en 1959, aunque la aplicación de dicha cláusula fue suspendida hasta enero próximo. También establece la prohibición de entrada a Estados Unidos de ejecutivos de esas compañías y de sus familiares directos.

``Estados Unidos está sorprendido e inquieto de ver que sus diferencias en torno a Cuba son llevadas ante un foro comercial multilateral'', dijo Gardner, al considerar que la disputa ``no es un tema comercial''.

A su vez, el subsecretario estadunidense de Comercio Internacional, Stuart Eizenstat, advirtió en Washington que la decisión de la OMC ``sólo alentará y apoyara a los individuos en Estados Unidos que ya se oponen a esa organización''.

Otros enviados comerciales pronosticaron que si a Washington se le permite invocar la cláusula de seguridad nacional, se abrirían las puertas a acciones similares por parte de otros países.

El embajador de Cuba ante la OMC, Eumelio Rodríguez Caballero, rechazó que Washington pueda invocar el artículo según el cual a ningún miembro puede impedírsele aplicar las medidas ``necesarias a la protección de sus intereses esenciales de su seguridad en el campo militar''.

El mandato de la comisión de arbitraje puede evolucionar si las partes lo deciden así. A falta de un acuerdo por fuera de la OMC, la comisión se reunirá en los 30 días siguientes a su constitución y entregará un informe final a las partes en un plazo de seis meses.

Según fuentes de la Comisión Europea, algunos miembros de la UE consideran que tras mostrar firmeza en la OMC, es el momento de promover un objetivo común europeo-estadunidense en favor de la democracia en la isla.