Miguel Angel Rivera El municipio de Texcoco está situado en el oriente del estado de México y separado del Distrito Federal por una franja lacustre de 13 kilómetros de ancho y una superficie de 418 kilómetros cuadrados, de los cuales 90 por ciento ha sido de uso agropecuario, forestal y lacustre, además de que tiene mantos acuíferos muy importantes que lo ubican como la cuenca hidrológica más importante del valle de México.

La descripción resulta idílica; el problema surge cuando se piensa que esa zona podría perder su condición de reserva ecológica porque allí se planea construir el nuevo aeropuerto de la ciudad de México. Parece una solución lógica, porque la actual terminal aérea está ubicada precisamente en el otro extremo del ex lago de Texcoco y porque además se aprovecharían las obras de infraestructura que ya se han hecho en esa zona.

Sin embargo, grupos ecologistas no están de acuerdo con la medida y advierten que la creación de un nuevo aeropuerto dañaría todavía más el ya muy deteriorado medio ambiente del valle de México. Dichos grupos hacen otra advertencia, que por cierto coincide con el problema que planteamos ayer en este espacio: el del crecimiento de las colonias populares en zonas que antes se dedicaban a la producción agropecuaria.

Su ruido a otra parte

``La construcción caótica de casas habitación en terrenos que no son propios para ese uso y la falta de control de autoridades municipales están atentando contra la conservación de la cuenca hidrológica. De esta reserva de agua depende la conformación geológica de la ciudad de México, ya que su estructura está cimentada en un suelo arcilloso con un alto contenido de humedad resultado del agua del subsuelo procedente de estas tierras y que, al perderse la humedad, se hará frágil con el consecuente hundimiento y resquebrajamiento de los estratos superiores del suelo. Este problema se agravaría de llevarse adelante el proyecto de creación del aeropuerto alternativo'', dice un folleto explicativo distribuido por el denominado Grupo Ecologista Texcocano.

El folleto fue remitido a quien esto escribe por el señor Primitivo Iriarte, quien aclara que no es miembro del grupo ecologista ni tampoco del PRD, cuyos candidatos de esa zona también se oponían a la construcción del mencionado aeropuerto: ``No le pido a usted que dé crédito al PRD, a Chapingo --algunos investigadores de esta Universidad también han denunciado el riesgo-- o a los ecologistas, pues es sabido que estos grupos en ocasiones sólo asumen actitudes protagónicas; por eso mismo tampoco pretendo que me dé crédito; la intención es simplemente que los que tienen acceso a la opinión pública a través de los medios de comunicación en que laboran tomen conciencia de esta amenaza de ecocidio que no sólo afectaría a Texcoco sino a todo el valle de México, pues aquí se localiza la principal cuenca hidrológica y el único pulmón que le queda a la gran ciudad de México''.

Cabe recordar que en el sexenio de Luis Echeverría se hicieron estudios para crear una nueva terminal aérea y los técnicos eligieron una zona cercana a Tizayuca, Hidalgo, ahora también candidata. Al parecer en ese rumbo, más seco y de tierras de menor calidad, no habría los riesgos que se anticipan en Texcoco, que por cierto es uno de los municipios perdidos por el PRI.