DIF: adeuda Nueva Tenochtitlán $646 mil
Alberto Nájar El Sistema Nacional del DIF informó que las deudas que tiene la Unión Popular Nueva Tenochtitlán por las dotaciones de desayunos escolares se adquirieron entre septiembre de 1992 y noviembre de 1994, y ascienden a 646 mil 94 pesos. Sin embargo, de acuerdo con Virginia Jaramillo, representante de la organización, el entonces director de la dependencia, Eduardo Montaño, condonó el débito a todas las organizaciones beneficiarias, las cuales efectuaron una huelga de pagos por un incremento injustificado en el precio de las raciones.
En un comunicado el DIF afirma que la Unión ``no logró comprobar a quién o quiénes entregaba'' los 7 mil 54 desayunos que recibía diariamente, porque ``no logró integrar ni presentar un padrón de los beneficiados''. Empero, explicó Jaramillo, la dependencia no aceptó las listas elaboradas por la organización, e incluso sin previo aviso modificó los formatos para llevar a cabo el trámite.
Los nuevos documentos, indicó, ``son extremadamente complicados y de hecho constituyen todo un estudio socieconómico de las familias''. Entre los requisitos se incluyen, por ejemplo, anotar el ingreso mensual de cada uno de los integrantes, el domicilio, número de miembros y su edad. ``No nos negamos a hacerlo, pero la verdad es que sus requerimientos no coinciden con nuestros padrones'', dijo.
En su comunicado el DIF señala que el recibo 73761080033009697, publicado por La Jornada, ``es uno de los pagos que esa organización realizó durante el presente año, pero cubre apenas 1.08 por ciento del adeudo global''. En ese sentido, la representante de la UPNT insistió en que a partir de marzo de 1995, cuando concluyó la huelga de pagos, todas las cuentas fueron saldadas, y como prueba presentó copias de todos los recibos con el sello de las instituciones bancarias correspondientes, es decir, Banpaís y Serfin.
Empero, la dependencia reconoce que la raíz del conflicto no son los adeudos sino ``la decisión de no tener más intermediarios en la entrega de apoyos alimenticios'', los cuales ``son para los niños que más los necesitan en las escuelas''.
Virginia Jaramillo afirmó que, en los hechos, la población que atendían las organizaciones sociales quedará desprotegida, pues se trata principalmente de madres lactantes, indigentes y ancianos que no van a las escuelas y a los cuales no se ofrece ningún programa alternativo de atención.
Denunció que existen casos documentados de asociaciones de padres de familia que ofrecen los desayunos escolares a un precio cinco veces mayor, o bien, consejeros ciudadanos que los distribuyen en forma proselitista. Esto se identificó en el área vecinal 15 de Azcapotzalco