Las políticas de grupos feministas de Latinoamérica, a debate en Chile
Rosa Rojas El VII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, organizado ``desde la autonomía'', que habrá de realizarse del 23 al 28 de noviembre en Chile, será el escenario de una polémica en la cual habrán de evaluarse ``las políticas feministas que se están haciendo a nombre del feminismo'', declaró a La Jornada Margarita Pisano, integrante de la comisión organizadora del evento.
Considerada como una de las ideólogas feministas más destacadas a nivel continental, Pisano habló de los avatares de la organización del encuentro, a propósito de los cuales hizo algunas reflexiones sobre el papel de la cooperación internacional para el desarrollo y acerca de cuáles pueden ser, a su juicio, las tareas políticas del movimiento feminista latinoamericano.
Las feministas autónomas chilenas, explicó, ``estamos hablando (de la existencia) de dos grandes corrientes (feministas), no estamos diciendo que son las únicas. Pero lo que estamos tratando de mostrar es que hay dos estrategias globales diferentes. Esto no debería ser problema, para nosotras el problema es que estas visiones hay que explicitarlas y discutirlas, ya que una parte del feminismo --el institucionalizado-- con énfasis en las políticas de presión, de lobby, con una estrategia muy en relación con Naciones Unidas, la política de las grandes cumbres, de cara a los gobiernos y a los Estados, está haciendo sus políticas a nombre de todo el movimiento.
``Con esta estrategia se ha abandonando la política de cara a la formación de movimientos sociales con capacidad de cambio; más bien hay una utilización de nuestro movimiento social, se habla y se negocia a nombre de él. Me parece que uno de los grandes desafíos actuales del movimiento feminista es hacer un gran proceso de cultura, de imaginación e instalación de otra cultura, más que un reduccionismo al estar pidiendo igualdades a un sistema civilizatorio que lo encuentro terrible.
``Una feminista que me dice que su interés es buscar la justicia, la igualdad con el hombre, es alguien con quien no tengo mucho qué hacer porque está proponiendo que la cultura vigente es válida, que lo único que pasa con nosotras es que tenemos que acceder a esa cultura, que estamos un poco afuera.''
Pisano, estuvo en México participando en talleres de reflexión feminista organizados por el Centro de Investigación y Capacitación de la Mujer (Cicam, AC), refirió que a raíz de estos planteamientos se acusó a las integrantes de la comisión organizadora del VII encuentro de ``sectarias'' y de pretender impedir la participación de mujeres ``institucionalizadas'' --quienes trabajan en organizaciones gubernamentales y no gubernamentales. Esto motivó que el evento haya estado precedido de una sorda polémica en el movimiento feminista continental que llevó a un grupo de mujeres chilenas a buscar, primero, evitar su realización en ese país y, posteriormente, a una campaña internacional --parcialmente exitosa-- para bloquear fondos de la coperación internacional que solían fluir en apoyo a esos eventos. El resultado fue que para el VII Encuentro se recibieron poco menos de 30 mil dólares de financiamiento, cifra que contrasta desfavorablemente con los casi 500 mil dólares con los que se contó para el VI Encuentro efectuado en Costa del Sol, República del Salvador, hace tres años.
Cuestionada acerca del significado de que el evento esté organizado ``desde la autonomía'', Pisano indicó que se buscó que ``las instituciones no tuvieran una injerencia en el encuentro ni política ni organizativamente, que aceptábamos a las instituciones como apoyo o patrocinantes si es que querían, pero que el encuentro y su organización sería independiente del sistema institucionalizado del movimiento feminista, del fenómeno de institucionalización.
``La comisión organizadora, cumpliendo esos acuerdos, está formada por mujeres feministas, autónomas en ese sentido y es necesario aclararlo porque hay un gran malentendido (entre comillas). Se ha dicho que al definirnos nosotras como feministas autónomas, estaríamos dejando de lado, o no dejando participar a mujeres que son institucionalizadas en el sentido de trabajar en Organizaciones no Gubernamentales (ONG) de mujeres o institutos o alguna de la estructuras del Estado que trabajan con mujeres. No hay tal, en la comisión hay mujeres que trabajan en ONG, pero el movimiento es autónomo a estas instituciones, que son aparatos que no siempre responden al movimiento feminista aunque sean formadas por mujeres que se definen como feministas.
``Por eso concebimos el encuentro como un lugar en donde se proponga una discusión de políticas feministas y donde pudiéramos evaluar lo que se está haciendo a nombre del feminismo. Nuestra intención es que este encuentro sirva para evaluar lo que ha sido la construcción del movimiento y sus políticas en los últimos años, para proyectar estrategias de acción futura. Para ello nos pareció pertinente dar a conocer a través de un punteo lo que ha sido la discusión del movimiento feminista chileno en los tres foros nacionales como en el encuentro nacional realizado hasta la fecha, instancias generadas y organizadas por el movimiento feminista autónomo en un gran esfuerzo de articulación para la reflexión y el debate político filosófico.
``El punteo de dichas discusiones fue: Primero, la autonomía del movimiento feminista respecto de la política de Naciones Unidas, Estados, gobiernos, partidos políticos, ONG y redes de ONG y las políticas de cooperación internacional, es ese uno de los foros. Redes de los movimientos sociales y del movimiento feminista, en particular en esta seudodemocracia.
``Tercero, existencia de dos corrientes político-filosóficas al interior del movimiento que se traduce en estrategias distintas y contrapuestas al momento de actuar en los escenarios político y social, esto es reconocer que tenemos diferencias políticas.
``Relación entre el movimiento feminista y movimiento de mujeres y cuál es la concepción de movimiento, los agentes en su construcción, la concepción de los cambios que la sociedad requiere y el papel que le cabe al feminismo en ellos. Los problemas éticos en el movimiento feminista.
``Las mujeres de instituciones, el feminismo institucionalizado, las funcionarias, pueden venir siempre que lo hagan a título personal; que no vengan a instalar sus proyectos institucionales como los proyectos del movimiento feminista''.
``En la historia última del movimiento se han creado varias ONG's de mujeres feministas y dentro de sus equipos hay feministas y no feministas, mujeres que tienen una sensibilidad en relación con la problemática de la mujer, pero trabajar en una ONG que se dice feminista no te hace automáticamente feminista. Hay mujeres que dicen: `yo trabajo aquí, pero no soy feminista'.
``Otras vienen desde los partidos políticos, creen en la propuesta social, económica, en el proyecto cultural de sus partidos y llegan al movimiento feminista a instalar estas propuestas y buscando que el feminismo le agregue la demanda de las mujeres a esas propuestas de sociedad y cultura.
``El movimiento feminista no ha reflexionado teórica ni políticamente lo que le implica la diferencia entre una mujer con sólo conciencia feminista y aquella que tiene una práctica política y una participación en el feminismo. Esto es importante porque ocurre que en esa ameba cualquiera se levanta como representante del movimiento, negocia a nombre de él, adquiere poderes que nadie le ha otorgado.
``Otro aspecto es el poder que ha adquirido esa institucionalidad. Las instituciones manejan recursos, implementan reuniones donde invisibilizan a quienes tengan críticas, a nosotras. Ellas tienen --por ejemplo-- la prensa y el poder de la prensa feminista en Latinoamérica. Es obvio que las instituciones se mueven con y por los intereses y políticas institucionales que no siempre tienen que coincidir con las de un movimiento. De allí que las feministas institucionalizadas son las que tienen más poder porque negocian desde la institucionalidad y a través de las políticas de lobby y todo lo demás; están en contacto con el poder establecido, con las grandes instituciones gubernamentales o supragubernamentales como Naciones Unidas. Esto no es ni bueno ni malo, es sólo su política, pero lo que importa es que, desde ahí, ellas definen e implementan las políticas del feminismo fuera del feminismo: desde la institucionalidad, no desde el movimiento.''