La Jornada Semanal, 24 de noviembre de 1996
El amor es suplicio
y es también la escalera
en la que peldaño a peldaño
ascendemos
para rozar el cielo.
El cielo es un suplicio
y descendemos
y en cada peldaño las pisadas
del amor nos conmueven
y llegamos a la puerta
y al abrirla
estamos otra vez
en el paraíso. Ascendemos,
descendemos, sufrimos
y gozamos, entramos
y salimos, gemimos
y volvemos a gemir.
Pues nos amamos.
Soy un microbio
y soy también un pescador.
Por culpa del amor
soy tantas cosas
y otras. Soy mariguano
pájaro dormido en el cielo,
humo de tren
de vapor. Soy un señor
de otra época
y de ésta que es la peor.
Y todo por amor.
Su nombre no lo digo,
lo he olvidado,
me duele recordarlo,
tiene pechos de pétalo
y corazón de piedra,
sus ojos y sus manos
me acarician. Gimo.
Soy un sostén
en el suelo, un pájaro
en la lluvia, una muñeca.
Soy, en la calle del amor,
el que ama demasiado.
Lloro y amo.
Yo lloro y sufro y amo
Y quedamente gimo
con palabras de amor.
Ah, corazón de Águeda
que escucho entre gemidos
que me abrasan!
* * *
Juan Antonio Masoliver Ródenas (Barcelona, 1939) es autor de El jardín aciago (Premio Carlos Ortiz, 1985), La casa de la maleza (1992) y En el bosque de Celia (1995), entre otros títulos.