CANCER, SEGUNDA CAUSA DE MUERTE EN MEXICO
I. El cáncer es la segunda causa de muerte en México. Después de las enfermedades del corazón, es responsable del 10 por ciento de las defunciones por patologías, y si continúa la tendencia actual, en menos de dos décadas causará la cuarta parte de los decesos, es decir, tres de cada diez mexicanos serían susceptibles de contraer ese mal.
Entre 1985 y 1994 se registraron 405 mil 841 muertes por cáncer. Un análisis de las tendencias de este mal progresivo, con frecuencia incurable, reporta que la mayor incidencia afecta a las mujeres y que las metástasis más comunes son de cáncer cérvico-uterino y de glándulas mamarias. Ambos males, curables si se detectan en sus primeras fases; ``ni siquiera deberían existir'', según el director del Instituto Nacional de Cancerología (INC), Jaime de la Garza Salazar.
En 1992, la tasa de mortalidad general por algún tipo de neoplasia maligna (o cáncer) se calculó en 14.2 por cada cien mil habitantes; para 1994 aumentó a 40 por cien mil habitantes.
La propensión a este padecimiento entre las mujeres es notable: diariamente 12 de ellas, de 48 años de edad en promedio, mueren de cáncer cérvico uterino.
Entrevistado con motivo del 50 aniversario del INC, que este lunes inicia su celebración con el Congreso Internacional sobre Cancerología, De la Garza señaló que en Estados Unidos, hace 40 años, el cáncer cérvico uterino se ubicaba entre las primeras siete causas de muerte y ahora está en el lugar 15 a 20, mientras que en los países europeos es inexistente.
Debido a la falta de detección temprana, se le empieza a considerar como una de las epidemias de la pobreza. Entre las mujeres marginadas, según el especialista, la incidencia es mayor ``ya que por su misma condición esas mujeres no saben ni lo que es el cáncer''.
Este padecimiento ocasionó 41 mil 30 defunciones ente 1985 y 1994, es decir 20 de cada mil defunciones en el grupo de mujeres. La tasa de mortalidad en el primer año fue de 7.7 por cada cien mil mujeres y para 1994 esta cifra se ubicó en 9.4 por cada cien mil.
Hace seis meses comenzó a funcionar en México el Programa de Detección Temprana, con el cual se espera realizar alrededor de 35 millones de exámenes de papanicolau para detectar displasias (lesiones precancerosas) y lesiones cancerosas localizadas.
El objetivo es, explicó de la Garza Salazar, reducir la tasa de incidencia en 30 por ciento en un periodo de cinco a diez años.
Actualmente sólo unos 15 millones de mujeres acuden a los laboratorios clínicos para someterse a un análisis citológico, aunque debiera ser una práctica generalizada y semestral entre las mujeres de más de 25 años con vida sexual activa.
De acuerdo con el Registro Histopatológico de Neoplasias en México (RHNM) elaborado por la Secretaría de Salud, la incidencia de cáncer está relacionada con factores de riesgo como el tabaquismo, la exposición a tóxicos específicos y radiaciones, infecciones, uso de ciertos medicamentos y el tipo de nutrición.
Por sexo, en los hombres se ubicó en primer lugar el grupo de 75 y más años, seguido del de 70 a 74; en las mujeres fue el de 40 a 44, con el 8.1 por ciento; después el de 45 a 49, y el de 75 y más años, con 7.7 por ciento cada uno.
Del total de casos registrados, 14 mil 554 (23.2 por ciento) correspondieron a cáncer cérvico uterino, seis mil 406 (10.2 por ciento) de mama femenina, tres mil 71 (4.9 por ciento) de glándula prostática, dos mil 781 (4.4 por ciento) de linfomas, y dos mil 343 (3.7 por ciento) de estómago.
En la clasificación por sexos, el de la próstata ocupó el primer sitio para los hombres, con 13.9 por ciento, y el cérvico uterino para las mujeres, con 35.9 por ciento, indica el RHNM.
La incidencia de cáncer es mayor en países desarrollados que en las naciones en vías de desarrollo.
Esta situación se ajusta a nuestro país por la transición epidemiológica que vive y que ha llevado al incremento en la esperanza de vida, calculado para los hombres en 72 años y 74 para las mujeres. En este aspecto, México se ubica entre los países del primer mundo, y por eso el cáncer es un problema de salud pública, comentó de la Garza Salazar.
Cada tejido, cada órgano del cuerpo puede desarrollar algún tipo de cáncer, y no necesariamente implica muerte, porque ``hay muchos que se pueden detectar en forma temprana y otros detectados localmente o aún diseminados pueden curarse'', aseguró el director del INC, institución que este lunes cumple 50 años.
El segundo cáncer más frecuente en la mujer es el de mama, que aunque no se puede prevenir sí es posible detectar tempranamente y eliminar con una sencilla cirugía. Se presenta con mayor frecuencia después de los 40 años y de manera particular en los estados del norte de la República, donde las condiciones económicas son mejores, además de que también influyen los antecedentes familiares.
Al referirse a los hombres, de la Garza Salazar comentó que el cáncer de pulmón es el más frecuente, pero si la persona es mayor de 50 años, aumenta el riesgo para desarrollar el de próstata.
El RHNM da cuenta de que en 1994 el cáncer de pulmón ocasionó cinco mil 847 defunciones. Se presenta a partir de los 60 años, en 4.8 por ciento en hombres y 1.3 por ciento en mujeres.
En tanto, el cáncer de próstata es el responsable de 22 mil 900 fallecimientos registrados entre 1985 y 1994, colocándose en este último año como la tercera causa de muerte por tumores malignos en hombres en etapa posproductiva.
Los altos índices de morbilidad y mortalidad se deben principalmente a la tardanza para realizar el diagnóstico, y a veces, reconoce el director del INC, también por negligencia o mal manejo de los médicos. (Angeles Cruz)