Sigue la tensión entre evangélicos y católicos en Venustiano Carranza
Helio Henríquez y Angeles Mariscal, corresponsales, Aguacatenango, Chis., 25 de noviembre. Junto al cadáver de su suegro, el indígena Mario Jiménez Zepeda advirtió en su escaso español: ``Si el gobierno no nos da justicia nos vamos a levantar en armas para correr a los protestantes que sólo han venido a dividirnos''.
Separados por menos de dos kilómetros de planicie, los evangélicos respondieron: ``Nunca más vamos a permitir que nos vuelvan a correr de nuestras tierras; primero muertos que volver a ser refugiados en nuestra propia tierra como si fuéramos de otro país''.
Tras el enfrentamiento entre católicos y evangélicos,
resultaron varios heridos y un muerto del lado católico.
Foto: Francisco Olvera
La chispa del enfrentamiento que ayer al mediodía dejó una persona muerta y una veintena de heridos --cinco de ellos graves-- entre evangélicos y católicos tradicionalistas del municipio de Venustiano Carranza, se originó por la detención del agente municipal Francisco Juárez Méndez por parte de los protestantes.
Pero el origen del conflicto se remonta a 1992, cuando doce familias de la iglesia pentecostés fueron expulsadas por profesar una religión distinta a la católica tradicional. Después de un año, las autoridades estatales, las de Aguacatenango --en ese entonces priístas-- y los evangélicos acordaron el retorno de los desterrados.
Dos años después, en enero de 1995, las autoridades tradicionalistas --para entonces militantes del PRD-- expulsaron de la comunidad a 22 familias que durante 18 meses permanecieron refugiadas en la vecina Villa Teopisca, hasta que en agosto pasado, con el apoyo del gobierno estatal, fundaron el barrio Monte de los Olivos en terrenos comunales a menos de dos kilómetros del fundo legal de Aguacatenango, ante la imposibilidad de ocupar sus viviendas originales que están abandonadas.
Las amenazas mutuas estos tres últimos meses finalmente desembocaron ayer en un nuevo enfrentamiento, del cual esta vez los católicos sacaron la peor parte con un muerto y 19 heridos, uno de ellos, José Méndez Aguilar, ``a punto de morir''.
Las versiones entre los grupos antagónicos son contradictorias: los tradicionalistas, militantes del PRI, sostienen que unas 200 personas acudieron al mediodía ``sólo con azadones, cuerdas y machetes'' al barrio Monte de los Olivos a ``medir la tierra que ellos no van a ocupar'' para hacer la milpa, pero fueron recibidos a balazos.
El mayordomo de la iglesia en Aguacatenango, Ramón Aguilar, dijo que si hasta ayer estaban dispuestos a dialogar para resolver el problema por las buenas, ahora ``le exigimos al gobierno que los saque de allí antes de que vaya a haber otro enfrentamiento, porque el pueblo está verdaderamente encabronado''.
A su vez Juan López Ramírez, representante de los evangélicos, dijo que la presencia de los tradicionalistas ``con el pretexto de medir las tierras fue una clara provocación'', porque desde hace varios meses los habían ``amenazado con corrernos de aquí''. Respecto al hecho de que sólo entre los católicos hubo heridos y un muerto, López Ramírez dijo que así fue porque ``Dios nos protegió'' y enfatizó: ``No estamos dispuestos a salir nunca más de aquí''.
Mientras tanto, en Tuxtla Gutiérrez, el Consejo Interreligioso anunció que intervendrá en la solución del conflicto en Aguacatenango, para lo cual nombró al obispo coadjutor Raúl Vera López y al presbítero Abdías Tovilla Jaime, para que convoquen al diálogo entre las partes