La Jornada 27 de noviembre de 1996

Acuerdan México y Singapur ser puentes de libre comercio

Elena Gallegos y Mireya Cuéllar, enviadas, Singapur, 27 de noviembre Al comenzar su visita por este que es uno de los países más prósperos --es también uno de los tigres asiáticos--, el presidente Ernesto Zedillo y el primer ministro Goh Chok Tong acordaron convertir a México y Singapur en sólidos puentes que interconecten las áreas de libre comercio de América del Norte (TLC) y del Sureste Asiático.

El mandatario mexicano destacó que las dos naciones tienen grandes coincidencias y rechazan los proteccionismos y los regionalismos cerrados que pueden dar ventajas a algunos países en el corto plazo, pero acaban siendo causa de retraso para todos, especialmente para las naciones que los adoptan.

Señaló que ambos países están convencidos de que debe avanzarse hacia un mundo con cabal libertad de intercambios. Esto ocurrió anoche (7 de la mañana del martes en México) en la cena que Tong brindó a Zedillo y en la que le ofreció ser el conducto para inversiones asiáticas en México.

Explicó que la estratégica ubicación de la isla puede ayudar a México a vincularse con el continente, del mismo modo que México puede ser la puerta de entrada a Latinoamérica de los hombres de negocios de Singapur.

Singapur, le dijo Tong a Zedillo, puede ser el socio de México en Asia. Le pidió que los dos países trabajen conjuntamente para asegurar el éxito de la próxima conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que se celebrará aquí en dos semanas.

Zedillo se dirigió a los comensales en inglés, al igual que lo hizo ayer por la mañana frente a los hombres de negocios filipinos, antes de viajar de Manila a esta isla.

La comitiva mexicana llegó a las 15 horas al moderno aeropuerto Changi, luego de más de tres horas de vuelo. Al pie de la escalerilla el primer ministro Tong esperaba ya a su invitado. La bienvenida fue sobria.

Singapur es como el final feliz de un cuento de ficción. Aquí todo está en orden, o así parece. La gente tiene empleo --sólo 2 por ciento de casi 3 millones de habitantes carecen de él-- y el ingreso per cápita es diez veces superior al de México. Se calcula que este año rebasará los 27 mil dólares.

Las cifras oficiales dan cuenta de que la inflación será de apenas 1.7 por ciento; como ha ocurrido en los últimos 30 años, el crecimiento del PIB se ubicará arriba de los 8 puntos, y el país cuenta con reservas internacionales de 70 mil millones de dólares.

Unido a Malasia por un enorme puente, este país está formado por una isla grande y 64 pequeñas. Su nombre significa Ciudad del León. Los chinos lo llamaron ``pueblo marino'', y durante siglos fue motivo de disputas entre Siam, Tailandia y Malasia. Esta última lo terminó cediendo ``a perpetuidad'' a la British East India Company en 1824, y de 1851 a 1965 estuvo bajo la tutela de la corona británica.

Con una boyante industria manufacturera --es ya una potencia en materia de electrónica--, Singapur reporta un acelerado ritmo en su actividad económica.

Lo que aquí ocurre es de verdad asombroso. A donde quiera que se mire pueden observarse decenas de rascacielos en construcción. Lujosos autos circulan por las calles y se multiplican las áreas verdes.

La zona comercial del centro de la ciudad no le envidia nada a la Quinta Avenida de Nueva York: elegantísimas boutiques, las firmas europeas más exclusivas y costosísimos artículos.

La base de esta rica economía la forman los sectores manufacturero, de servicios y finanzas. Su moneda, el dólar de Singapur, es tan fuerte que entre los países vecinos se ha pensado en internacionalizarla y convertirla en moneda de reserva en la región. Singapur es también el principal centro refinador de petróleo del área y el tercero en importancia en el mundo, después de Houston y Rotterdam.

Por el volumen de operaciones efectuados, su bolsa de valores ocupa el cuarto lugar a nivel mundial después de las de Londres, Nueva York y Tokio.

Pero los cuentos de ficción son sólo eso. Todo esto se ha logrado prácticamente sin oposición. Desde su independencia y bajo el férreo liderazgo de Lee Kuan Yew --al que se le designó ministro emérito de Singapur luego de ejercer directamente y durante 21 años el poder--, en Singapur la hegemonía la tiene el Partido Acción Popular (PAP), creado precisamente por Yew.

Según los corresponsales extranjeros (por la importancia de este centro económico, 73 medios internacionales tienen representantes aquí), se ejerce una sutil censura de prensa. El control de todo lo tiene Yew. De hecho, el primer ministro es hechura suya y su hijo, Lee Hsieng Loong, es el viceprimer ministro. Zedillo visitará esta tarde a Yew.

Hasta mediados del ochenta las disidencias no podían manifestarse abiertamente. El primer gran dirigente opositor que ocupó un cargo en el parlamento, Yeya Rahmad, de origen hindú, terminó siendo echado del mismo.

Sin embargo, se ha comenzado a abrir el juego político. Pero las rendijas son aún pequeñas. Las cuatro fuerzas de oposición que se han formado tienen aún débiles estructuras si se les compara con las del poderoso partido gobernante, y ocupan apenas cuatro de los 81 escaños del parlamento.

Las cosas marchan --dicen los defensores del sistema-- y la gente vive bien por los rígidos controles impuestos por el partido gobernante, algunos de cuyos altos dirigentes se han formado en universidades inglesas y estadunidenses.

Porque si algo funciona en Singapur es la disciplina. Fuertes sanciones se imponen lo mismo para quien comete una infracción de tránsito que para quien tira la basura al suelo o fuma en lugares prohibidos.

Hasta hace diez años las parejas pagaban multas si tenían más de dos hijos. Cuando se registró un decrecimiento en la población el gobierno cambió radicalmente las normas y no sólo dejó de imponer sanciones, sino que instituyó premios a quienes procreaban más hijos.

El 76 por ciento de la población es de origen chino; 15 malayo; 6.4 indios, y el resto son los llamados euroasians (mezcla de europeos y asiáticos). Los idiomas oficiales son el inglés, el malayo y el chino.

En el área de influencia Singapur es un sitio atractivo para buscar trabajo. Chinos, tailandeses y malayos se contratan hasta por dos años y perciben ingresos que jamás recibirían, en ese lapso, en sus países. Hasta mil dólares al mes, muy buen dinero aunque sea la mitad de lo que ganan los lugareños.

Asia y AL, zonas de mayor potencial

Zedillo y Tong sostuvieron conversaciones privadas en la residencia oficial Istana Villa, construida el siglo pasado y que fuera sede de los gobiernos británicos en la isla.

Tong ofreció la cena y a ella fueron invitados los empresarios mexicanos y los más influyentes hombres de negocios de Singapur.

Tong indicó a Zedillo que según reportes del Banco Mundial se augura que para el próximo siglo tanto el este Asiático como Latinoamérica serán las zonas del mundo que mayor crecimiento registren: ``Como miembros de dos diferentes economías regionales de rápido crecimiento, Singapur y México pueden cooperar para beneficio mutuo''.

También se refirió a la crisis económica que estalló en México y a la manera en la que ésta parece haber quedado atrás: ``La crisis financiera que heredó cuando tomó posesión --dijo a Zedillo-- ha sido desactivada. Usted sacó a México de la recesión y lo colocó en el camino del crecimiento. Estoy seguro de que bajo su administración México mantendrá su desarrollo''.