Zedillo: legítimo, usar mi mayoría
Elena Gallegos y Mireya Cuéllar, enviadas, Singapur, 28 de noviembre Cuantas veces sea necesario ``ejerceré mi mayoría'' en el Congreso para sacar adelante las reformas que México necesita, ``tal y como lo hice'' en el caso de la reforma política, dijo aquí el presidente Ernesto Zedillo, y sostuvo que en el caso del financiamiento -punto de disenso entre él y los partidos de oposición- está convencido de que él estaba en lo correcto ``y ellos en un error''.
Interrogado por corresponsales extranjeros sobre el ``estancamiento'' de la reforma política, el mandatario señaló que ``es falso'' que haya retrocesos en ese tema, y agregó que como él tenía la razón debió usar toda su ``autoridad moral'' sobre su partido, que tiene la mayoría en el Congreso, para sacar adelante su propuesta.
Luego rechazó las versiones que ha difundo la oposición sobre este asunto y el hecho de que la prensa las haya ``retomado erróneamente''; criticó a las dos principales fuerzas de oposición al señalar que mientras una quería financiamiento preponderantemente privado, la otra estaba de acuerdo con los montos pero preocupada de cómo decirle al pueblo que gastaría tanto en las actividades políticas.
En lo que se interpretó como una alusión al PAN, en el primer caso, y al PRD en el segundo, agregó que este último (al que nunca mencionó por nombre) no cree que sea ``muy popular'' decir a la gente que se usan tantos recursos para financiar actividades políticas, y por tanto él no permitiría que por eso la reforma no se hiciera.
Al defender su decisión de ir solo con su partido al cambio de las leyes políticas secundarias, Zedillo afirmó que el talón de Aquiles de la democracia es el financiamiento a partidos, y la oposición en México no entendió que su reforma no era coyuntural, ``sino que miraba al siglo XXI''.
Otro de los temas que el Presidente tocó a petición de editores locales y corresponsales extranjeros fue el referente a la privatización de las plantas petroquímicas.
Dijo que ésta nunca se frenó, aunque admitió que al haber retomado un proceso que se inició en 1992 (en la administración de Carlos Salinas de Gortari), cuando se puso en venta el primer complejo -Cosoleacaque-, algunos aspectos legales comenzaron a aflorar. ``Entonces pensamos que estábamos usando un marco legal que se podía prestar después a cuestionamientos de transparencia'', señaló.
Fue cuando su gobierno decidió revisar todo el marco jurídico y rehacer el proceso. Insistió en que el tiempo que se tomó efectuar eso tampoco significa un retroceso en la política de privatización. ``Hemos querido ser muy cuidadosos desde el punto legal y de transparencia'', indicó.
En el salón Valley del hotel Sangri-La, 22 editores locales y corresponsales extranjeros conversaron durante 90 minutos con Zedillo. Fue Mathew Curtin, representante de AP Down Jones News Service (AP y Down Jones editan el Wall Street Journal), el que lanzó:
-¿Reconocería usted que el programa de reestructuración económica, que hasta el momento ha avanzado de manera lenta, como ocurre con la privatización de la industria petroquímica -que ha tenido problemas-, puede también estar en peligro sin una importante reforma política, que parece estar un poco estancada?
De entrada Zedillo le devolvió:
-Estoy en total desacuerdo con usted. Su información es incorrecta y permítame ir punto por punto.
Detalló enseguida las reformas que se han hecho, para seguir con su programa de reforma del Estado, al sistema de pensiones, y explicó también con precisión lo que sucedió en el caso de la petroquímica.
Entró entonces en el tema más polémico: la reforma política. Calificó de errónea la manera en la que la prensa ha retomado los señalamientos de la oposición. ``Es falso que afirmen que nosotros nos hemos movido para atrás'', manifestó.
Se refirió al hecho de que por unanimidad, en el Congreso se hayan aprobado las reformas constitucionales que dieron marco a los cambios que se hicieron, posteriormente, a las leyes secundarias, y que fue en las que el PRI votó solo.
``Tuvimos un acuerdo en 99 por ciento de temas, pero no se logró en un punto importante: el financiamiento a partidos'', concedió. Aquí quiso ser enfático: ``Debo ser franco. La diferencia estaba entre los partidos políticos y yo, y me refiero a Ernesto Zedillo, presidente de México''.
Agregó que su postura siempre estuvo a favor del financiamiento público transparente y suficiente que debía darse a las organizaciones políticas, según su fuerza ``y para que no estuvieran tentadas a hacer trampa o a recibir dinero bajo la mesa''.
Al describir las posturas de las dos organizaciones opositoras, comentó que mientras una buscaba financiamiento privado, la otra decía sobre los montos: ``Bueno, está bien, pero cómo le vamos a decir al pueblo que vamos a gastar tanto dinero''.
``Si esa fuera una consideración apropiada -continuó su crítica el Presidente-, tendríamos que cerrar nuestra diplomacia y el señor (José Angel) Gurría (el canciller, a su lado en el acto) estaría bastante preocupado, y también tendrían que dejarse de lado muchos otros aspectos del Estado que no son fácilmente explicables al hombre común y corriente.'' Finalmente recordó que él fue electo con más de 50 por ciento de votos (17 millones). ``Tengo la mayoría y todas las veces que no exista acuerdo tengo que usar mi mayoría'', dijo