La Jornada 29 de noviembre de 1996

Fernando Benítez
Miguel Limón Rojas

Yo pertenecí al Instituto Nacional Indigenista (INI) durante más de 20 años, desde su fundación, por el gran arqueólogo don Alfonso Caso hasta la dirección de Miguel Limón Rojas. Miguel, con quien me ligó una estrecha amistad, logró establecer durante su gestión numerosas escuelas y clínicas en varias regiones indígenas; en esas clínicas se integraron médicos indios, conocedores de las hierbas medicinales.

Miguel trabajó con pasión y firmeza; emprendió penosos viajes a las aldeas y a los pueblos indígenas. Su modelo fue Benito Juárez, que siendo un indio zapoteco muy pobre, mediante el estudio llegó a ser Presidente de la República y la figura central del siglo XIX.

En sus múltiples viajes lo que más dolió a Miguel no fue la fatiga del camino sino la atroz miseria de los indios, el saqueo de sus bosques, el desprecio con que los tratan los llamados ``vecinos''. Hoy que Miguel es secretario de Educación Pública trabaja más de 14 horas, con la misma dedicación y esfuerzo que cuando fue director del Instituto Nacional Indigenista.

Se ocupa de reforzar la autoridad de los maestros rurales y la de los profesores de las escuelas en sus diversos grados, de la impresión de millones de libros de texto gratuitos y de resolver múltiples problemas. Tiene la convicción de que el estudio es el único medio para lograr la igualdad de todos los mexicanos.

En 1804, Humboldt sentenció que la Nueva España (que entonces tenía 7 millones de habitantes) era el país de la desigualdad. Hoy México tiene 90 millones y la desigualdad perdura como fruto de la miseria y la ignorancia. Nosotros tampoco hemos sabido aprovechar el enorme potencial humano que suponen los indios y los muchos analfabetos que aún perduran.

El secretario de Educación no olvida la lección de Juárez. Ayudemos todos a Miguel Limón Rojas en su esfuerzo por promover la cultura y la educación de México.