Una década bastó a los Beatles para dejar a la posteridad las letras y la música de sus canciones. Canciones que, compuestas en su mayoría por John Lennon y Paul McCartney, han dejado huella profunda no sólo en la música de los años sesenta sino en las concepciones y el comportamiento de las generaciones actuales. Por algo son clásicos contemporáneos.
En cada país hay seguidores de los Beatles. La misma Cuba, después de un largo periodo de prohibición, se enfrenta hoy ante la posibilidad de recrear, conforme a su idiosincrasia, al grupo de Liverpool. Apenas en 1993, la cantante italiana Mina (una leyenda viva) canta a los Beatles con arreglos de Massimiliano Pani, Mario Robbiani, Gianni Ferrio, Victor Bach y Antonio Faraó. Toda una orquesta para la Mina y su mágica interpretación.
De este lado del río Bravo, Betsy Pecanins --aunque nacida en Yuma, ``la antesala del infierno''-- ha producido una nueva versión de la música de los Beatles: a su inconfundible blusística voz la acompaña sólo la intimidad del violoncello y la soledad del piano. Con los arreglos y la dirección musical en manos de Rosino Serrano, hay en este compac disc de Sólo Beatles una propuesta musical sin precedentes en el ``sonido Beatles''.
Los Beatles no sólo son el recordatorio de una época, los años sesenta y setenta, cargados de pacifismo, hippismo, ecologismo; en contra de la guerra de Vietnam, el 68 mundial, Biafra y Nigeria... Hoy, los Beatles son punto de partida en las nuevas propuestas de los grupos de rock. No en balde existe en el repertorio de muchos de ellos. Los Beatles no nada más pertenecen a un patrimonio generacional, a esos que crecimos y marchamos durante nuestra juventud al ritmo de la bitlemanía. No. Los Beatles ya son parte de la postmodernidad.
Y una mujer que ama el desierto, que canta para sobrevivir, para vibrar; una mujer repartida entre México, Cataluña y Estados Unidos: tres raíces, tres idiomas, tres formas de ser que la convierten en una intérprete de canciones catalanas (Vent amb veus); la cantante que aborda inusitadamente al blues con letras en inglés y en español (Betsy Pecanins canta blues y El sabor de mis palabras), hasta llegar a un estilo peculiar para abordar la canción ranchera: un experimento revolucionario de lo mexicano, de la que también es culpable Rosino Serrano (El efecto tequila).
Parafraseando a Villaurrutia, Betsy Pecanins es ``voz que madura/ voz quemadura''. En el mundo hay voces locales, nacionales, y voces internacionales. La de Betsy es una voz internacional que algún día tendrá su debido reconocimiento: no importa el idioma en el que cante, importa que se sienta, no que se entienda; ir más allá de las palabras en una lengua específica. (Aquí, hemos sido un poco injustos con Betsy, que ha escogido a México para lanzarse y no le hemos dado todo lo que merecería).
Con Betsy entendemos y sentimos a los Beatles. Los arriesgados arreglos de Rosino Serrano nada piden a los sofisticados que para Mina hicieron sus compatriotas italianos. Escuchemos por ejemplo la versión de Mina a The long and winding road, y después la de Betsy. La de Mina es certeramente externa, a pecho abierto; la de Betsy es íntima, provocativamente tierna. La Hey Jude de Mina es festiva; la de Betsy suena subversivamente nostálgica, del solo al acompañamiento, en un emotivo crescendo lleno de esperanza. En las dos intérpretes hay alma y espíritu de verdaderas artistas, no simples repetidoras de letras.
Sin traicionar su blusística voz, Betsy Pecanins construye el ``sonido Beatles'', amparada en la hermosa interpretación que del violoncello hace Mónica del Aguila, y en el piano y sus arreglos, Rosino Serrano deja clara su propuesta musical: contemporaneizar más a los Beatles a finales del siglo sin dejos nostálgicos de los años sesenta, porque hoy los Beatles son algo más que sólo una referencia en la historia mundial. Su música es y será material de creadores, como los que hicieron posible el compac disc de Sólo Beatles (el que, por cierto, con total desapego al dinero, pagó íntegramente Laura Esquivel para su realización).
Betsy canta a los Beatles, al mundo y lo hace desde México.
Gracias, Betsy.
* Hoy, la cantante dará una demostración de su disco y acaso entonces * se descubra si lo que aquí decimos es verdad o mentira. Sólo * Beatles se puede oír en el Hard Rock Café, a partir de las 22 * horas (está frente al Auditorio Nacional).