No tomaremos una decisión precipitada sobre Cuba: España
Afp, Ap, Ansa, Dpa, Efe, Ips Pl y Reuter, La Habana, 28 de noviembre La posición del gobierno de España, encabezado por el conservador José María Aznar, es ``injerencista'' y ``grosera'', sostuvo hoy el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, quien calificó como ``inaceptable'' que algunos políticos, dijo, ``quieran tratar a Cuba como una nación esclava''.
En Madrid, el canciller español Abel Matutes dijo que su gobierno ``no va a adoptar ninguna decisión precipitada'' en relación con La Habana, y aunque Aznar aseguró que todos sus socios de la Unión Europea apoyan su iniciativa para endurecer la política hacia la isla, trascendió que Los Quince aprobarán una resolución más flexible que la propuesta por el gobernante español.
En un nuevo revés para Estados Unidos, el proyecto de ley canadiense para contrarrestar a la ley Helms-Burton, destinada a internacionalizar el bloqueo estadunidense contra la isla, obtuvo la aprobación efectiva, y podría entrar en vigor antes de fin de año.
Dos días después de que Cuba retiró su beneplácito al nuevo embajador español, José Coderch --quien en recientes declaraciones al diario vvmadrileño ABC se manifestó dispuesto a abrir las puertas de la legación a todos los disidentes cubanos-- la vigilancia en torno a la sede disminuyó, y solamente continuaban en el lugar unas decenas de agentes de policías y grupos civiles de apoyo al gobierno.
Ayer la zona se encontraba acordonaba por cientos de uniformados, en previsión de que se registraran incidentes luego de que insistentes rumores difundían la especie de que la embajada daría refugio a todo cubano que lo solicitara, aunque la versión fue desmentida oficialmente.
En Santiago de Cuba, a unos 900 kilómetros de La Habana, Alarcón dijo a la Agencia de Información Nacional que ``por desgracia'' parece que en el nuevo gobierno español ``existen personas enquistadas y con mentalidad racista y colonialista''.
``Si los cubanos han sido capaces de resistir las amenazas y los ataques del país más poderoso de la Tierra, es absurdo que el imperio al cual derrotaron hace un siglo trate de imponérseles y doblegarlos'', añadió el también ex embajador de Cuba ante las Naciones Unidas.
Tras fustigar que algunos políticos ``quieran tratar a Cuba como una nación esclava'', Alarcón dijo que le parece casi imposible que Matutes se muestre prepotente, y que un embajador se permita el lujo de expresarse de una forma ``absurda'' del gobierno ante el cual representará a su país, más aún cuando no ha entregado sus cartas credenciales.
``La grosera postura de los funcionarios hispanos no es el resultado de la ignorancia o ingenuidad de varios políticos, sino de una actitud provocadora que existe en altos círculos de poder en Madrid'', indicó Alarcón, quien también fue jefe de la delegación cubana que negoció con Estados Unidos los acuerdos migratorios que pusieron fin a la crisis de los balseros, iniciada en agosto de 1994.
Al referirse a las declaraciones de Coderch, Alarcón indicó que actitudes de esa naturaleza violan las normas del derecho internacional, se contraponen a la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas y colocan a España en un camino ``imposible de transitar, luego del clima de igualdad que ha prevalecido en las cumbres iberoamericanas''.
En un tono más conciliador, el vocero de la cancillería, Miguel Alfonso, dijo en esta capital que existe una ``total tranquilidad'' en las relaciones entre Madrid y La Habana, y expuso que ``desde el lunes pasado en la noche, cuando se hizo entrega de la nota anunciando la medida (del retiro del placet a Coderch), ha habido total tranquilidad en esta cuestión, sin ningún desarrollo que merezca comentario público''.
``Puedo garantizarles que desde el punto de vista del gobierno existe igual disposición ``, recalcó el vocero, aunque advirtió que ``ello no significa que dentro de unas horas o días podamos volver a una situación de turbulencia''. Interrogado sobre el nuevo plan de la UE destinado a aumentar su presión para que se produzcan reformas democráticas en Cuba --aprobada informalmente, y que será sancionada por los ministros del Exterior de Los Quince la próxima semana-- Alfonso señaló que el gobierno cubano prefería no hacer comentarios al respecto hasta tener pleno conocimiento del documento y que el mismo haya sido aprobado.
Pero al inquirírsele sobre las declaraciones de Alarcón, el vocero dijo que las desconocía. ``En Cuba, como en España, los partidos expresan posiciones partidistas, pero las relaciones entre Estados son de gobierno a gobierno, a través de las respectivas cancillerías'', acotó.
Aznar, seguro
El canciller Matutes dijo que su gobierno ``no va tomar ninguna decisión precipitada'' con respecto a Cuba. Al término de una comida con embajadores de países latinoamericanos, entre ellos la cubana Rosario Navas, Matutes señaló que ``no se ha tratado especialmente el tema de Cuba. Ese es un tema... sobre el que ya no conviene hacer comentarios''.
Un día después del espaldarazo que recibió del premier británico John Major, Aznar dijo que ``la UE tiene una posición común'', por lo que ``todos'' los países europeos apoyan su propuesta de presionar a la isla hacia reformas democráticas.
Matutes ``ha sabido retomar la crisis de las relaciones cubano-hispanas, que se le había ido de las manos'' a Aznar, manifestó el vocero del ex gobernante Partido Socialista Obrero Español, Luis Yáñez.
Pero pese al optimismo de Aznar, trascendió en círculos diplomáticos de la UE que la propuesta española no será sancionada tal y como la presentó aquél. Los Quince se comprometerán a ``aprovechar más activamente que en el pasado cualquier oportunidad para recordar a las autoridades cubanas --en público y en privado-- su responsabilidad fundamental en el tema de los derechos humanos, especialmente en cuanto a la libertad de expresión y asociación'', según las fuentes.
Y la nueva línea de la UE no afectará al contencioso entre Bruselas y Washington sobre efectos territoriales de la Helms-Burton, que prevé sanciones a empresas que ``trafiquen'' con propiedades confiscadas a estadunidenses al triunfo de la revolución, en 1959