La Jornada 30 de noviembre de 1996

Divide a PRI y PAN la ambición de sus líderes: López Obrador

Rosa Icela Rodríguez Mientras otros partidos se dividen porque las ambiciones personales de sus dirigentes no conocen límites, el Partido de la Revolución Democrática es el mejor cohesionado del país, afirmó Andrés Manuel López Obrador, al asegurar que ``el PRI está inmerso en un proceso indetenible de descomposición y el PAN se ha dividido en dos, peleando desde ahora la Presidencia del año 2000 que dudamos mucho sea suya, porque en aquel momento se va a topar con nosotros''.

En la inauguración del pleno del tercer Consejo Nacional del PRD, el dirigente nacional señaló que si bien su partido tiene aspiraciones de largo plazo, ``no soñamos despiertos, ni somos triunfalistas'', lo que ``hacemos es prepararnos a fondo'' para las contiendas inmediatas como la gubernatura del Distrito Federal y la renovación del Congreso.

Ahí, frente a los 200 consejeros, insistió en su oferta política hacia 1997: ``lucha por la democracia y la creación de empleos con un proyecto económico nacionalista'', y ``no como el proyecto neoliberal del PRI y del PAN que quieren finanzas sanas y pueblo enfermo de hambre y empobrecido''.

En su mensaje en la sede nacional del PRD, el político tabasqueño prometió: ``Nosotros ofrecemos una prosperidad económica que empiece en la mesa de los mexicanos; no ofrecemos convertir a México en país de primer mundo, sino mejores condiciones de vida y trabajo. Nos interesa el desarrollo tecnológico y la inversión, pero no en los negocios de cuello blanco ni en trabajadores de robótica, sino inversión que genere empleos permanentes y bien pagados''.

Desde la tribuna, López Obrador dijo que los miembros de ese partido tienen que estar muy atentos a los movimientos del gobierno y a la crisis política que se está dando en su interior. Precisó que ``una de las señales es el intento de obtener en la mesa lo que no lograron en las urnas en el Estado de México. Por encima de la ley pretende adjudicarse diputaciones que no le corresponden; estamos en espera de la rectificación; de lo contrario, estemos atentos a un llamado, porque habrá movilización nacional en defensa de la legalidad''.

En otra parte del mensaje invitó a los perredistas a formar un frente amplio o núcleo progresista, aceptar a otros dirigentes de organizaciones sociales como candidatos a puestos de elección, porque el partido ``no es patrimonio de sus dirigentes, sino instrumento de lucha al servicio de la sociedad'' y llamó a ver a los candidatos externos ``no como tránsfugas'', sino como excluidos de partidos que han decidido cerrarse a las nuevas ideas.

No vamos a destituir al Ejecutivo

Recalcó lo dicho en otras ocasiones: que si el pueblo vota porque el Congreso quede con mayoría del PRD ``no vamos a destituir al Poder Ejecutivo ni a alterar la vida institucional del país; pero sí los vamos a obligar a que la justicia social y la creación de empleos bien pagados sea el objetivo fundamental de la política económica''.

Tras indicar que a pesar de los logros perredistas nadie estará satisfecho hasta gobernar México, el dirigente llamó a sus compañeros ``a no caer en falsos triunfalismos; la única garantía de éxito en las próximas contiendas electorales es el trabajo incansable de todo el partido, todo el tiempo, en todo el país y con todo el pueblo''.

``Pobre papel sería el nuestro si como partido, como dirigentes, estuviéramos por debajo de las expectativas de cambio que los mexicanos tienen. Nuestro reto es estar a la altura de las aspiraciones del pueblo. Tomamos el control del cambio o el cambio será sin nosotros o, peor aún, el cambio irá en contra de nosotros'', añadió.

Adujo que el reto del PRD es situarse en la cresta de la ola de las transformaciones democráticas y convertirse en una verdadera opción de gobierno para conducir el país hacia mejores niveles de progreso y bienestar. Ante la insistencia del PRI y el PAN de imponer un sistema económico sustentado en la marginación y la injusticia, el PRD es el partido cuya ideología y programa político representa la esperanza para millones de mexicanos, dijo.

Tras felicitar a los dirigentes y candidatos, López Obrador llamó a que en lugar de ``regodearse con los avances electorales, (estos) deben ser un acicate para fortalecer la unidad, continuar la institucionalización y vincularnos más a la causa social''.

Hizo un llamado a los alcaldes y diputados para hacer un nuevo tipo de administración pública en México, significado por la honradez, el trabajo, la creatividad, la humildad, la entrega a las causas justas, sin prepotencia y sin abusos de poder.

Aclaró a los alcaldes que ``una cosa es el gobierno y otra el partido'', por lo que instó a los nuevos alcaldes a ``atender a todos los ciudadanos y a conformarse con los mejores cuadros técnicos, administrativos y políticos''. Advirtió que no es aceptable que el partido presione a los presidentes municipales para que integren sus equipos con el sistema de cuotas. Es su facultad nombrar libremente a los funcionarios, advirtió.

Y de paso señaló que en su partido no tiene cabida el influyentismo y mucho menos se presiona para obtener cargos o prebendas. En mi carácter de presidente del PRD, dijo, no voy a imponer y pido que respaldemos y dejemos en libertad a los presidentes municipales para que tomen sus decisiones de gobierno.

Finalmente, ante dirigentes y consejeros nacionales que apenas cabían en la sede nacional, López Obrador dijo que la opinión pública ya no ve en su partido a un partido disperso, con incongruencias y hasta confrontado, lo que le restaba seriedad y reducía la confianza y el apoyo electoral.

Hoy, dijo, nadie duda que el PRD es un partido plenamente institucional, único, organizado y con un nuevo proyecto de cambio económico y social.