La democracia no aliviará todos los males sociales de México: Paz
Angélica Abelleyra La democracia -dijo anoche el poeta Octavio Paz a una pregunta lanzada desde las butacas- no es la panacea de todos los rezagos de la sociedad. Los males de México, añadió, ``no vienen de nuestro imperfecto sistema no democrático sino de cosas más antiguas: el problema de la demografía, ligado al de la educación y del bienestar de la población. Tenemos que hacer algo, no se qué ni cómo, para atender ese problema que el gobierno ha desdeñado. Tampoco he visto que los partidos políticos estén por el control de la natalidad y entonces implícitamente no están a favor de la verdadera libertad de la mujer ¿Y la Iglesia como institución? No se diga: tienen una oposición negativa al control natal, postura que deploro''.
En el Claustro de Sor Juana, al dar por concluidas las Terceras Jornadas Culturales Octavio Paz: la voz y la palabra, el premio Nobel de Literatura respondió también en torno del papel de los intelectuales en la transformación democrática de México: ``Están participando mucho en la vida política de los últimos años, inclusive de manera excesiva; podrían ahorrarse muchos golpes de pecho y muchos índices acusadores''. Y sobre el futuro del libro ante redes como Internet y otras tecnologías, auguró: ``La literatura va a subsistir pero ahora los escritores y los poetas deberían pensar en las posibilidades de esos medios de comunicación y recobrar la tradición oral a través de ellos''.
Enrique Krauze, Octavio Paz y Juan Manuel Silva
Camarena, durante la clausura de las Jornadas
Culturales en homenaje al poeta.
Foto:
Guillermo Sologuren
Acompañado por el historiador Enrique Krauze (quien se retiró de la subdirección de Vuelta), por el escritor Aurelio Asiain y por Juan Manuel Silva, director del recinto sede, Paz encabezó la mesa redonda que evaluó de hecho los 20 años de la revista Vuelta, a cumplirse este diciembre. Con el tema Taller, Plural, Vuelta: la otra experiencia de la palabra, el ensayista relató la vida de esas publicaciones, su génesis, su evolución e influencias. En torno de Vuelta dijo que desde hace dos décadas se distingue por su ``independencia económica'' de cualquier instancia editorial o secretaría de Estado y se mostró optimista por el futuro, gracias ``al apoyo de los anunciantes y a un número más o menos estable de lectores''.
Más adelante, el autor de Vislumbres de la India hizo un detallado desglose de los escritores, filósofos y científicos que han ocupado las páginas del mensuario para relatar el acontecer cultural y la crítica política de los últimos tiempos, con todo y las ``omisiones y distanciamientos pero también las presencias continuas y fecundas''. Entre las ausencias, Paz citó el caso de una de las ``polémicas ruidosas'' que provocó ``que perdiéramos un amigo: Carlos Fuentes. No podía sacrificar mis principios que han dado sustento a la revista: la libertad de crítica. Negarme a la publicación del ensayo de Enrique Krauze sobre Fuentes hubiera sido traicionarme'', refirió el poeta en torno del artículo que en 1988 ocupó un volumen de Vuelta: ``La comedia de Carlos Fuentes'' en que Krauze criticaba la postura política y el ejercicio literario del autor de La región más transparente.
En segundo turno, el propio Krauze destacó sus primeros pasos como ``lector subrepticio'' de Plural, cuando todavía colaboraba en la revista Siempre! y analizó con esmero la ``dimensión de la crítica política'' que ha ejercido Vuelta desde 1976 en temas como la izquierda, la naturaleza del Estado mexicano, la guerrilla latinoamericana y el militarismo en el mundo, entre muchos tópicos que conforman ``un capítulo vivo de la cultura mexicana y universal que no creo que pueda olvidarse fácilmente (...) En un país acostumbrado a impactos sin remedio, Vuelta se convierte en un espacio de excepción, no de armonía, porque no somos una sociedad de ángeles, sino un pequeño milagro hecho por la fe en la literatura y por una palabra que propongo apelar para que siga fructificando: la amistad'', cerró.
En tercer término, el secretario de redacción de Vuelta, Aurelio Asiain destacó la distancia que ha marcado la publicación de ``banderas literarias y políticas'' y, en vez de subrayar las ``polémicas ruidosas'' que había relatado Paz, Asiain prefirió nombrar las ``seducciones silenciosas'' que el mensuario estableció en el terreno literario al optar por autores como Cioran y Walcott o Brodsky. Por último, refirió las ``batallas'' que ha enfrentado la revista: contra la mala prosa periodística y universitaria así como las ``modas culturales'' del posestructuralismo y la posmodernidad. Finalmente, aceptó que al producto editorial veinteañero ``le ha hecho falta arriesgarse por los pintores jóvenes'' así como atender más al teatro y la danza mexicanos.