La Jornada 2 de diciembre de 1996

Cedió la CTM: quedó el salario mínimo en $26.45 al día

Andrea Becerril Después de nueve horas de negociaciones y contrariamente a lo sostenido incluso por Fidel Velázquez en las últimas semanas, la representación obrera en la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CNSM) acabó por aceptar ayer el aumento de 17 por ciento recomendado por el gobierno.

Los cetemistas, representantes de todos los obreros mexicanos en esa comisión, firmaron el acuerdo mediante el cual el nuevo salario mínimo en el Distrito Federal y en las ciudades principales del país, a partir de mañana y durante todo 1997, será de 26.45 pesos diarios, al lograr un aumento de 3.85 pesos.


Representantes de los sectores obrero y empresarial
durante la sesión de la Comisión Nacional de los
Salarios Mínimos, que ayer acordó un aumento de
17 por ciento.
Foto: María Meléndrez

``Con ese incremento apenas esto se puede comprar'', gritaban afuera del local de la CNSM integrantes del sindicalismo independiente y mostraban una pata de pollo. Anunciaron sangrados masivos para este lunes y una peregrinación obrera a la Basílica de Guadalupe.

Adentro, en tanto, el presidente del organismo tripartito, Basilio González, sostenía que es un aumento ``dos puntos porcentuales por arriba de la inflación prevista para 1997'', por lo que ``es la base para iniciar la recuperación salarial''.

Adolfo Gott Trujillo, el vocero de la representación obrera, trataba a su vez de salir y evadir las preguntas. Al final explotó: ``de todos modos, con la firma o sin la firma del sector obrero, ese 17 por ciento se hubiera aceptado por el aval del gobierno y los patrones''.

Sostuvo que no pueden acusarlos de no haber luchado ya que, se disculpó, si bien firmaron, dejaron constancia de que el 17 por ciento es insuficiente, porque no resarce el poder adquisitivo.

--¿Qué le van a decir a los trabajadores?

--``Lo mismo que les estoy diciendo ahorita'' --respondió Gott Trujillo sin poder sacudirse, pese a sus esfuerzos, las decenas de grabadoras que tenía ante sí. Molesto, agregó: ``es la prensa la que juzga a los dirigentes, no sus bases''. Negó también que la CTM esté debilitada, aunque reconoció que pierde poder de negociación.

La reunión se inició a las nueve horas y parecía que había un nuevo ofrecimiento, superior al 17 por ciento, porque los representantes obreros bajaron varias veces a sus oficinas a discutir y luego regresaban con papeles en la mano a la sesión plenaria.

Así se la pasaron hasta las 18 horas, cuando se permitió el acceso a la prensa y el presidente de la CNSM, Basilio González Núñez, leyó un documento en el que se daba a conocer el acuerdo por medio del cual el salario mínimo en las zonas geográficas A y B se incrementaba 17 por ciento, para quedar en 26.45 y 24.50 pesos, respectivamente.

En la zona C, que es la de menor repercusión, el aumento será de 18 por ciento y quedó en 22.50 pesos.

Para fijar los nuevos mínimos, precisó González Núñez, el Consejo de Representantes tomó en cuenta el informe de la Dirección Técnica, donde se asienta que durante 1996 ``las tendencias dominantes en la economía'' han sido ``la baja en la inflación, una clara reactivación del aparato productivo'', la disminución en los niveles de desempleo y, en general, ``el avance hacia un entorno de estabilización y recuperación del crecimiento''.

El presidente de la CNSM detalló que los cetemistas firmaron ``considerando la situación económica del país, y manifestaron que el incremento no era satisfactorio, pero expresaron que en las revisiones de los contratos colectivos podrán lograr mayores aumentos''.

Resaltó, asimismo, que el nuevo salario mínimo comienza a regir a partir de mañana 3 de diciembre y durante todo 1997.

González Núñez no aceptó preguntas; los representantes empresariales tampoco, excepto Eduardo Macías, quien dijo que en todo momento exigieron se cumpliera el porcentaje recomendado en la Alianza para el Crecimiento.

Todos, tanto dirigentes cetemistas como abogados patronales, intentaban salir a gran velocidad de la CNSM a bordo de sus Cougar y otros autos cuyo costo es de muchos miles de salarios mínimos.

Lo hicieron entre coros de: ``miserables, miserables'', entonados por Edur Velasco y José Luis Alvarado Bedolla, integrantes de la Coordinadora Intersindical Primero de Mayo, que están desde hace cinco días encadenados y en huelga de hambre afuera de la CNSM y que ayer contaron con el apoyo de otros dirigentes, como Herón Rosales, del Consejo Nacional de los Trabajadores (CNT).

Velasco dijo que una vez más ``la CTM traiciona a los trabajadores y demuestra que le interesa más quedar bien con el gobierno que defender a los obreros''.

Anunció que seguirán con su movimiento y hoy, a las 13 horas, se someterán, junto con otros dirigentes y trabajadores, a un sangrado masivo. Además, dijo, están convocando a una gran peregrinación obrera; ``una manifestación de asalariados que partirá de las instalaciones de la CNSM a la Basílica de Guadalupe, para pedir a la Virgen que nos dé sabiduría y coraje para zafarnos del control de los líderes charros''.