La Jornada 4 de diciembre de 1996

En 3 meses quedó casi desmantelado el cuerpo directivo de la CNDH

En menos de tres meses la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha sido prácticamente desmantelada de su cuerpo directivo.

De momento, hay desconcierto generalizado entre los funcionarios y empleados. Algunos no quieren opinar ni, mucho menos, sacar la ``cabeza'' y de otros, como el tercer visitador, Miguel Sarre, se especula que también se irá a la Procuraduría General de la República (PGR), a ocupar un cargo al lado de Jorge Madrazo Cuéllar. Dicho funcionario ni negó ni aceptó lo anterior.

Entre los asuntos que han quedado ``volando'' están: una conferencia de prensa que se tenía prevista para hoy, la cual ha sido suspendida, sin que se fije una nueva fecha de celebración. En el cajón del escritorio de Jorge Madrazo más de 20 recomendaciones están en suspenso para ser dadas a conocer públicamente, pese a que algunas ya están firmadas.

El informe de actividades del último medio año de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en especial el estado que guardan las recomendaciones emitidas por dicha institución, incluidas las dirigidas a la PGR de Lozano Gracia, nadie informa oficialmente si será dado a conocer o no el próximo día 10, como Madrazo Cuéllar lo tenía programado, acto al que ya había invitado a diversas organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y a los medios de comunicación.

Lo que más desconcierta a los funcionarios que siguen laborando ``como si nada'', es el desmantelamiento de los principales directivos de la CNDH. Sobre todo porque en los últimos tres meses salieron de la Comisión Nacional hacia la PGR, primero, Luis Raúl González Pérez, primer visitador general, quien fue designado por el presidente Ernesto Zedillo fiscal especial para el caso Colosio; éste, a su vez, días después se llevó con él a Ismael Eslava Pérez, segundo visitador general, y a Jesús Ramírez, director de Información, como su coordinador de prensa.

En ese lapso, José Luis Ramos Rivera, actual presidente sustituto de la CNDH, ascendió de coordinador de asesores de Madrazo Cuéllar, a primer visitador general; asimismo, Enrique Guadarrama López pasó de director general de Quejas y Orientación a segundo visitador general.

Con el cambio del ahora ex ombudsman nacional a la PGR, éste se ha llevado de inmediato con él a Juan Manuel Izábal Villicaña, que era director general de Administración, y ahora es oficial mayor; a Walter Beller Taboada, que fungía como coordinador de asesores; a Gloria Vázquez Rangel, que se desempeñaba como directora general de Comunicación Social, y a Héctor Dávalos Martínez, quien figuraba como secretario ejecutivo de la institución.

Sólo queda Sarre, al que se da por hecho que también será invitado por Madrazo Cuéllar a seguirlo en la PGR. Hay quienes piensan que Sarre quisiera quedarse, porque su mayor aspiración es llegar a la presidencia de la CNDH.

El actual encargado del despacho de la CNDH se ha desempeñado en lapsos breves, primero, en épocas de Jorge Carpizo, como director del área de Recomendaciones, y luego como director general de la Segunda Visitaduría. Cuando el ex rector de la UNAM fue nombrado procurador general de la República, se convirtió en su coordinador de asesores; luego, cuando aquél pasó a ser secretario de Gobernación, se desempeñó como director general de Asuntos Jurídicos.

Retornó a la CNDH a principios de 1995, donde Madrazo Cuéllar lo nombró su coordinador de asesores, y luego director general de la Primera Visitaduría. En septiembre de este año, cuando Luis Raúl González Pérez fue designado por el presidente Zedillo fiscal especial dentro de la PGR, Madrazo le encargó la Primera Visitaduría General, por lo que su trayectoria es relativa respecto a las actividades de la Comisión en defensa de los derechos humanos.

Un factor decisivo para el desempeño definitivo del cargo es que el designado debe tener un mínimo de 35 años. Ramos Rivera tiene 33. (Triunfo Elizalde)