La Jornada 6 de diciembre de 1996

Fernando Benítez
Impuestos y ahorros

Desde la Independencia hemos estado endeudados y sufriendo constantes crisis económicas. El mismo Juárez tuvo que declarar una moratoria que se convirtió en el pretexto para que intervinieran en México Francia, España e Inglaterra. Los aranceles de los puertos se destinaban a pagar las deudas y no era suficiente.

Porfirio Díaz, al final de su dictadura, tuvo superávit y no deudas. ¿Por qué? Porque los ferrocarriles, los puertos, el petróleo, la electricidad y las grandes tierras eran propiedad de estadunidenses e ingleses, y ellos pagaban los impuestos.

Hoy se dice que el que no pague impuestos es un criminal que merece la cárcel. También se dice que ahorremos. Pero ¿cómo vamos a ahorrar si no tenemos dinero para comer?

Muchos de los desempleados para no morir de hambre se vuelven ladrones o criminales. Hay bandas especializadas hasta en relojes Rólex de oro. Un ex gobernador de Baja California Sur fue una víctima de una de estas bandas y por tratar de defender su reloj, fue acribillado.

Los bandidos de Río Frío, protagonistas de la novela que escribió en el siglo XIX Manuel Payno, hoy son rebasados por otros ladrones que saquean los grandes tráileres cargados de víveres o de mercancías. Así estamos.