Cambios en el gabinete de Bill Clinton
Jim Cason, corresponsal, Washington, 5 de diciembre El presidente Bill Clinton designó hoy a su embajadora ante la Organización de Naciones Unidas, Madeleine Albright, como nueva secretaria de Estado, y a un senador republicano para encabezar el Pentágono, y envío a dirigir la CIA a un ex profesor universitario que había sido su asesor de seguridad nacional.
Albright sustituye a Warren Christopher; el senador republicano William Cohen, quien está por abandonar la Cámara alta, remplaza a William Perry como secretario de Defensa, y el director del Consejo Nacional de Seguridad, Anthony Lake, será director de la Agencia Central de Inteligencia, en sustitución de John Deutch.
``Ahora, al embarcarnos en nuestro nuevo periodo, nuestra responsabilidad es aprovechar la sólida base lograda en los últimos cuatro años'', ``y asegurar que al entrar al siglo XXI, Estados Unidos siga siendo la nación indispensable, la fuerza más grande del mundo por la paz y la prosperidad'', declaró Clinton.
Después de ennumerar las varias ``amenazas'' que enfrenta Estados Unidos --el terrorismo, el narcotráfico y conflictos éticos y religiosos-- Clinton añadió que entre las oportunidades que se le presentan a este nuevo equipo está la de ``abrir más mercados en América Latina y fortalecer las democracias que se han enraizado ahí''.
El nuevo equipo de seguridad nacional encargado de guiar la política exterior durante el segundo periodo de la administración Clinton fue presentado hoy en una ceremonia en la Casa Blanca, y las designaciones deberán ser ratificadas por el Senado.
Pero varios funcionarios comentaron que el anuncio más importante fue el nombramiento del amigo y cercano asesor de Clinton, Samuel (Sandy) Berger, para encabezar el Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca; Berger es, además, el único miembro del nuevo personal anunciado hoy que no está sujeto a aprobación senatorial. De hecho, Anthony Lake fue sacado del puesto que ahora ocuparía Berger y trasladado a la CIA con el propósito de permitir el ascenso de Berger.
``Básicamente éste es un equipo de statu quo'', comentó un alto funcionario gubernamental a La Jornada. ``Aparte de que son primeros -- la primera mujer como secretaria de Estado, el primer militante del partido de oposición en Defensa-- el único anuncio interesante es el de Sandy Berger''.
Clinton dijo hoy que desde hace cinco lustros conoce a Berger, un hombre de 51 años, robusto y de baja estatura, conocido en la Casa Blanca como el que siempre calculaba los costos internos de cualquier acción de política exterior. ``Cuando discutíamos la política hacia Cuba o Bosnia, nunca se mostraba muy preocupado por los hechos en esos lugares, excepto en la medida que impactaban en la reelección del presidente este año'', explicó a La Jornada una fuente gubernamental que ha seguido de cerca estos asuntos.
En el Departamento de Estado se celebró el nombramiento de la combativa ex embajadora Albright al puesto máximo de esa dependencia.
Al interrogar sobre por qué se le ofrecía tan calurosa bienvenida a una funcionaria poco diplomática y bastante brusca en una institución conocida por su estilo diplomático de bajo perfil, una fuente del Departamento comentó: ``por lo menos tiene pulso''.
El canciller saliente, Warren Christopher, frecuentemente fue criticado dentro y fuera del Departamento de Estado por su renuencia a entrar en las batallas burocráticas que para otros son clave para defender los intereses de esa dependencia del gobierno federal. Como resultado, los departamentos del Tesoro, Justicia y de Defensa han cooptado partes del terreno supuestamente perteneciente al de Estado en los últimos cuatro años.
Madeleine Albright, de 59 años, ha sido embajadora de Estados Unidos ante la ONU desde 1993 y una critica vociferante de los ``enemigos'' de su país en foros internacionales, donde tampoco ha temido ofrecer lecciones públicas a los aliados estadunidenses. Recientemente encabezó la campaña para remover al secretario general de la ONU, Boutros Ghali, y poco después del derribo de dos avionetas por cazas cubanos, viajó a Miami para condenar en forma severa al gobierno de Fidel Castro.
Sin embargo, líderes de la comunidad cubana en Miami se mostraron críticos frente a su nombramiento. ``Cada vez que hubo un voto sobre el bloqueo o sobre los derechos humanos en Cuba, ella enviaba a un subordinado a pronunciar el discurso, y nunca lo hizo personalmente (en la ONU)'', comentó una fuente cubana.
``Ella criticaría públicamente a aliados europeos por no hacer lo suficiente en torno a Bosnia, pero nunca ofreció un discurso criticando a los mexicanos o a los chilenos por no hablar en contra de Fidel (Castro)''.
Albright es hija de un diplomático checo que solicitó y obtuvo asilo político en Estados Unidos en la década de los cuarenta. Trabajó en la administración de Jimmy Carter a fines de los setenta, fue profesora en la American University en Washington y ha sido asesora política de varios candidatos demócratas a la presidencia.
Al parecer, Albright mantendrá en su puesto a algunos de los subordinados de Christopher, y hoy comentó que espera que Strobe Talbot permanezca como el principal subsecretario en el Departamento de Estado.
Una interrogante repetidamente planteada hoy fue cómo trabajará Albright con el ex senador William Cohen, republicano de 46 años, reconocido por sus posiciones independientes.
Al nombrar a Cohen secretario de Defensa, Clinton logró finalmente su deseo de crear un gabinete ``bipartidista'', pero no se detalló mucho en torno a los talentos y cualidades que Cohen aportará a su nuevo puesto.
``Mi objetivo es forjar un consenso verdaderamente bipartidista sobre la seguridad de nuestra nación'', declaró Cohen, quien debe abandonar el Congreso al finalizar esta Legislatura. Es considerado como uno de los republicanos más independientes del Capitolio, y en sus 24 años como legislador, frecuentemente ha sido criticado por su propio partido por no votar de acuerdo con sus colegas; incluso votó a favor de destituir al presidente Richard Nixon. Fuentes legislativas comentaron hoy que Cohen tiene muy poca experiencia en América Latina, aunque fungió como copatrocinador de la ley Helms-Burton.
La decisión de enviar al muy discreto asesor de Seguridad Nacional, Anthony Lake, a la CIA, es percibida dentro de la agencia y en otros sectores de la burocracia casi como un premio de consolación para un político leal. La CIA sufrió varios escándalos por sus actividades en Guatemala, se desmoralizó por la detección de espías en sus propias filas y estuvo bajo incesante critica del Congreso.
``Lake es un administrador terrible, y formó parte del problema del manejo en la Casa Blanca'', comentó un funcionario a La Jornada. ``La pregunta que nos hacemos es cómo, sin esas habilidades, podrá revitalizar de forma efectiva a esa agencia''. En la Casa Blanca, Lake dijo que al trasladarse a la CIA tendrá una buena perspectiva sobre qué tipo de información es importante para el presidente. ``Creo firmemente que en un mundo de posguerra fría, el papel de la CIA es hoy más importante que nunca''.
Ninguno de los funcionarios designados hoy tiene gran experiencia con América Latina, pero varias notas de prensa subrayaron hoy el hecho de que tanto Albright como el quinto miembro del equipo de seguridad nacional, el jefe del Estado Mayor, general John Shalikashvili, fueron inmigrantes, ella de Checoslovaquia y él de Polonia, por lo que tendrían una perspectiva diferente a la de sus antecesores sobre política exterior. Sin embargo, en torno a asuntos de política hacia América Latina, no hay mucho con qué evaluarlos hasta el momento.
Otros nombramientos que se esperan en un futuro inmediato podrían incluir a personas con más experiencia en países de la región: se sabe que el abogado de Chicago y cabildero del TLC, Bill Daley, podría ser nombrado secretario de Transporte, y el representante Bill Richardson ha sido mencionado como posible sustituto de Albright en la ONU. Además, aún se rumora que el asesor presidencial Thomas McLarty podría ser el próximo embajador en México