La Jornada 7 de diciembre de 1996

PRIISTAS DE MORELOS, EN LA ERA DE LOS CASINOS

Francisco Guerrero Garro, corresponsal, Cuernavaca, Mor., 6 de diciembre Los priístas de Morelos iniciaron sus actividades para recaudar fondos para las elecciones de marzo del 97 con la instalación de un casino de fantasía donde se cruzaron apuestas en las mesas de ruleta, black jack y derby, no con dinero en efectivo sino con PRI-dólares que al final pudieron intercambiarse por aparatos electrónicos en una subasta.

El evento fue organizado por el empresario y dirigente del sector popular de ese partido, Enrique Mejía y Ruiz Velasco. Asistieron al menos 200 funcionarios gubernamentales y legisladores priístas, entre quienes destacaron Jorge Morales Barud, presidente de la Gran Comisión del Congreso local, y el secretario de Bienestar Social, Carlos Javier Martínez León.

Mientras a nivel nacional se mantiene el debate sobre la pertinencia o no de instalar casinos en los principales puntos turísticos del país, los priístas morelenses gozaron de la espectacularidad de su casino de fantasía, montado por la empresa Asterisk Integration (Organización Integral de Eventos de Entretenimiento), la cual fue contratada por el dirigente del sector popular del tricolor y también presidente del Grupo Empresarial Morelos (GEM).

Fuentes que solicitaron el anonimato proporcionaron a La Jornada fichas y PRI-dólares e informaron que las ganancias del magno espectáculo quedaron en poder del PRI, al igual que lo recaudado por concepto de entradas y del alto consumo de bebidas alcohólicas, cuyos precios oscilaron alrededor de 50 pesos por copa.

Explicaron que las apuestas iniciales en las mesas de ruleta y de black jack se fijaron en 50 y 100 PRI-dólares como mínimo y máximo, pero a partir de las 23 horas se instaló una mesa especial de black jack en donde la jugada menor era de 100 y la superior de 500 PRI-Dólares.

Cada billete de 100 PRI-Dólares tuvo un valor real de 50 pesos, y a partir de esa base se estableció el valor de los billetes de 50, así como de las fichas de 25 y 100.

El juego del derby entró en operación a partir de la media noche y para abrir las apuestas el mínimo fue de 100 PRI-dólares con ganancia de uno a uno, es decir, el equivalente de la apuesta, aunque se pagaba 4 a uno si un apostador acertaba en tres carreras, por lo que su ganancia sería de 400 PRI-dólares.

Al final, cuando cerró el casino de fantasía, los funcionarios y políticos con fuertes sumas de PRI-dólares no pudieron hacer efectivo su dinero, sino, como estaba convenido, participaron en una subasta de aparatos electrónicos con valor real de entre dos mil y tres mil 500 pesos para quienes lograron reunir más de cinco mil PRI-dólares en billetes o fichas.

Aunque el acto de recaudación de fondos estuvo organizado por el sector popular del PRI, los informantes desligaron de éste al ex secretario de Hacienda Gustavo Petriciolli Iturbide, designado por el CDE como presidente de la Comisión de Financiamiento.

Otros asistentes al ``casino'' fueron Salvador Cásarez Queralt, director de Servicios de Salud en el estado; la diputada local por el segundo distrito, Patricia Elton Benhumea; Sergio Aguilar Sánchez, subsecretario de Educación, y Gerardo Badin Cherit, subsecretario de Desarrollo Económico.

No hubo necesidad de otorgar permisos, dijo el alcalde

El presidente municipal de Cuernavaca, Alfonso Sandoval Camuñas, interrogado sobre algún permiso municipal y de gobernación para poder instalar el ``casino'', indicó que por tratarse de juegos de azar sin apuestas con dinero en efectivo o con un fin de lucro no se requirió permiso del municipio o del gobierno.

Nadie ganó dinero en efectivo sino premios, ``como ocurre en las tradicionales ferias con los juegos de canicas o loterías'', aclaró. Asimismo, dijo que el dinero recabado va a un fondo, como es el caso de la Cruz Roja, que también realiza este tipo de casinos de fantasía en diferentes partes del país.

Subrayó que, a diferencia de las apuestas que se cruzan en los casinos de Las Vegas, en donde el fin es ganar dinero, aquí se otorgaron premios, por lo que nada tiene que ver el casino priísta con los juegos que se realizan en casinos clandestinos.