Contrademanda José Córdoba a Cárdenas; triunfo político: Del Villar
Rosa Icela Rodríguez Doble jugada de José Córdoba Montoya: por un lado, contestó la demanda civil que promovieron Cuauhtémoc Cárdenas, Ramón Sosamontes y Jesús Zambrano, solicitando desecharla ``por inaplicable y notoriamente improcedente''; por otro, presentó su propia denuncia en contra de los perredistas.
Con lo anterior, el ex asesor de Carlos Salinas de Gortari cumplió su amenaza del 30 de octubre pasado, cuando anunció que demandaría civilmente a Cárdenas, Sosamontes y Zambrano por difamación, injurias y daños a la moral. La querella fue radicada el 27 de noviembre pasado en el Juzgado 23 de lo Civil, con el número de expediente 1664/96.
El abogado Samuel I. del Villar, representante de Cárdenas, Zambrano y Sosamontes, consideró ayer ``un triunfo político'' la demanda del francés naturalizado mexicano, porque ``se abren muchas posibilidades. Así pediremos una investigación y exigiremos para la demanda pruebas y documentales'' fundamentales para el esclarecimiento del caso Colosio.
El pasado 3 de diciembre ante el Juzgado 30 de lo Civil, Córdoba respondió a la demanda 1588/96 que promovieron en su contra los dirigentes del PRD, cuando exigieron que el ex jefe de la Oficina de la Presidencia cumpliera con su palabra de demandarlos o desistiera de su pretensión.
Todo este alegato jurídico empezó el 30 de octubre en la Cámara de Diputados. Allí, luego de tres horas de comparecencia, el ex funcionario anunció que se quejaría formalmente ante las autoridades civiles por ``las injurias y daño moral'' que le provocaron las insinuaciones de los perredistas, al involucrarlo en el homicidio de Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Pasaron los días, y como Córdoba Montoya no los demandaba, Cárdenas, Sosamontes y Zambrano decidieron adelantarse y demandar a José Córdoba Montoya. Mediante un escrito ante el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, el 12 de noviembre de 1996 solicitaron una ``sentencia condenatoria en contra de Cordoba Montoya, en caso de que no presente la demanda correspondiente en el plazo que fije su señoría en consecuencia con la obligación y el término para su cumplimiento'' que asumió el propio ex asesor.
En su querella los perredistas alegaron que Córdoba ``está obligado a interponer de inmediato la demanda en nuestra contra, que libre y públicamente se obligó a presentar en el término del 31 de octubre de 1996, presentándose como nuestro acreedor por daño moral''.
Córdoba contestó hasta el 3 de diciembre. Negó ``todos y cada uno de los hechos'' que se le imputan y calificó en su escrito de ``notoriamente improcedente la demanda de los señores Cárdenas, Sosamontes y Zambrano, que no se encuentra prevista por el artículo 32 del Código de Procedimientos Civiles, siendo inaplicable el artículo primero, ya que se trata de una acción particular que fue derogada por decreto el 10 de enero de 1986''.
Y para rematar, el ex funcionario anunció que tenía ya demandados a los perredistas desde una semana antes.
Sobre la negativa de Córdoba a los hechos que le imputan, Del Villar dijo: ``El niega que demandó públicamente cuando todo mundo sabe que sí lo hizo... esa es una secuencia irracional''. Lo hace ``para que no lo sentencie el juez, pero no aporta la copia de la demanda; ojalá la haya interpuesto, porque amenaza y no cumple''.
También señaló el abogado perredista que ``ojalá Córdoba haya presentado debidamente la demanda para que no la rechacen los jueces''.