Soberanes: no sirve el aparato de justicia
David Aponte Durante muchos años el Estado descuidó al sistema de justicia por ``falta de inteligencia'' o ``temor a perder privilegios''. El resultado está a la vista: reformas constitucionales ``epidérmicas'', corrupción, falta de credibilidad y la posibilidad real de que la gente opte por la autodefensa, opinó el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Luis Soberanes Fernández.
En verdad no hay un deseo real de que el aparato de justicia funcione en México. De hecho, no funciona ni sirve, porque hay muchas inercias y resistencias al cambio, argumentó.
Durante una conversación en su despacho de la UNAM, el abogado consideró que la Ley contra el Crimen Organizado ofrece ``poderes extraordinarios'' a la Procuraduría General de la República (PGR) y grandes márgenes de discrecionalidad. ``Y eso no es Estado de derecho, sino una forma de desahogar al Estado de derecho'', expuso.
--¿Cuál es su opinión sobre el sistema de justicia en México?
--Pienso que a partir de 1970 todo el aparato de justicia a venido sufriendo la desatención de parte de nuestros políticos. En primer lugar la cuestión económica, los recursos que se destinan a la administración de justicia han ido disminuyendo. Pero creo que eso no es todo y ni lo más importante, creo que lo más importante es el descuido y la poca importancia que se le ha dado al tema de la justicia en nuestro país.
``Piensan que ya son máquinas o maquinarias que caminan solas y no han requerido atención especial, particular. Se ha preocupado más por temas de política económica y la economía en nuestro país es un fracaso. Eso es evidente. Y aspectos propios del Estado han sido abandonados, como es la justicia, la educación.
``En 1974 se plantea revisar el tema de la justicia y se inició la reforma. Tuvimos un buen comienzo, pero se dejó aquello a medio acabar. El Estado debe cuidar más estos aspectos, pero hay otro punto que es el mea culpa que tenemos que hacer los abogados: el jurista es una persona que por naturaleza es muy conservadora y tiene miedo al cambio, es inmovilista.
``Por otro lado, las personas que tienen a su cargo la administración de justicia, tampoco quieren modificar. Algunos por pereza, otros por falta de inteligencia, otros por que tienen miedo a perder sus privilegios. Entonces, sí hay una resistencia por parte del jurista. Como resultado de este coctel, lo que sucede es que el aparato de justicia no está sirviendo, no está funcionando. No hay un deseo real de que sirva.
``El Estado puede renunciar a lo que quiera, a empresas paraestatales como los ferrocarriles, pero hay aspectos a los cuales no puede renunciar, como es la seguridad, la educación, la justicia''.
--¿A qué ha llevado el descuido del Estado?
--A que la gente común y corriente ya no tenga confianza. Una de dos: la gente no tiene los recursos para acceder a la justicia, porque para ello hay que pagar un abogado y hacer una serie de gastos o que resuelva los problemas por su propia mano. Cuando no se hace justicia, hay quienes emplean la autodefensa.
--La corrupción...
--¡Es gravísima! La corrupción es un problema del país, no sólo del sector público, sino también del sector privado. No olvidemos que la corrupción tiene dos aspectos: el que pide, pero también el que da. Es una práctica de la cual todos somos responsables. Y está corrupción se da y se empieza a dar en el sector judicial. Entonces, hay que tomar medidas en ese sentido, pero es un mal que tenemos en el país.
--Pero hay casos importantes en que los acusados recobran su libertad con relativa facilidad.
--Ese no es el problema, puede haber algún juez, pero ese no es el problema. Es el hecho de que si usted va a un tribunal y no coloca dinero no puede salir adelante. Son esas pequeñas gratificaciones. Y la gente que vive al día de dónde va a sacar dinero.
--Sigue el dicho de que la justicia es sólo para los ricos.
--Pues, desgraciadamente... Desgraciadamente.
--¿Qué hacer ante la falta de credibilidad hacia el sistema de procuración de justicia mexicano?
--Bueno, hay que meterle mano a fondo. O se hace una reforma profunda o seguiremos con reformas de maquillaje, que ya hemos visto que no funcionan.
--Ya se hizo algo en este sexenio.
--Por eso, pero se inició y no ha continuado. Se tiene que concluir. Son tantos los aspectos que hay que tocar. Por eso le digo que se requiere una reforma a fondo, no puede ser una reforma epidérmica.
--¿Lo que lleva la actual administración ha sido superficial?
--O por un lado superficial o por otro lado apenas se inició, se abrió la puerta y luego ha habido muchas resistencias. Por ejemplo, en la materia electoral fue una marcha hacia atrás.
Soberanes Fernández comentó que la continuación de la reforma está vinculada con el discurso pronunciado el 14 de julio de 1994 por el entonces candidato del PRI a la Presidencia, Ernesto Zedillo y sus diez puntos:
Profesionalización, dignificación y moralización de los cuerpos de seguridad pública, mejoramiento de la administración de los mismos, eficiente coordinación policial, campaña de prevención del delito, lucha firme contra el narcotráfico y los secuestros, modernización del Ministerio Público, reforma integral del Poder Judicial, independencia de los jueces, acceso a la justicia para todos y mecanismos de control de los actos de la autoridad.
--¿La ley contra el crimen organizado?
--Es muy criticable. Es perder una línea para tener autoridades con poderes extraordinarios y darles grandes márgenes de discrecionalidad y eso no es Estado de derecho, sino una forma de desahogar al Estado de derecho.
``Esto es como un péndulo. Podemos actuar como antes: agarrar a un pobre infeliz y que le pongan una patiza, lo refunden dos años en la cárcel y no hay garantía individual que valga. Por otro lado, peleamos los derechos humanos, la sociedad se asusta. Qué queremos, volver a los sabadazos, los arrestos sin órdenes de aprehensión. ¿Quieren volver a eso? Pues pongamos un sistema inquisitorial, ¿no?''
--Algunos funcionarios han manifestado que quienes están en contra de la ley contra el crimen organizado apoyan a los delincuentes.
--¡O estás conmigo o estás contra mí! Esas son posturas absurdas. Por querer defender a los acusados, todos los penalistas serían ya criminales.
--El equilibrio de Poderes...
--Evidentemente que hay que reforzar al Poder Judicial y al Legislativo, pero en este equilibrio debe haber una corresponsabilidad de parte de los miembros de esos poderes, que ellos asuman su responsabilidad y no se queden como están.
--¿En un sistema político como el mexicano se puede hacer eso?
--No es que se pueda, es que se debe. Pero ahí existen inercias de muchos años que hay que romper.
--Pero las voces más críticas se dan en el sector académico...
--Y cuando formulamos críticas nos vetan o nos corren...