Si especular es la posibilidad de mirar con atención una cosa para examinarla, entonces debemos escribir que esa fue mi intención durante la proyección de las últimas películas de la XXIX Muestra. Pero pasemos a plantear los resultados de mi inicial especulación, aquella que recayó sobre Tierra y libertad, filme dirigido en 95 por Kenneth Loach, el célebre realizador inglés, autor de materiales para televisión y de cuatro largometrajes memorables: Hidden agenda, Riff-Raff, Family life y Lady Bird, lady bird, en cuyos contextos recogió sus preocupaciones existenciales: ``denuncia de los trastornos emocionales que provoca en el seno familiar la intransigente moral pequeñoburguesa, por una parte, y por otra, las grandes cuestiones sociales y políticas que estremecen a Inglaterra, por ejemplo, la confrontación interminable con Irlanda''. Preocupaciones que no están presentes en Tierra y libertad a propósito de la Guerra Civil española. Cinta organizada visualmente como un reportaje para la Tv que vino a recrear con minuciosidad, de una manera directa y depurada, la lucha popular en favor de la fraternidad y la libertad contra sus eternos opositores, llámense fascismo, franquismo o estalinismo.
En otro lugar y por otros motivos, el australiano Scott Hicks retoma aquel trajín existencial para obtener la libertad --individual y artística-- en su multipremiado largometraje Claroscuro, 1996, acerca de la dinámica vital de un pianista David Helfgott. Trabajo cinemático sobre el cual, debo decir que está dividido en tres partes dominantes. La primera trae a colación la violentísima presencia del padre. La segunda encuadra la cercana presencia del profesor, y la lejana de Rachmaninov. En la tercera predomina el lenguaje y el designio oscuro de los astros. Y para concluir una última pregunta: ¿Este excelente filme es la biografía de un músico genial, la recreación mayúscula de la autoridad paterna o las devastadoras consecuencias de la utilización obsesiva del discurso?
Acerquémonos ahora a Belleza robada, cinta realizada en 1996 por Bernardo Bertolucci, que narra la confrontación generacional que provoca la presencia de una joven virgen estadunidense en un neoclásico espacio comunal ubicado en Siena, Italia, donde un grupo de hombres y mujeres ejercen diversos trabajos artísticos, unos rítmicos (poesía, narrativa) y otros visuales (escultura, pintura). Allí, aquella bellísima joven busca con nostálgica desesperación no sólo el lugar, el día, la hora y la temperatura del momento de su gestación sino también el amor carnal. Búsqueda infatigable que permitió al célebre cineasta siciliano recrear en los fotogramas ritos y actitudes de los humanos que fatigan los instantes postreros del siglo y del milenio.
Al día siguiente enfrente Sostiene Pereira, que según su director, el portugués Roberto Faenza ``es un filme que apuesta decididamente por la vida a partir de una constante referencia a la muerte'', es decir ``...rechazamos aquella insensata consigna que esgrimieron con aterradora prepotencia durante la Guerra Civil española las huestes franquistas y que decía así: ¡Viva la muerte!''. Pero más allá de esta consigna y de su rechazo, Sostiene Pereira trata acerca de la gestación de los métodos represivos-regresivos del fascismo en los espacios terrenales. Gestación que puede ocurrir en Portugal, tercera década, como presenta la película de Faenza, pero de idéntica manera en algún otro país del mundo en cualquier otro tiempo, siempre manipulando igual reclamo ¡Viva la muerte! Entonces, hagamos nuestro el mensaje en favor de la vida y de la libertad que expone el cineasta portugués en su obra para defender nuestra integridad. Y para clausurar este racimo de especulaciones referiré la que fue última mirada atenta, aquella que puse en Fargo: secuestro voluntario, obra galardonada, año 96, en Cannes, de Joel Coen (dirección) y Ethan Coen (guión y producción) y que bien puedo resumir como thriller de complicados enredos sanguinarios capaz de recrear la estupidez de la clase media estadunidense a través de sus actitudes intelectuales y verbales.