La Jornada 11 de diciembre de 1996

CELEBRACIONES EDITORIALES

Angélica Abelleyra Proponer en Vuelta ``otras zonas de interés'' como el área relevante pero intocada de la ciencia o algunos debates en torno del narcotráfico o la vecindad Estados Unidos-México; adaptarse a los nuevos lectores y a los más recientes medios de información como el CD, son algunos de los retos que el historiador Enrique Krauze apunta en su balance sobre la revista que dirige Octavio Paz y llegó ya a su vigésimo aniversario. Fecha en que se ha hecho oficial el retiro de Krauze de la subdirección para dedicarse a tareas profesionales: ``Son causas limpias y relacionadas con el trabajo. En 1997 cumpliré 50 años, tengo muchos proyectos de libros y planes relativos a mi carrera de historiador. La vida es breve, necesito concentrarme y consideré coherente y oportuno dejarla''.

El autor de Por una democracia sin adjetivos y director de la editorial Clío no deja del todo el mensuario veinteañero. Continuará como miembro del Consejo de Administración, accionista y articulista. Además seguirá ``muy de cerca'' la marcha económica de la revista; aspecto en el cual ha sido piedra fundamental, junto con Gabriel Zaid.

``Esa marcha está asegurada porque la mantuvimos como una empresa pequeña. Y siempre hemos sostenido eso de que lo pequeño es hermoso'', comenta en entrevista donde habla sobre mafias y grupos; en torno de la animadversión ``misteriosa'' de la izquierda hacia la publicación; de las ventajas e inconvenientes de la amistad que ha cohesionado al grupo, entre otros temas.

--En su más reciente artículo en Vuelta, ofrece algunos apuntes para una biografía de la revista. En 20 años ¿qué privilegiaría?

--Escribir o reflexionar en torno de una empresa que uno ha contribuido a hacer desde el principio es menos interesante de lo que se puede hacer sobre personas o hechos externos porque es como escribir una autobiografía, a destiempo, pues Vuelta es una empresa viva.

``Si tuviera que apuntar lo más sobresaliente de Vuelta en 20 años es eso mismo: la permanencia. Si revisamos la historia de las revistas culturales en México nos encontramos con ejemplos importantes que son grandes impulsos de pasión de un grupo que se vincula para publicar y luego, cuando la gran temperatura del amor pasa, no continúan. Otras se sobreviven a sí mismas, es decir, siguen existiendo sin existir realmente porque se convierten en voz institucional más que la voz viva de un grupo. Por dos décadas Vuelta ha sido, unas épocas más, otras menos, la voz viva de un grupo intelectual. Esa permanencia es su principal logro.''

--¿En esta permanencia es sólo Octavio Paz, más allá del equipo, el que ha logrado la cohesión?

--Es indudable que la muy poderosa figura de Octavio ha logrado esto. Una de las líneas sobresalientes de su propia biografía, desde los años treinta, es la de editor, de modo que Paz ha sido el crisol. Pero ha sido una labor colectiva, de verdad. No quiero pintar con colores rosas lo que fueron las primeras reuniones editoriales, como suelen hacer los escritores cuando piensan en los tiempos idos, pero muchas fueron imaginativas y de gran intensidad intelectual. La clave es que ha funcionado como empresa; hemos hecho una pequeña auténtica comunidad donde sus miembros saben que la empresa nunca va a llegar a la Bolsa Mexicana de Valores pero que ocupa un lugar alto en la Bolsa de Valores Intelectual de México y de América Latina.

--Con cotizaciones a la baja.

--A veces ha estado a la baja ¡Cómo no!

--¿Cuándo?

--No me acuerdo. Primero, porque no quiero acordarme y en segundo porque repito: si me pidieran escribir mi biografía diría ¡No!: es aburrido y no estoy en tiempo de hacerlo. Todavía quiero dar mucho al igual que Vuelta quiere dar mucho. Sin embargo diré que en las revistas uno tiene que medir la temperatura. Como los periódicos, toda publicación es un ser vivo, hay que medirle la temperatura y lo único en verdad peligroso es dejar que baje. Tampoco se trata de subirla artificialmente porque el público se da cuenta que le dan gato por liebre.

``Vuelta ha tenido una combinación equilibrada entre una revista de convicción política y de exigencia literaria. Cuando las circunstancias lo han requerido hemos sido una revista más militante en lo político y en otras subrayamos lo literario, aunque creo que el predominio siempre es lo segundo. Hubo momentos en que la temperatura bajó, pero reaccionamos. La prueba es que estamos vivos.''

--Siempre han comentado en torno del grupo: ante todo somos amigos. ¿Qué ventajas y desventajas acarrea la amistad en la hechura de una revista como Vuelta?

--Parafraseando a Orwell: todos somos muy amigos pero unos somos más amigos que otros. Ha habido cercanías y distanciamientos; diferencias importantes en los puntos de vista políticos pero el núcleo es la amistad, que para nosotros es un valor absoluto pero no al grado de supeditarlo a las posturas políticas o las exigencias literarias. Por fortuna, las diferencias nunca han sido tan graves y si lo hubieran sido, antes hubieran sido separaciones profundas que concertacesiones. Ha sido mucho lo que nos une, mucho más que lo que nos ha separado.

``Son matices, actitudes personales, edades y posiciones en la vida más que convicciones profundas.

``Todos creemos en la literatura, en la claridad, en la libertad y en la democracia. Pero la amistad la concebimos no en el sentido de una mafia, amigos que se juntan con un fin económico y político. Nada más remoto a Vuelta que una mafia.

``Ha sido un grupo relativamente cerrado, pero por razones de gusto y, además, porque no somos un club de relaciones públicas para lograr el aplauso.''

--¿Cuál es la diferencia entre un grupo y una mafia?

--La mafia busca el poder. Vuelta nunca buscó el poder político. No voy a decir ahora ni una sola palabra de Vuelta comparativa con otra publicación o grupo: ese asunto está plenamente superado y pertenece al pasado.

``Vuelta jamás buscó el poder político ni conquistarlo ni influir en él. Tampoco buscamos el poder económico porque se ha demostrado que ésta sigue siendo una pequeña empresa. Sí queríamos influir en la opinión pública. A secretarios de Estado y a empresarios les dijimos no, cuando quisieron cooptarnos. ¿Qué quisimos? No el poder, como buscan las mafias en el silencio de las catacumbas de sus oficinas, donde traman ideas para acercarse al ministro o presidente y logran una tajada del presupuesto o del organigrama público. Nos propusimos lograr la autoridad, que es distinta al poder. Autoridad moral, intelectual y el respeto de los lectores.

--Entre los distanciamientos el más comentado fue el de Carlos Fuentes. Usted fue el autor del artículo que lo provocó.

--Carlos Fuentes no pertenecía al equipo de Vuelta. Era amigo, sí, y colaborador frecuente. Uno debe ser responsable de sus actos, sean acertados o erróneos. Me he hecho responsable del artículo y sus consecuencias, dolorosas y algunas injustas. Espero que cuando se vea con la suficiente perspectiva y generosidad mi texto, esta animosidad que ha durado demasiado, encuentre vías si no de solución al menos de atenuarse. Si no en el caso mío, sí en el de una amistad como la de Fuentes y Paz.

--Ha señalado que el número de lectores se redujo 30 por ciento. ¿Es la crisis la causa o qué han perdido para que disminuyan sus lectores?

--Más que pérdida los considero procesos naturales. A principios de los ochenta un artículo como ``La democracia sin adjetivos'' tenía un único lugar de publicación: Vuelta y qué bueno que fue así. Hoy esas reflexiones ocupan los periódicos.

``En este momento uno de los signos alentadores de un momento tan sombrío en México es la libertad de prensa. Tal vez una de las causas de cierta disminución de lectores es que la temperatura política de Vuelta ha disminuido, pero es natural: ahora la crítica política tiene un ámbito mayor en la prensa, la radio y en algunas zonas de la televisión. En segundo término no desdeñemos el efecto de la crisis.''

--¿Qué estrategias propone para llamar a los lectores idos?

--No es imprescindible el paradigma de crecer en lectores. Si para ello Vuelta tuviera que hacer concesiones en la calidad de sus textos o de sus autores, reprobaríamos la medida. Tampoco vamos a cambiar el diseño. Hemos sido conservadores en el mejor sentido por 20 años.

``Lo que se requiere es proponer otras zonas de interés: ampliar el área de la ciencia, tan esperanzadora en el siglo XX, pero poco tocada en México. Luego, hacer un esfuerzo mayor en el aspecto literario, aunque confieso que de un tiempo para acá Vuelta pasa por un periodo más marcadamente literario que en otros tiempos.

``A mi juicio lo está haciendo muy bien: es como haberse replegado a su verdadera esencia. Por otro lado será importante que incorporemos nuevas generaciones y gente joven que tenga ideas frescas y nuevas.''

--¿Asume entonces a Vuelta como cerrada y elitista?

--¿Elitista? Pues sí, creo en la democracia, pero hay ámbitos en los que no funciona. En Vuelta no podemos abrir las puertas como si fuera un ágora. Es difícil llegar allí, sí, quizá más difícil de lo que debería, pero a través de los años ha estado atenta a la aparición de jóvenes talentosos.

--¿Por qué la animadversión frente a Vuelta?

--Es un misterio. Si se refiere a la del PRI la entiendo y no tengo problema. Pero la animadversión de la izquierda sólo la explico por viejos reflejos de intolerancia inquisitorial. Y francamente no quiero pensar que sean generalizados.

``Entendimos la democracia y criticamos los totalitarismos y las dictaduras, entre ellas la del PRI, hace muchos años. Esos son ahora valores compartidos, en especial por la izquierda.

``Y es también misterioso porque si ha habido un interlocutor franco, leal y abierto --interlocutor, no enemigo-- de la izquierda, ese ha sido Vuelta. No me lo explico, pero pienso que la animadversión tiene qué ver con un hecho de la mercadotecnia personal.

``Finalmente cada quien tiene derecho a los odios y a los amores que elija.'