La Jornada 14 de diciembre de 1996

Exalta el Presidente a legisladores del tricolor y censura a opositores

Elena Gallegos El presidente Ernesto Zedillo volvió a hacer una vehemente defensa de los legisladores priístas; dijo que nunca ha tenido diferencias con su partido; criticó a los que ``insidiosamente'' buscaron confundir el respeto que le tiene al PRI con ``lejanía política'' y a quienes se opusieron a las reformas propuestas por su gobierno porque ``pretendieron demoler sin levantar nada a cambio

Luego de recibir el informe de los trabajos del penúltimo periodo de sesiones de la LVI Legislatura y cuando ya difundían los medios de comunicación la renuncia de Santiago Oñate, Zedillo compartió una comida únicamente con diputados y senadores del PRI en la que multiplicó los elogios para sus correligionarios y aseguró que ellos tomaron cada una de las decisiones legislativas con clara conciencia de que la irresponsabilidad y la demagogia eran el fermento más propicio para desorientar y engañar.

Fue insistente para dejar claro que entre él y ellos hay ``identificación partidista y lealtad recíproca que felizmente nos une'' y sostuvo que el pueblo sabrá reconocer ``entre quienes apoyaron lo difícil para alcanzar el beneficio de todos y quienes se opusieron sin proponer alternativas serias y viables''.

Enseguida afirmó que se equivocaron ``profundamente, por completo'' quienes desearon o pensaron que, ante las dificultades, los legisladores del PRI dudarían, se sentirían intimidados o incitados al oportunismo.

En la misma mesa del presidente, en la comida que se ofreció en el casino militar del Campo Marte, estaba el aún líder de la mayoría en la Cámara de Diputados, Humberto Roque Villanueva, cuyo desempeño ha sido motivo de los mejores comentarios del jefe del Ejecutivo. Tres horas después se tuvo la certeza de que era precisamente Roque Villanueva quien reemplazaría a Oñate al frente del PRI.

Dijo el presidente que los priístas saben actuar siempre de cara a los ciudadanos, antes que de cara a grupos particulares, e insistió en que, por eso, el pueblo sabrá distinguir entre quienes asumieron su responsabilidad y quienes prefirieron eludirla.

Al cuestionar a todos aquellos que han tratado de desorientar o confundir, nuevamente alabó el que los priístas hayan actuado ``de cara a un futuro bien cimentado, próspero y justo, antes que de cara al aplauso fácil y a súbitas popularidades huecas''.

Ernesto Zedillo convino también en que para él ha sido motivo de honda y especial satisfacción comprobar que, por encima de cualquier interés individual o de grupo, por encima de cualquier afán de lucimiento personal o de popularidad, en todos los diputados y senadores de su partido prevaleció el interés superior de la nación.

``Han sido los legisladores del PRI, insistió, quienes apoyaron al gobierno de la República para hacer frente a las graves e ineludibles decisiones, cuando se desató la emergencia económica''.

En compañía de su esposa, Nilda Patricia Velasco de Zedillo, el presidente saludó a todos y cada uno de los legisladores que asistieron a la comida. Sus esposas también fueron invitadas. Antes, el mandatario les dijo que a lo largo de su gestión ha procurado tener una relación abierta y franca, de respeto invariable y diálogo permanente con los legisladores de todos los partidos políticos; ``a ustedes les consta'', enfatizó.

Sin embargo, precisó que con los legisladores de su partido la relación ha estado, además, fundada siempre ``en nuestros principios, en la unidad de propósitos y, sobre todo, en nuestro común amor por México''.

Calificó de integridad cívica y ética política la conducta de los priístas y comentó que, gracias a su inquebrantable compromiso con la nación, se venció la emergencia económica, se sientan las bases firmes para el crecimiento, se edifica un país de leyes y de justicia, se consolida la democracia plena, plural e incluyente.

``Gracias al compromiso que ustedes han demostrado, hoy podemos tener confianza de que paulatina, pero firmemente, habremos de entrar a tiempos mejores'', adelantó.

Trajo otra vez a colación que las decisiones que se tomaron en medio de la emergencia fueron difíciles, pero representaban el camino más corto y de menores costos sociales para superar la adversidad.

``Cada una de esas decisiones, reiteró, se tomó con clara conciencia de que, como nunca antes, la irresponsabilidad y la demagogia eran el fermento más propicio para desorientar, engañar y tratar de capitalizar políticamente los problemas del país en favor de intereses particulares''.

Hizo entonces el recuento ``que me enorgullece'' de todas las reformas que apoyó la bancada de su partido en el Congreso, desde las modificaciones al IMSS hasta la reforma electoral, y cuestionó a quienes soslayaron la labor legislativa de los priístas ``debatiendo y perfeccionando iniciativas, con rigor y responsabilidad, que es donde se puede calibrar la verdadera medida del respeto republicano''.

Fue cuando reprochó el que ``insidiosamente'' algunos hayan pretendido soslayar esos hechos ``buscando confundir el respeto hacia mi partido con lejanía política; espíritu republicano y división de poderes con divorcio de propósitos, y separación de atribuciones y responsabilidades con diferencias que nunca han existido''.

Aseguró que quienes así confunden y desorientan a otros olvidan que en toda democracia moderna la medida de mayor esencia política del apoyo de un jefe de gobierno está en ese foro republicano por excelencia que es el Congreso.

``Al actuar como ustedes lo han hecho, expresó a los comensales, han comprobado que los legisladores del PRI saben discernir entre las iniciativas de clara nobleza social; saben sustentar las reformas de profundo sentido transformador, y saben, en una palabra, trabajar por México y su trabajo está valiendo la pena''.

Para rematar, advirtió que el pueblo sabrá distinguir y, como siempre, reconocerá ``como lo hago yo ahora'', a los legisladores responsables, comprometidos y constructivos: ``esos son ustedes''.

Luego, el Presidente, senadores y diputados, brindaron.

Antes, en el salón Manuel Avila Camacho de Los Pinos, Ernesto Zedillo se reunió con las comisiones plurales de las dos cámaras del Congreso, cuyos integrantes le informaran del término del penúltimo periodo ordinario de sesiones de la actual legislatura.

En San Lázaro, el líder de la fracción del PAN, Ricardo García Cervantes, comentó que ellos no acudieron a la residencia oficial porque les parecía ofensivo que luego del acto protocolario se despachara a la oposición para que el presidente sólo se reuniera con priístas.

En Los Pinos, correspondió a la diputada Sara Musa y a la senadora Laura Pavón hacer un recuento de las reformas aprobadas, después de lo cual Zedillo externó que el trabajo del Congreso ``da cuenta de la intensidad y de la pluralidad de nuestra vida parlamentaria''.

Habló de su profundo reconocimiento y su respeto por la tarea efectuada. Dijo que quedó claro el profundo sentido de responsabilidad de diputados y senadores y expresó su certeza de que el desempeño legislativo será para bien de la República. Tanto la comida como el acto protocolario que se efectuó antes fueron privados.