Las calles del Centro, emporio comercial donde no hay devolución
Miriam Posada García Las calles del Centro capitalino son un catálogo abierto de productos que ofrecen los vendedores ambulantes para todo gusto y ocasión. El único inconveniente al que se enfrentan los compradores es que la mercancía no tiene garantía y tampoco hay departamentos de quejas o devolución.
Las banquetas se convirtieron en un enorme centro comercial donde se encuentran por doquier el departamento de artículos para el hogar, de belleza, ropa, zapatería, artículos navideños,blancos, dulcería, electrodomésticos, alimentos, farmacia, perfumería, lencería, papelería, vinos y licores, juguetería y demás.
El sistema de seguridad con el que cuentan los ambulantes es inmejorable y casi lo envidiarían las tiendas más prestigiadas, sobre todo porque la seguridad es para el negocio, no para los clientes.
Se trata de un amplio dispositivo integrado por ``vigías'' --en su mayoría hombres-- que tienen a su cargo dos tareas fundamentales: avisar cuando se aproximen los inspectores de Vía Pública y ``salir al quite si se pasan de lanzas'', además de cuidar que manos ``ágiles'' arrastren a su paso algún producto. De esta manera la ``casa no pierde''.
El ``departamento'' de productos para el hogar, electrodomésticos y blancos ofrece a los compradores lámparas, mesas de madera, arreglos florales, sillas, bancos, especieros, desarmadores, martillos, lijas, botaneros, destapadores, encendedores para estufas, cubiertas de aluminio para las parrillas, cubiertos, vasos, manteles, popotes, platos, adornos magnéticos para el refrigerador, cubetas, hieleras y todo, todo, todo lo que se pueda necesitar y hasta lo que no.
Entrando en las especialidades de temporada, el gran surtido de los ambulantes tiene series de luces sencillas y de las que encienden al ritmo de la música, árboles de navidad y esferas, así como campanas, listones, piñitas, nochebuenas, macetas para las nochebuenas, venados, osos, tazas, coronas, pantaletas, truzas, camisones, calcetines con motivos navideños y hasta gorras de Santa Claus.
Los artículos de belleza que se pueden encontrar en la calle a costos mucho más bajos que en las tiendas --pero bajo el riesgo de que al aplicar el polvo sobre el rostro más que maquillada parezca ``resanada''--, son maquillajes, sombras, labiales, perfumes ``importados'' y otros ``originales'' rebajados, así como limas, cortauñas, ligas, mascadas, líquidos y pomadas para quitar callos y sacar uñas enterradas y ojos de pescado.
Igual se pueden hallar todos los accesorios para ``estar bien arreglada'', como tobimedias, medias y pantimedias, además de los ``sensuales'' detalles que ofrece el departamento de lencería, que van desde ligueros, baby dolls, tangas y postizos, hasta boxers y calcetines con la figurita del pato Lucas o el gallo Claudio.
También es posible descubrir la más amplia gama de juguetes, dulces, mochilas, libretas, cinturones, botas, zapatos, zapatillas, vestidos de día, de noche, de gala, informales, relojes patito hasta relox, collares de ``perlas'', brazaletes, gargantillas, lentes de carey, pelucas y mucho más, sin contar lo que ofrecen las secciones de librería, artículos deportivos, refacciones, antigüedades, productos naturistas, tabaquería....
Lo cierto es que en este momento en las calles del Centro se pueden encontrar por lo menos mil productos diferentes, de todos sabores, colores, en todos los números, tallas chicas, medianas, grandes, extragrandes, unitallas y unisex, nacionales e importados, con defecto y sin defecto, pero eso sí sin garantía ni devolución porque tal vez la próxima vez que regrese al lugar de compra ya no encuentre a su torero, o su marchante cambió de giro o de corredor.