La Jornada 16 de diciembre de 1996

DIRIGENTES DEL REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL

Ciro Pérez Silva e Ismael Romero Al asumir la dirigencia nacional del PRI, Humberto Roque Villanueva advirtió que no sustituirá ``el diálogo por la intolerancia'', ni cambiará principos de cohesión, unidad y disciplina porque en su partido no están ``urgidos ni a la caza de obsesivas individualidades''.

Destacó ``la vocación de servicio, generosidad y lealtad'' de la militancia priísta ``casi anónima, pero con identidad política'', aunque reconoció que para otros miembros de su partido, estos conceptos han resultado ``incomprensibles o peor aún, poco redituables''.

La primera intervención de Roque Villanueva como presidente nacional del PRI, fue también una defensa de la política económica del presidente Ernesto Zedillo en la que convocó a ``valorar objetivamente el alcance y la dimensión de nuestro esfuerzo colectivo con oportunidad, antes de que nuestros detractores puedan cumplir su propósito de confundir conciencias y de sumirnos en el desánimo'', dijo.

Roque Villanueva señaló que en la ``más grave crisis'' que ha vivido el país en su época moderna, ``la ponderación y el apoyo del PRI al Presidente de la República ha contribuido a superar la emergencia económica, iniciar la recuperación y a preservar la viabilidad del proyecto nacional de los mexicanos''.

Apuntó que los priístas han manifestado ``sin cortapisa'', que son apoyo del Presidente de la República y que éste, ``respetuoso de la división de poderes'', ha recurrido al diálogo como principal recurso para acuerdos ``que convocan a la responsabilidad compartida. Esa ha sido la relación respetuosa con los legisladores de nuestro partido, su partido, al que le une legítima identificación, destino y proyecto''.

El nuevo presidente nacional del PRI apuntó que en ese instituto político ``no somos como los conservadores que suspiran a un orden inmutable, aunque éste consagre privilegios a injusticias. No asumimos tampoco nuestros conceptos revolucionarios bajo la premisa de la desintegración y menos aún de la violencia'', además de haber dado a México ``la posibilidad de crecer en la paz y en el trabajo; de transformarse sin desintegrarse''.

Las recientes deserciones de militantes priístas merecieron más que una breve mención de Humberto Roque en su discurso, quien indicó que se valora el potencial individual de los integrantes del PRI, pero subrayó que ``no estamos urgidos ni a la caza de obsesivas individualidades''.

Aseguró que el PRI es un partido ``representativo e incluyente'' de la diversidad social, que se conforma de militantes con ``identidad'' sin ``asomo'' de burocratismo, y advirtió que así continuarán ``con ética partidista, con disciplina y unidad'' que hacen viable la democracia interna.

No cambiaremos principios de cohesión por atender voluntarismos individualistas, dijo luego de señalar que en su partido se sabe hacer política y en ella abrir espacios en los cuales ``circule el impulso vital de la sociedad''.

Roque Villanueva indicó que en el PRI se tiene en ``alta estima'' este sentido de unidad y disciplina. ``No nos desmerecen ni nos denigran; son valores fundamentales para cualquier órgano político que ejerce el poder con responsabilidad y capacidad de convocatoria nacional. Nuestros opositores critican nuestro apego a estos principios, porque carecen de ellos''.

Hizo referencia a las acusaciones de la militancia priísta, que rechaza las concertacesiones poselectorales. En este sentido advirtió que ``no sustituiremos el diálogo por la intolerancia, pero tampoco cederemos a la intransigencia que pretende avasallar con chantaje''.

Y fue más allá al insistir que, como mayoría, su partido es ``garantía legítima e imprescindible de gobernabilidad, conscientes de que en la democracia se gobierna para todos, pero no forzosamente y en todo momento, con el apoyo de todos''.

Previamente, ante el Consejo Político Nacional del PRI, el presidente saliente, Santiago Oñate Laborde, dio lectura a la carta en la que anunciaba su renuncia al cargo, misma que fue distribuida desde el pasado viernes y en la que reconoce ``resultados adversos'' en materia electoral, que se ``incubaron'' en la ``deslealtad y deshonestidad'' que para con el PRI tuvieron ``algunos individuos'' que usaron las siglas de su partido para propósitos ``distintos'' a los del ``servicio y a las causas de las mayorías''.

Luego de este mensaje, Oñate Laborde ocupó un lugar entre los ex presidentes del PRI que se dieron cita en el auditorio principal de la sede de este instituto político.

Cumpliendo las formas, la respuesta a la renuncia de Oñate vino de la diputada Yolanda González Hernández, presidenta del Comité Directivo Estatal de San Luis Potosí, quien dijo que el PRI practica la renovación de su dirigencia ``como la vía más segura para consolidar su vigencia'', luego de reconocer la ``responsabilidad, convicción y lealtad'' que mostró Oñate como presidente nacional del PRI.

En su oportunidad, la ex gobernadora de Tlaxcala y dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Beatriz Paredes Rangel, destacó que, para el PRI, ``es el tiempo en que militantes y dirigentes pasarán por un conjunto de encrucijadas, habrán de ratificar convicciones y lealtades y desechar oportunismo y deses- peranza, es el momento en que tendremos que demostrar aptitud de renovación y, al mismo tiempo, habilidad para preservar los valores esenciales y cuidar nuestra cohesión interna''.

Acto seguido, los integrantes del Consejo Político Nacional votaron a favor de Humberto Roque Villanueva para ocupar la presidencia nacional del PRI.

En la misma sesión en que se eligió al nuevo dirigente nacional priísta, se renovó el Consejo Político Nacional. Conforme a los nuevos estatutos derivados de la 17 asamblea de este partido, a los 210 consejeros se sumaron 90 más para alcanzar el total de 300, entre los que se incluyen gobernadores, ex presidentes nacionales priístas, presidentes de comités directivos estatales y del Distrito Federal, senadores y diputados federales, locales y representantes a la asamblea.