Siendo mayoría en el estado de México (Edomex), el PRD y el PAN podrían realizar desde el Congreso local un nuevo ajuste en el gabinete: retirar la licencia a Emilio Chuayffet y regresarlo a terminar su periodo como gobernador; convertirlo de nuevo en un político local y, por lo menos, obstruir el fin del liberalismo mexicano.
Chuayffet es con la bendición de Zedillo, el artífice de la alianza con la alta jerarquía de la Iglesia católica a la que desde el Edomex se le abrieron las puertas de la televisión local (Claravisión) y ahora, bajo el acuerdo de la Secretaría de Gobernación, estará en activo en las elecciones de 1997 en favor del PRI. La Iglesia pactando con el diablo.
Por otra parte, el Distrito Federal ha sido tradicionalmente una pieza de reparto que los presidentes en turno entregan a los grupos políticos más importantes, en pago a su fidelidad y su apoyo incondicional. Esta entrega es la consumación de una alianza que beneficia a ambos; por ello, la perspectiva de un gobierno propio para el Distrito Federal se hace a cuentagotas tratando de no afectar este poder presidencial, al cual la democratización lo despojaría de un recurso económico para la política, base de la conservación del viejo sistema de alianzas regionales con el poder presidencial.
Más allá de la sociología, el Valle de México (Distrito Federal y sus municipios conurbados) es una base importante de poder económico y político. Es la obra del centralismo precolombino, colonial, imperial y republicano; y desde la perspectiva presidencial esta región debe ser administrada bajo un solo mando. Los grupos del Edomex han sido beneficiarios más de una vez con esta visión que ha generado fenómenos de enriquecimiento, como el del profesor Carlos Hank Gonzalez, de cuyo poder político compacto ha surgido un grupo influyente en el país. Hank Gonzalez ha logrado integrar en uno solo a los atlacomulcos con los tolucos, los cuales tienen nuevamente no sólo la regencia, sino la CTM, Infonavit, Nafinsa, Gobernación y el interinato del Edomex. Este grupo, preclaro y oportunista, salió en defensa de Zedillo como sustituto de Colosio pues los tolucos impidieron el golpe de los dinosaurios la noche del 24 de marzo en que se pretendía dar golpe de mano con Ortiz Arana, sellando así la alianza con Zedillo.
Durante el salinato, Camacho pretendió hacer del Distrito Federal su resorte a la presidencia y pretendió crear una clase política propia. Ese fue su mayor delito, lo cual significó cinco años de guerra en las fronteras del Distrito Federal y municipios conurbados. Los conflictos de agua, suelo, transporte, servicios fueron una guerra secreta de los tolucos en contra de todo lo que significara un origen ``chilango''.
Por eso, el candidato del PRI será Alfredo del Mazo porque los tolucos, en la nueva situación requieren un candidato propio. Oscar Espinosa sólo llegó para limpiarles el camino, destruir a todas las fuerzas sociales defeñas y crear más fuentes de ingreso para los tolucos a partir de la administración de obras, ambulantaje y giros negros. Campa Ciprían, presidente del PRI, quien sólo es el ``patiño'' de quienes, vía alianza presidencial, buscan gobernar el Valle de México en su conjunto.
Este es el frente de batalla más importante para los tolucos:
Chuayffett como secretario de Gobernación; por ello no arriesga y le pasa a Zedillo lo más conflictivo, ya que él está en abierta, aunque prematura campaña para la Presidencia. Tras todos ellos (Espinosa, Chayffett, Del Mazo, Fidel Velazquez, Gilberto Borja) se encuentra el profesor Hank, quien desde ``su retiro'' sigue cobrando la factura a Salinas, Córdoba y Zedillo por haber apoyado a su verdadero delfín. ¿Qué mejor condición para este grupo que un presidente exento de correas de transmisión?
El triunfo de la oposición en la zona conurbada es estratégica para todos. Del apoyo oriental del Valle de México, el PRD debe extraer su perfil para la campaña a la gubernatura y por eso su influencia debe ser activa y administrativa. El PRI ya se prepara en las delegaciones fronterizas con Ciudad Nezahualcoyotl para levantar un cordón sanitario contra la influencia perredista en esta zona.
Los <>itolucos buscarán la guerra en estos municipios a fin de que la mala imagen sea la campaña más efectiva para recuperar y convertir el miedo en votos. Por eso vale recordar que en 1997 estará en disputa no sólo el Distrito Federal, sino todo el Valle de México, y que en esa guerra la propuesta de cambio democrático enfrentará no a un fantasma, sino a los tolucos.