La Jornada 17 de diciembre de 1996

SEP: el descuido en la formación de maestros afectó a toda la educación

Rosa Elvira Vargas El descuido de los últimos años en el sistema de formación de maestros trajo un alto costo para la educación en general, admitió el subsecretario de Educación Básica y Normal, Olac Fuentes Molinar, quien explicó que el normalismo se mantendrá en el nivel de educación superior, la carrera seguirá siendo de cuatro años y el bachillerato requisito de ingreso. Asimismo, anunció que la nueva currícula y materiales didácticos se pondrán en marcha en septiembre de 1997.

La idea central de la reforma a planes y programas, precisó, es la de reducir la dispersión de contenidos que distinguen al plan de estudios vigente en las normales desde 1984 y hacer congruentes las reformas que ya se introdujeron a la educación básica con la educación inicial de los maestros pues en ese terreno, hasta ahora ``subsisten diferencias muy fuertes''.

Sin embargo, estableció que las modificaciones anunciadas no buscan cambiar por cambiar o la modernidad por sí misma. Persiguen, dijo, recuperar los elementos de la tradición normalista que mantienen enorme vigencia; esto es, conservar orientaciones, criterios y maneras de trabajar que a la escuela le sirven mucho y que deben incorporarse a las exigencias educativas actuales.

Subrayó que si bien la nueva formación magisterial debe contener elementos comunes en todo el país, también existirá la apertura suficiente para incorporar a la nueva currícula las necesidades estatales y regionales, y buscar un equilibrio entre ambos elementos.

Fuentes Molinar detalló en conferencia de prensa la reforma al normalismo --anunciada el pasado día 10 por el secretario de Educación Pública, Miguel Limón Rojas-- y dijo que ésta seguirá cuatro ejes centrales:

Cambios al currículum y producción y distribución de nuevo material didáctico para profesores y alumnos de las normales; actualización y perfeccionamiento profesional para la planta docente; mejoramiento sensible de la planta física y equipamiento de los planteles, y formas más ágiles y eficaces de la gestión escolar.

Esta vez, y a diferencia de otras épocas, indicó, la reforma no se entenderá sólo como supresión de unos planes de estudio para aplicar otros; se trata de superar la distancia que existe entre lo que se ofrece como formación profesional y lo que el maestro requiere para realizar su trabajo con solidez y capacidad de innovación.

Sobre los requerimientos de docentes para los próximos años, Fuentes Molinar señaló que a nivel nacional, oferta y demanda están prácticamente en equilibrio, pero que la reforma persigue superar las desproporciones estatales en la materia. Además, ponderó el papel que han jugado las normales rurales en la educación nacional y por tanto la atención prioritaria que se les dará en la nueva reforma.

Más adelante habló del énfasis que se dará a la práctica ``bajo condiciones reales'' de los aspirantes a maestros. Asimismo estableció que luego de que en 1997 se trabaje en la reforma de las normales de preescolar, primaria y secundaria, para 1998 se atendería, luego de una discusión más especializada, lo relativo a la educación especial, educación física y el área de maestros para la capacitación técnica.

El maestro Fuentes no soslayó tampoco que la drástica caída en la matrícula de las normales a partir de 1985 tuvo relación con la disminución de los salarios del magisterio, pero dijo que gran impacto tuvo también para ello, el establecimiento del bachillerato como requisito para entrar a las normales. Sin embargo, el fenómeno de la baja demanda en las normales se está revirtiendo, puntualizó