La Jornada 18 de diciembre de 1996

AGRUPACIONES POLITICAS

De aquí al 15 de enero del año entrante el Instituto Federal Electoral deberá estudiar las solicitudes presentadas por un par de decenas de organizaciones de todos los signos que aspiran a obtener el estatuto y el registro de agrupaciones políticas.

Se trata de una tarea delicada, en la medida en que los consejeros de la institución mencionada no sólo deberán verificar que los grupos postulantes cumplan con todos los requisitos de forma previstos por la ley sino, también, que los registros otorgados correspondan a corrientes políticas, ideológicas y sociales realmente existentes y representativas y no a meros membretes o a grupos de presión desprovistos de bases reales.

De esta manera, las asociaciones políticas que obtengan el registro habrán de complementar y perfeccionar el mapa político de la sociedad que se expresa en los partidos.

Resulta innegable que muchos ciudadanos no se sienten representados por ninguna de las cuatro opciones partidistas nacionales registradas, y no cabe, por ello, dudar de la pertinencia de las nuevas agrupaciones. Es claro, también, que éstas darán a importantes sectores de la sociedad la oportunidad de participar en la política nacional sin tener que pasar por los márgenes, muchas veces estrechos e inflexibles, de la militancia partidista.

En este contexto, cabe esperar que el surgimiento de las agrupaciones políticas contribuya a oxigenar, a distender y a ampliar la esfera de la vida política nacional y a conformar una sociedad más participativa, más deliberante y con un mayor nivel de cultura cívica.

Al mismo tiempo, no pueden ignorarse los riesgos de que la presencia de las agrupaciones políticas abra la puerta de una participación política de trasmano a intereses económicos o religiosos que hasta ahora, en el marco de los partidos, no tenían cabida; las nuevas entidades también abren la posibilidad de que algún partido se sirva de esta figura para actuar en forma embozada; y no debe descartarse el riesgo de que, con la llegada de las agrupaciones, se produzca una importante atomización del espectro político.

Corresponde a la propia sociedad evitar los tres peligros mencionados. Por ello, es importante que los ciudadanos tengan claro que la afiliación a una agrupación política debe ser un acto que obliga a ejercer el sentido de responsabilidad y que requiere de información y reflexión.

Por último, si la primera decisión importante en la materia le corresponde al Instituto Federal Electoral, mediante el otorgamiento o la denegación de los registros correspondientes a los grupos que lo solicitaron, las decisiones últimas sobre el futuro de las agrupaciones políticas, la de la participación en ellas y la del sufragio a su favor, estará en manos de la ciudadanía