La Jornada 19 de diciembre de 1996

Desoyó México en 94 la advertencia de sobrevaluación del peso: BM

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 18 de diciembre El Banco Mundial (BM) debería hacer más preguntas y demandar mejores datos de países clientes como México, donde existen temores de inestabilidad económica, según un documento interno de la institución multilateral.

El BM advirtió al gobierno mexicano sobre los peligros de una sobrevaluación del peso en 1994, pero una evaluación interna y confidencial del banco sobre el manejo de la crisis --obtenida por La Jornada-- concluyó que los funcionarios de ese país se resistieron a esta advertencia y que al estallar la crisis el BM estaba ``mal preparado'' para enfrentarla.

La evaluación señala que aunque la institución, a instancias de Estados Unidos, logró movilizar rápidamente más de 2 mil millones de dólares para asistir al rescate del sector bancario, todavía para octubre de este año el BM no había desarrollado un análisis del impacto económico y social de la crisis mexicana.

``La conclusión básica de esta evaluación es que el personal del banco sí hizo una buena labor antes de la crisis, al resaltar el problema del tipo de cambio (del circulante mexicano)'', señala el borrador del 15 de octubre de este documento interno. Sin embargo, los autores añaden que ``el desempeño del banco sobre el análisis de políticas y asesoramiento, ha sido menos que satisfactorio''.

El vicepresidente para Economías de Desarrollo y el economista en jefe del BM comisionaron la elaboración del documento a los directores administrativos del BM, para auxiliar en el desarrollo de políticas a futuro hacia México, e intentar identificar las lecciones de esta situación a fin de mejorar el futuro manejo de este tipo de crisis en los países clientes.

Los autores del documento informan que aunque el personal del BM identificó el problema de una sobrevaluación del peso, no ``apreció completamente'' sus consecuencias. Ademas, existían diversas percepciones de la situación mexicana en la institución, y las preocupaciones macroeconómicas de sus analistas no eran bien conocidas por los altos funcionarios del mismo BM que estaban definiendo la confiabilidad de crédito de México.

El informe critica al BM por fallar al no colocar a sus mejores analistas en su programa de México al surgir la crisis. Como consecuencia, se concluye que el BM envío ``señales mixtas'' a los funcionarios del gobierno mexicano.

Pero la evaluación del BM sobre su papel también sugiere que su personal debería haber demandado mejores datos, en particular sobre la salud del sistema bancario de México, y estima que ``había demasiada disposición de aceptar las aseveraciones de las autoridades mexicanas prima facie''.

Al intentar evaluar las razones de esta disposición a aceptar información que para entonces era reconocida como incompleta por otros analistas, el informe señala que ``probablemente había algún elemento que debía remitirse ante un país cliente tan grande e importante''. La evaluación interna del BM señala que en general, su personal se remite al FMI en temas de tipo de cambio, pero que el caso de México ``no pareció estar muy alto en la agenda del Fondo en 1994''.

Una vez que estalló la crisis financiera en México a fines de 1994, el banco cedió otra vez ante el FMI, hasta que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos intervino y le solicitó que actuara.

El informe elogia a los funcionarios del Banco Mundial por haber aprobado un crédito de rápida entrega de 2 mil millones de dólares a fines de enero de 1995, y señala que aunque este compromiso fue relativamente pequeño ante la dimensión de la crisis, los fondos fueron ``apreciados por los mexicanos, principalmente como una señal de confianza en su manejo''.

Sin embargo, posterior al comienzo de la crisis financiera, el papel de asesoría del BM es juzgado como ``menos satisfactorio'' por este informe.

Los analistas señalan que el personal del BM no estaba bien preparado para responder ante la crisis, a pesar de su aparente conocimiento del problema antes de que estallara la crisis, y del involucramiento del BM previo a la crisis en preparar un préstamo de asistencia técnica, precisamente para el sector financiero mexicano. Aunque el informe reconoce que personal el banco fue trasladado para el corto plazo al programa de México para responder a la crisis inmediata, el informe de octubre de este año también señala que ``muy necesitados estudios sobre el impacto fiscal y financiero de la crisis, y el impacto de largo plazo de la crisis sobre la economía y las condiciones sociales todavía no se han completado''. Funcionarios del BM rehusaron responder si estos estudios se han completado.

Además, aunque a fines de 1995 México ya era el cliente más grande del BM, la salida de parte del personal clave del equipo para el país, limitó la habilidad de la institución para accionar. El informe señala que ``para fines de 1995, sólo había un economista de país trabajando tiempo completo en el programa para México; una reducción respecto de los tres analistas que había a principios de los noventa''.

En evaluar cómo responder mejor a crisis en el futuro, el borrador de esta investigación indica que el BM debe desarrollar mejores procedimientos internos para la comunicación de problemas potenciales, y el personal del Banco Mundial debería ser más insistente al expresar sus opiniones al FMI y a países clientes, y que el banco debería desarrollar escenarios de diversas probabilidades para usarlos en discusiones con representantes gubernamentales. Finalmente, el informe sugiere que el BM debe profundizar el conocimiento de su personal y mejorar la coordinación interna para responder a este tipo de crisis.