La Jornada 21 de diciembre de 1996

EU aconseja evitar concesiones, pero no interviene, asegura Burns Versiones confusas sobre el envío de la Fuerza Delta a Panamá

Reuter, Ips, Afp, Efe, Ap y Reuter, Washington, 20 de diciembre El gobierno de Estados Unidos afirmó este viernes que la crisis de los rehenes en Lima es responsabilidad de Perú y Japón, y sostuvo que Washington se mantiene en un segundo plano en las diligencias que realizan los dos países involucrados.

El Departamento de Estado, por conducto de su vocero Nicholas Burns, reiteró, sin embargo, la posición de su gobierno de no hacer concesiones a ``terroristas'', y subrayó que corresponde al gobierno peruano de Alberto Fujimori resolver el problema. ``No debemos tratar de pasar por más listos, o dificultarle las cosas'', indicó.

Tras insistir en que el consejo de Estados Unidos es que otros gobiernos sigan su línea de no hacer concesiones cuando pasan este tipo de incidentes, añadió que las autoridades del gobierno peruano deben disponer de un ``margen de maniobra'' en las negociaciones con el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA).

Un funcionario no identificado dijo que Estados Unidos ocupa un segundo plano en las acciones de Perú y Japón ante la crisis presentada, mientras que el embajador estadunidense en Lima, Dennis Jett, señaló que su gobierno y el de Japón están dispuestos a brindar cualquier tipo de ayuda que pida Perú.

Jett se abstuvo de comentar lo tratado con el canciller japonés Yukihiko Ikeda, pero dijo que se trata de salvar la vida de los rehenes. Apuntó que todos estaban optimistas en que esto se solucionará pronto.

Otra fuente en Washington dijo que el presidente Alberto Fujimori se negó varias veces a atender llamadas telefónicas del secretario de Estado, Warren Christopher, y del embajador Jett, pero afirmó que el gobierno de Bill Clinton envió a Lima un grupo de expertos en negociación.

Esos funcionarios negaron que que se esté considerando el uso de la fuerza y que a lo sumo se presta ayuda de inteligencia. Sin embargo, esto se contradice con otros informes de que un comando de élite de la Fuerza Delta fue enviado a Panamá para estar listo en cualquier momento que se le llame.

Sin embargo, en Panamá el Ministerio de Gobierno y Justicia dijo no tener ninguna confirmación de que la Fuerza Delta se encuentre en ese país, ya que normalmente ese tipo de informes son notificados a la cancillería, reportó el corresponsal Fernando Martínez.

Con todo, en Panamá, en los medios políticos y de prensa existe la certidumbre de que el comando de élite se encuentra en la base Howard, que es bastante grande y en torno a la cual siempre se mantiene un gran hermetismo. En tanto, el Comando Sur se sigue negando a confirmar o rechazar la versión.

El gobierno de Japón, que acepta tener discrepancias con Perú en cuanto a la forma de solucionar la crisis, decidió entre tanto reforzar la seguridad en sus embajadas tras la toma de la residencia de su embajador en Perú el martes pasado en la noche por un comando del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, que mantiene retenidas a cerca de 400 personas.

En Gran Bretaña tampoco se ha confirmado el envío de una fuerza antiterrorista a Lima, pero la prensa británica afirma que se envió al batallón especializado SAS para ``unirse al sitio de la embajada''. Esos comandos están listos si el gobierno peruano los requiere, señaló el Times.

Mientras el canciller canadiense, Lloyd Axworthy, pidió una ``actitud enérgica'' ante el terrorismo y trabajar mejor entre los organismos de seguridad sobre este tipo de actos, el gobierno de China se unió a las condenas por los sucesos de Perú. China dijo que esperaba que las partes implicadas aseguren la vida de los rehenes.

El general colombiano Jesús Armando Arias Cabrales, quien en 1985 encabezó la sangrienta recuperación de la Corte Suprema de Colombia que había sido tomada por guerrilleros de su país, dijo que un ataque militar en el caso peruano era viable para terminar la crisis.

Aunque dijo que el presidente Alberto Fujimori debe negociar, pero sin aceptar liberar a los guerrilleros presos, subrayó que una fuerza de élite altamente entrenada de Estados Unidos, Israel y Gran Bretaña sería capaz de dominar al comando del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru con ``un derramamiento mínimo de sangre''.