La Jornada 21 de diciembre de 1996

Impiden granaderos el paso de la marcha de las antorchas a la Secretaría de Gobernación

David Aponte Las antorchas y las luces de bengala se extinguieron antes de llegar frente a la Secretaría de Gobernación. Por ``razones de seguridad'', una valla de granaderos impidió el paso a cientos de indígenas que pretendían llegar al Palacio de Covián para exigir el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés Larráinzar.

``El gobierno federal demuestra, una vez más, que no somos dignos de ser escuchados ni recibidos por nuestras autoridades'', expuso uno de los dirigentes indígenas.

En protesta, los manifestantes procedentes de Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Jalisco y Nayarit, dieron la espalda a las oficinas del secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet Chemor, de frente al Reloj Chino, sobre la avenida Bucareli.


Marcha de antorchas realizada por el Frente
Zapatista de Liberación Nacional, del Monumento
a la Revolución a la Secretaria de Gobernacion.
Foto: Cristina Rodriguez

La marcha de las antorchas partió del Monumento a la Revolución a la Secretaría de Gobernación a las 18:30 horas. Los indígenas caminaron sin ningún contratiempo sobre Bucareli hasta la calle de Morelos.

Varias filas de granaderos impidieron la llegada hasta la puerta principal del Palacio de Covián. Una persona de chamarra negra con el logotipo de Gobernación, dijo a los manifestantes que no podían pasar por ``razones de seguridad''.

``Los-acuerdos-de-San-Andrés-son-primero-y-no-después. Los-acuerdos-de-San-Andrés-es-lo-que-queremos-ver'', coreaban los indígenas.

--No pueden pasar --respondió tajante el enviado de Gobernación.

Gilberto López y Rivas, asesor del Frente Zapatista, replicó: ``El lunes estuvimos frente a la puerta y ahora nos mandan a la policía. Nada más vienen los indígenas y no los dejan pasar. Están violando el derecho constitucional de libre tránsito y de petición''.

Uno de los representantes indígenas manifestó que sus comunidades han demostrado voluntad para una solución política y pacífica al conflicto de Chiapas, y Chuayffet ``nos niega el paso después de que hemos viajado varios cientos de kilómetros''. Las siete filas de granaderos no se movieron.

Las antorchas bajaron de intensidad. Los manifestantes optaron por darle la espalda a la dependencia gubernamental y ofrecer la lectura de una carta dirigida por el Congreso Nacional Indígena y el Frente Zapatista de Liberación Nacional al presidente Ernesto Zedillo y al propio Chuayffet.

``Los pueblos indios de México somos los dueños originarios de las tierras en las que se asienta la nación. A pesar de ello, hemos estado en el sótano de la historia mexicana. Nuestra vida en estas tierras ha ido acompañada con una mayor dignidad, pero a la vez hemos sido excluidos de los beneficios derivados de las grandes conquistas nacionales. No por ello hemos renunciado a nuestros empeños de ser mexicanos y continuar luchando por ella''.

Después de varias décadas de lucha y del levantamiento armado en Chiapas, ``estamos aquí para demandar el reconocimiento constitucional de nuestros derechos como pueblos indígenas, tal y como ha sido acordado por la delegación gubernamental y el EZLN en San Andrés sobre derechos y cultura indígenas'', expusieron.

Hoy es el momento de que la Constitución retome el inalienable derecho de la libre determinación concretada en la autonomía de las comunidades indígenas asentadas en territorio mexicano. La propuesta no es sinónimo de separación o de ``balcanización del Estado mexicano'', agregaron.

En su texto, los indígenas explicaron que la propuesta de autonomía tiende a fortalecer a la nación mexicana y a su estructura. En ese marco, el gobierno debe restituir las tierras y territorios de los pueblos indios, pedazos de tierra en manos de los grupos dominantes, caciques, finqueros, hacendados y ganaderos, y el gran capital nacional e internacional. Para tal efecto, pidieron una nueva reforma al artículo 27 de la Constitución.

``De igual manera, exigimos que nuestras demandas no sean contestadas con violencia, represión y militarización. Hoy, como desde hace mucho tiempo, en las regiones indígenas del país se vive un clima de represión y hostigamiento en contra de dirigentes y población civil de las organizaciones y pueblos; se instalan retenes; se libran miles de órdenes de aprehensión; se cerca a comunidades enteras y se detiene a sus pobladores bajo el pretexto infundado de pertenecer a grupos armados'', expusieron.

Los manifestantes agregaron que no piden caridad o asistencia temporal, sino un cambio de fondo en el pensamiento y en la relación política de los pueblos indígenas del país con el Estado mexicano.

A las 19:35 horas, los indígenas abandonaron el lugar. Llegaron de frente y decidieron darle la espalda a las oficinas del secretario Emilio Chuayffet. Las antorchas se apagaron antes.