La Jornada 21 de diciembre de 1996

Nada que ocultar en el caso del empresario liberado: ex subprocurador Moisés Moreno

Juan Manuel Venegas El 24 de noviembre de 1995, el entonces subprocurador de Control de Procesos de la PGR, Moisés Moreno Hernández, pidió al juzgado tercero de Oaxaca el sobreseimiento de la acción penal en contra de Antonio Pacheco García, empresario oaxaqueño, presuntamente ligado al lavado de dinero y al narcotráfico.

La decisión de las autoridades mexicanas se contrapuso con los resultados de la llamada operación Choza Rica, iniciada en 1989, la cual llevó al mayor decomiso de dinero blanqueado por el narcotráfico: 30 millones de dólares, en una investigación conjunta de la DEA y la PGR.

Ese sobreseimiento -ordenado por el ex procurador Antonio Lozano Gracia, según el oficio 0639/95-, de acuerdo con una versión difundida el jueves, llevaría al nuevo procurador Jorge Madrazo Cuéllar a iniciar una investigación en contra de Lozano y Moreno Hernández por influir ilegalmente para la liberación de Pacheco García.

Ante ese trascendido, publicado en algunos medios, el ex subprocurador Moreno Hernández explicó que, cuando a finales de 1995 se retiraron los cargos en contra del presunto narcotraficante Antonio Pacheco García, lo hizo porque no se encontraron pruebas que lo vincularan ni al tráfico de drogas ni al lavado de dinero.

El expediente de la petición de sobreseimiento fue aceptado incluso por el juez federal que conocía la causa. Todo este expediente se encuentra en la Dirección de Control de Procesos y no existe ``nada que ocultar'', dijo.

En la PGR, no hubo información sobre este asunto, por lo que no se pudo confirmar ni desmentir la especie de una posible averiguación en contra de Lozano y Moreno por su actuación en el caso Choza Rica.

La dirección de Comunicación Social de la dependencia se limitó a informar a este diario, desde el jueves por la noche, que apenas iniciaron las auditorías sobre la gestión de Lozano Gracia al frente de la PGR ``y sólo hasta que se tengan los resultados'' se podrá dar alguna información sobre si hubo o no irregularidades.

De acuerdo con las investigaciones llevadas a cabo por la DEA y la PGR, de 1989 a 1995, Antonio Pacheco García, empresario oaxaqueño en el ramo automotriz, se dedicó a utilizar sus negocios para el blanqueo de millones de dólares del cártel del Golfo, en complicidad con su concuño y compadre Ricardo Aguirre Villagómez, durante ``muchos años'' hombre de confianza de Juan García Abrego.

El 21 de octubre de 1995, en La Jornada se publicó parte del rastreo que culminó con el que ha sido considerado el mayor decomiso de dinero lavado del narcotráfico.

La operación Choza Rica comenzó en 1989, cuando un agente especial del Servicio de Aduanas en McAllen, Texas, se percató de la transferencia de grandes sumas de dinero a Estados Unidos a través de la casa de cambio Colón, de Monterrey.

Las primeras pesquisas pusieron al descubierto que las operaciones financieras de la casa de cambio regiomontana ``no coincidían con las que reportaba su sucursal en McAllen''. Tres años más tarde, en 1992, la PGR reportó a Estados Unidos órdenes de pago, fichas de depósito y posibles testigos en territorio texano de las operaciones para blanquear dinero proveniente del tráfico de drogas.

Con esa información, la DEA llegó hasta uno de los bancos más importantes de su país, el American Express Bank International, donde estaba registrada una ``cartera de inversiones por 30 millones de dólares a nombre de Ricardo Aguirre Villagómez''. El aseguramiento y posterior retención de esa cantidad llevaron a esa operación al ``decomiso más grande relacionado con lavado de dinero en la historia de Estados Unidos''.

Una semana antes de que los agentes de la DEA lograran congelar esta cuenta, tuvieron noticias desde México de que una persona con nombre de Ricardo Aguirre Villagómez había fallecido en un accidente automovilístico. No obstante, nunca se pudo comprobar que el cadáver encontrado en el lugar del accidente fuera realmente el del hombre de confianza de Juan García Abrego.

Se desconoce realmente qué pasó con Aguirre Villagómez. Y lo que sí quedó claro ante una Corte Federal de Brownsville, Texas, fue que Aguirre Villagómez, se dedicaba a realizar operaciones financieras para limpiar dinero producto del tráfico de drogas.

Dos de los asesores inversionistas de Aguirre Villagómez, Antonio Giraldi y Laura Reátegui, condenados en Brownsville, llevaron la investigación hasta el estado de Oaxaca, donde fue detenido Antonio Pacheco García, también identificado en las operaciones para lavar dinero del cartel del Golfo, por lo que fue detenido el 4 de agosto de 1995.

El encarcelamiento de Pacheco García duró apenas cuatro meses, toda vez que, el 24 de noviembre de ese mismo año, la PGR decidió sobreseerse de la acción penal, al determinar la inexistencia de elementos para continuar el proceso penal en su contra .