La Jornada 23 de diciembre de 1996

SANTOS, CAMPEON

Miguel Angel Ramírez, enviado, Torreón, 22 de diciembre Aunque ni el Santos ni el Necaxa merecían perder, el futbol no divide la gloria. Y hoy los de la comarca lagunera la conocieron, por primera vez en su historia, al coronarse en el Torneo de Invierno. Los dirigidos de Alfredo Tena se impusieron 4-2 (4-3, global) a los capitalinos, en emotivo encuentro, que tuvo un final polémico, porque el tanto de Jared Borguetti, el cuarto y decisivo, fue anotado en posición adelantada.

``Tena, si eres campeón, te presto a mi vieja'', prometía un aficionado en un mensaje que escribió sobre su automóvil. Sin embargo, de haber sabido el trabajo que les iba a costar a los verdiblancos hubiera buscado hasta en el último rincón de su morada para premiarlos. Impedir que el Necaxa llegará al tricampeonato fue en verdad una labor titánica.

Para fortuna de los más de 18 mil espectadores que se apretujaron en el estadio Corona, las emociones jamás cedieron en los 90 minutos del trámite; el ritmo se hizo frenético por mucho tiempo; era un toma y daca que dignificaba en serio al futbol.

Hubo un momento en que ambos equipos parecían tener el control del partido. Porque Santos llegó a remontar el 1-0 que le impusieron el jueves en el partido de ida de la final, y el Necaxa estuvo con un 2-2, que lo ponía adelante con el tanteador global. Pero ambos conjuntos reaccionaron en el momento justo, y mantuvieron así el suspenso casi hasta el final del partido.

Como se esperaba, el Santos salió a la cancha a buscar con fe la portería rival, mientras que Necaxa lo esperaba bien arropado atrás y con una de sus mejores armas, como es el contragolpe. Benjamín Galindo, a quien Esquivel y Aguinaga no pudieron controlar del todo, hizo vibrar, junto con el portero Nicolás Navarro, el estadio, porque si el cobro de tiro libre del mediocampista al minuto 6 fue de gran manufactura, el lance de Navarro para desviar el disparo que amenazaba incrustarse por el ángulo superior izquierdo de su meta, fue magnífico.

Lo que ya no pudo detener Navarro fue el cabezazo de Francisco de Anda, al minuto 35. En esa acción Galindo cobró una falta casi desde la esquina izquierda; lo hizo directamente al área, donde apareció el zaguero, y remató con la cabeza para abrir el marcador. Se interrumpía así el equilibrio del juego y el estadio parecía estar en camino de convertirse en la sucursal del manicomio.

Pero si el festejo de la primera anotación fue ensordecedor, al minuto 38 los pocos que no eran seguidores de ningún equipo bien hubieran podido recurrir a la Comisión de Derechos Humanos por ese inhumano ruido que provocó Gabriel Caballero, al coronar una formidable pared que hizo con Borguetti para el 2-0. Ya tenían en la lona nada menos que al bicampeón del futbol nacional. Pero al minuto 41 le llegó con anticipación a Ricardo Peláez su regalo de Navidad.

El necaxista mandó un globo casi desde los tres cuartos de cancha, que parecía una jugada pérdida. Nadie pensó que eso tuviera un aire de amenaza. Sin embargo, el balón bajó, pegó en el travesaño y tocó la humanidad del portero José Miguel, antes de terminar en el fondo de la red. 2-1, y nadie tenía la ventaja; más oportuna no pudo ser la anotación.

Al regresar del descanso, el técnico Manuel Lapuente mandó a Edson Alvarado en lugar de Esquivel, y con esto aumentó los dolores de cabeza que Ratón Zárate, Luis Hernández y Peláez ya le daban a la zaga local. Galindo, Nicolás Ramírez, Adomaitis, Caballero y Borguetti también hacían lo propio con los rojiblancos, por lo que cada avance de cualquier lado creaba situación de gol.

Al minuto 60, más de uno en el estadio llegó a pensar que las esperanzas del Santos las había dinamitado Luis Hernández. El Ratón Zárate se abrió camino por el lado izquierdo y perfiló muy bien a Alvarado, quien mandó un centro que remató con la cabeza Hernández para el 2-2.

Tena mandó de inmediato al atacante Montesinos en sustitución del lateral Rubio. Había que irse con todo al ataque, y al minuto 62 los escasos necaxistas abandonaron sus rostros alegres, pues Galindo mandó un largo pase a Borguetti, quien le envió el balón a Caballero para que volviera a fusilar a Navarro. 3-2 y parecía que el partido podría definirse con el gol de oro en la prórroga.

Sin embargo, al minuto 82 todo quedó decidido. Nicolás Ramírez mandó un centro al área por el sector derecho; Borguetti apareció completamente solo; saltó y remató con la cabeza para establecer el 4-2, que significaba el título para el Santos. Los necaxistas protestaron, pero el Ratón se pasó en su reclamo y se ganó la expulsión.

Todo se había decidido, y el árbitro Arturo Brizio, quien no sancionó la posición adelantada de Borguetti, hizo recordar que en la final de Santos-Tecos el presidente de la UAG, hoy presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Juan José Leaño, desconfió de él y lo vetó para que pitara el segundo y definitivo encuentro en que se coronó su equipo.