Estos decembrinos días, colmados de fiestas y regocijo a pesar de la crisis, invitan a pensar en cosas amables, a hacer un paréntesis en los temas políticos que habitualmente se tratan en este espacio. Y bueno, las cosas amables son fácilmente asociables con la difusión de la cultura de Yucatán en sus diversas manifestaciones.
En esa tarea destacan en la ciudad de México dos singulares personajes, una dama y un trovador, quienes periódicamente emprenden trabajosas tareas con recursos propios que adelgazan sus bolsillos pero engordan su yucatanismo y el de quienes responden a sus convocatorias.
Se trata de Juan Magaña y Alonzo y Lya Peniche Repetto, el primero presidente del Centro Internacional de Arte y Folklore de Yucatán, AC, y la segunda propietaria del restaurante El habanero, nombrado así en honor del célebre chile yucateco ante el cual se han rendido los más resistentes paladares y que --contó Fernando Espejo en una suculenta conferencia titulada ``Ajos y cebollas''-- debió haber sido descubierto en la huerta natural yucateca por un sacerdote maya que hubo de lanzarse desesperado a un cenote para aplacar la bravura del solanáceo.
Esta hiperbólica anécdota inventada por el poeta --quien contó cómo su salmonelosis contraída en Estados Unidos no resistió el tratamiento intensivo de chile habanero con todo y venas y semillas-- formó parte del Primer Festival Cultural de Yucatán Xul Haab 96, celebrado en noviembre en ese restaurante de la colonia Nápoles y organizado por la dama y el trovador.
Inaugurado por José Alberto Villamil Duarte, director de la revista Yucatanense y clausurado por Roger Patrón Luján, compilador del libro Un regalo excepcional (Edamex), el festival incluyó exposición de pinturas, artesanías, libros, discos y dulces regionales y, por supuesto, trova y jarana, ésta dirigida por Edith Espino. En este rubro, la música del grupo Yucatán y sus tradiciones, dirigido naturalmente por Juan Magaña, se complementó, para algunos privilegiados como don Fidel García González (jalisciense) y doña María Luisa Bastarrachea, con las ricas anécdotas de Wilbert González -- quien alguna vez formó un trío con dos beliceños que hicieron naufragar las serenatas por su inocultable acento sajón-- y de Herminio Magaña, trovador y eficiente colaborador de la pintora Nery Falconi. Esta es autora de los vitrales del guadalupano templo de San Cristóbal de Mérida y del de Izamal y coordinó la exposición de pinturas que incluyó obras de Manuel Lizama, Julio César Castillo, Agarma Sosa, Héctor Mares, Landy Torres y Míriam Korbel.
Actos como éste --en el cual participaron José Alberto Villamil Duarte, José Alejos García, Alberto Bojórquez Patrón y Luis Felipe Duarte Moguel, entre otros conferenciantes-- no sólo gratifican el espíritu sino sirven como punto de referencia y encuentro para quienes aman a Yucatán y su cultura, sea porque ahí nacieron o porque los ha cautivado el Mayab sorprendente.
Y aunque ausentes del festival, en las sobremesas de Xul Haab 96 fueron recordados yucatecos como Roberto Cortés, editor del libro Mérida ayer y hoy, Pastor Cervera, su Collar y doña Juanela su esposa, y Fernando El Pelón Rosado, fervoroso practicante del buceo y la espeleología, rama cubierta con una conferencia de Edwin Corona.
La labor cultural de la dama y el trovador, cuyo entusiasmo conquista y emociona, es tanto más meritoria si se tiene en cuenta que no recibe apoyo alguno del gobierno yucateco, tres de cuyos funcionarios --el gobernador Víctor Cervera Pacheco, el director del Instituto de Cultura, Jorge Esma, y el representante en el Distrito Federal, Raúl Montalvo Ferráez-- ni siquiera tuvieron la cortesía de acusar recibo de las invitaciones que les fueron enviadas.
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Para seguir con el tema, diré que el número de diciembre de la revista Paula incluye un artículo sobre Yucatán, que seguramente será de utilidad para muchos viajeros. Esa es sólo parte del rico contenido de ese ejemplar, que también ofrece una entrevista con Maruja Pachón, protagonista de García Márquez en Noticias de un secuestro, así como un reportaje sobre la familia de actores Bichir, y una página dedicada al fotorreportero Víctor Mendiola, de La Jornada, fotografiado por Ana Lourdes Herrera. Como dice su directora Patricia Bueno, Paula es una revista para mujeres inteligentes, y los caballeros harán bien en incursionar en las páginas de esta publicación, hermana de la Paula chilena, y que combina con acierto asuntos de importancia indudable con otros ligeros como el célebre cabaret cubano Tropicana y los regalos y platillos de esta temporada.