Sólo 10% de agua residual es tratada; 29 cuencas, con alta contaminación
Angélica Enciso y Laura Gómez/II Con severa contaminación en 29 cuencas hidrológicas, salinización de mantos acuíferos y con el tratamiento de tan sólo 10 por ciento del total de aguas residuales que se generan, el agua ha pasado a ser un recurso ``insustentable e inequitativo'', afirman las autoridades ambientales.
Además, el padrón de contribuyentes del servicio de agua potable únicamente considera al 10 por ciento del total de consumidores y actualmente los municipios adeudan al gobierno federal cerca de 4 mil millones de dólares por este concepto. Debido a ello, los recursos para infraestructura no se recuperan y ésta reporta un ínfimo mantenimiento.
El gobierno federal recupera 56 por ciento del costo del líquido en las zonas urbanas; mientras que las 153 mil comunidades rurales requieren apoyo financiero para infraestructura, indica un estudio de la Subsecretaría de Planeación de la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca denominado Problemática y oportunidades de la gestión ambiental en los municipios metropolitanos.
En las principales cuencas del país ``prácticamente todos los cuerpos de agua importantes tienen grandes zonas contaminadas'', refiere un estudio de la red nacional de monitoreo de la calidad del agua presentado en el Programa Hidráulico 1995-2000.
Las áreas con mayor alteración en la calidad de aguas subterráneas son la comarca lagunera, por dilución de sales arsénicas; la zona metropolitana de la ciudad de México y la región del Bajío, por infiltración de lixiviados de desechos sólidos, descargas de aguas residuales no incorporadas al drenaje municipal y fugas en los sistemas de colección de aguas residuales municipales.
Las regiones con intrusión salina son los acuíferos de los valles de Santo Domingo y de Guaymas, la costa de Hermosillo, Vizcaíno y La Paz.
Con problemas de degradación del recurso por infiltración de aguas superficiales contaminadas se cuentan los acuíferos del Valle de México y de Tula, donde se localizan dos importantes concentraciones industriales, así como en Mérida.
Como las corrientes más contaminadas del país están las cuencas de los ríos Lerma, Chapala, Santiago, San Juan, Balsas, Blanco, Pánuco, Nazas y Bravo.
La contaminación de los cuerpos de agua limita algunos de sus usos, lo cual también es un factor importante para que a lo largo del territorio nacional haya diferencias en la disponibilidad del líquido, indica el citado programa.
Reportes oficiales advierten de la severa y crítica contaminación que existe en ríos y costas, debido a que los asentamientos urbanos, áreas agropecuarias e industrias descargan sus aguas residuales sin tratamiento alguno, indica Iván Restrepo, investigador del Centro de Ecología y Desarrollo, en el texto Agua, salud y derechos humanos.
Refiere que las ramas industriales que sobresalen por sus aportaciones contaminantes son: química, petrolera, de bebidas alcohólicas, papelera, de la celulosa, azucarera, de alimentos, de productos lácteos, de curtiduría, pesca, siderúrgica y eléctrica.
Además, indica Iván Restrepo, el sector agropecuario participa con los plaguicidas y fertilizantes utilizados en los cultivos. De los centros urbanos destacan la zona metropolitana de la ciudad de México, Monterrey y Guadalajara por su aporte de aguas residuales, que representa la tercera parte del total nacional, estimado en 184 metros cúbicos por segundo.
Las aguas residuales que retornan a las corrientes con mayor o menor grado de carga contaminante suman 20 mil millones de metros cúbicos. Sin embargo, en el país sólo se trata, en promedio, 10 por ciento de las descargas residuales.
El sector agrícola genera 43 por ciento de ese volumen con residuos agroquímicos descargados en los ríos o infiltrados en los acuíferos sin control alguno por las autoridades ambientales.
Las casi cien mil industrias ubicadas a lo largo del territorio nacional generan 31 por ciento de aguas residuales con metales pesados, materia orgánica y otras sustancias tóxicas.
El 26 por ciento restante se vierte a través de las descargas municipales con materia orgánica y bacteriológica, y tóxicos provenientes de descargas industriales conectadas a las redes municipales de alcantarillado.
El inventario nacional de plantas de tratamiento de la CNA señala que en 1995 existían 684, de las que 23 operaban al 80 por ciento de su capacidad, 160 al 50 y 276 al 30 por ciento; en tanto, 225 se encontraban fuera de servicio.
Sin embargo, un muestreo en 20 de esas plantas revela que 45 por ciento no opera eficientemente por falta de recursos; en 30 por ciento hay errores de diseño, y en el 25 por ciento restante los operadores no fueron capacitados adecuadamente.
A la desatención y abandono en que se encuentran las plantas de tratamiento de aguas residuales construidas en los últimos años, se suman deficiencias tecnológicas y sobre todo financieras, así como la casi nula conciencia de la problemática ambiental, que se refleja en el manejo inadecuado de las aguas negras.
La Semarnap reconoce que el conocimiento de los recursos hidráulicos del país ``aún es insuficiente, debido, por una parte, a la extensión del territorio y, por otra, a la propia naturaleza del agua, que obliga a medirla en las diversas fases del ciclo hidrológico en cantidad y calidad''.
Refiere que para obtener un conocimiento más detallado de los recursos hidráulicos y hacer más eficaz la administración y planeación del agua, las 314 cuencas hidrológicas del país han sido agrupadas en 6 regiones administrativas y 72 subregiones hidrológicas.
En lo que se refiere a la infestación por malezas acuáticas, favorecida por la existencia de nutrientes que provenienen de retornos agrícolas y descargas de aguas residuales domésticas o industriales, se han afectado cerca de 68 mil hectáreas en 268 cuerpos de agua, 10 mil kilómetros de canales y 14 mil kilómetros de drenes