La Jornada 24 de diciembre de 1996

Niega el gobierno peruano haber liberado a 150 insurgentes

Oscar Camacho Guzmán, enviado, Lima, 23 de diciembre La crisis de los rehenes en Perú entró hoy en un impasse en el que ni el gobierno del presidente Alberto Fujimori ni el comando del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) dieron visos de tomar iniciativa alguna para avanzar hacia una solución de la toma de la residencia del embajador japonés en Lima.

La jornada transcurrió en medio de reacciones de todos los sectores políticos, intelectuales, eclesiásticos y empresariales, que recibieron con beneplácito la liberación de 225 rehenes el día de ayer y reiteraron sus llamados, tanto al gobierno de Fujimori como a los dirigentes del comando armado, para que den los pasos que sean necesarios a fin de que el conflicto termine en el menor plazo posible.

En el contexto de la búsqueda de una solución pacífica a la crisis, el liberado integrante del Jurado Nacional de Elecciones, Rómulo Muñoz Arce, propuso que el gobierno acepte legalizar y dar carácter de fuerza política al Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA).

El gobierno, en tanto, mantuvo su postura de no negociar con los rebeldes hasta que sean liberados los 140 rehenes restantes, e incluso emitió un desmentido de las versiones difundidas ayer por una radioemisora en el sentido de que las autoridades habrían aceptado liberar a 150 integrantes del MRTA que se encuentran presos, a cambio de los 225 rehenes que dejó en libertad el MRTA.

El comunicado fue difundido por la Dirección Nacional contra el Terrorismo (Dincote), que, según fuentes de la prensa local, teme que fuerzas especiales del MRTA emprendan acciones de sabotaje contra otros puntos importantes de la capital a modo de apoyo al comando que tomó la embajada si las autoridades optan por una salida militar.

La versión de que el gobierno habría aceptado liberar a 150 presos del MRTA que ``no tienen una responsabilidad muy grave'' en delitos cometidos por esa organización fue difundida ayer por una emisora de radio limeña, que citó como fuente un fax de ``una fuente de Inteligencia de las Fuerzas Aéreas''.

Mientras tanto, se manejaba aquí la posibilidad de que el gobierno cubano ofrezca asilo político a los rebeldes en caso de que decidan salir del país, pero la embajada de La Habana en Perú no hizo ningún comentario al respecto, mientras la cancillería se limitó a confirmar que los dos diplomáticos cubanos que estaban como rehenes fueron liberados.

``Entiendo que Cuba está en disposición de prestar su colaboración para asilarlos y que salgan del país. He recibido informaciones en ese sentido, y es una variable que debe estarse manejando'', había asegurado el legislador opositor Fernando Olivera.

La residencia del embajador Morihisa Aoki, mientras tanto, continúa sin suministro de agua y luz, pese a la demanda de los rehenes, del comando y de la sociedad en general para que se restituyan cuanto antes dichos servicios ante las deplorables condiciones higiénicas existentes en los baños de la residencia y el peligro de epidemias.

Sin embargo, el gobierno peruano no se ha dado por aludido, y es la Cruz Roja Internacional y la representación de Naciones Unidas en Perú las que buscan cómo mantener periódicamente un suministro de bidones de agua y raciones de comida que, según integrantes de la propia Cruz Roja, son insuficientes.

En horas de la mañana se observó un gran movimiento de efectivos policiales en los alrededores de la residencia del embajador japonés, lo que según versiones de la prensa local, se debió a un recorrido que Fujimori y su ministro del Interior, Juan Briones, realizaron para verificar el dispositivo de seguridad que se mantiene en la zona.

Posteriormente, el mandatario peruano se retiró del lugar y mantuvo su silencio, al margen de toda actividad pública y en reunión permanente con el Consejo de Ministros